10 de Diciembre: Un largo y sinuoso camino para el afianzamiento de los Derechos Humanos
Dos caravanas recorren este jueves 10 de diciembre circuitos relacionados con el terrorismo de Estado y con los juicios por delitos de lesa humanidad. Los juicios se desarrollaron este año, a pesar de la pandemia, en espacios geográficamente distantes como son la capital de Córdoba y la ciudad de Bahía Blanca, en el sur de la provincia de Buenos Aires.
En Córdoba, la caravana parte del centro de la ciudad -en donde funcionó el terrible D2 policial- y culmina a 12 kilómetros de allí, en el espacio de Memoria “La Perla” que conserva las instalaciones de un centro clandestino de detención, tortura y exterminio que llevaba ese nombre.
En Bahía Blanca, la caravana parte del centro y toca referencias insoslayables del circuito represivo, como son el Comando del V Cuerpo de Ejército, el antiguo frente del diario La Nueva Provincia y el Batallón 181 de comunicaciones. Una estación importante es el Teatro Municipal de la ciudad, en el que se realizará una conmemoración artística.
Porque todo tiene que ver con todo, en el país de la Memoria, y porque es un hecho singular, tal vez único en el mundo, que a 45 años de los crímenes cometidos primero por bandas parapoliciales y luego por grupos de tareas de las fuerzas armadas, en esos mismos circuitos y lugares y al cabo de 35 años de avances y retrocesos desde la recuperación de la democracia en la Argentina, los criminales hayan sido –y aún estén siendo- juzgados, los lugares hayan sido resignificados y la verdad de esa historia escamoteada salga a la luz y sea preservada en archivos, en bibliotecas y escuelas.
Ayer, la Cámara Federal de Casación Penal rechazó la solicitud de arresto domiciliario del ex policía federal Mario Sandoval, conocido como “el carnicero de la ESMA” y extraditado desde Francia al cabo de varias décadas de impunidad en las que llegó a integrar el consejo de Estado del hoy expresidente Sarkozy. Los fundamentos del rechazo no fueron políticos y sí tuvieron que ver con el estado de salud verdadero de Sandoval y con la inexistencia de peligros por las condiciones de detención o por la epidemia. Otro tanto ocurrió con el pedido de domiciliaria del genocida Miguel Etchecolaz, policía bonaerense que acumula varias sentencias a perpetua, por su actuación en el “circuito Camps”.
Ambos casos, el de Sandoval y el de Etchecolatz, son representativos del avanzado desarrollo del proceso de Justicia que vive la Argentina, en relación con los delitos de lesa humanidad y con la revisión del pasado reciente.
Diciembre 2020 trajo también la novedad de una convocatoria del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) dirigida a los familiares de 600 víctimas del terrorismo de Estado cuyos restos enterrados en fosas comunes o individuales durante la dictadura, permanecen como “NN”, y cuya identificación podría ayudar al progreso de numerosas causas abiertas en la provincia de Buenos Aires.
Lo que esta convocatoria del EAAF revela es que además del Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), con limitada cantidad de muestras de ADN, y que ha permitido establecer la filiación de más de un centenar de niños apropiados, existe otro banco de datos genéticos, el del EAAF, que está esperando que madres, padres, hijos y nietos de las víctimas se acerquen para que esas víctimas dejen de ser “NN” y cobren una precisa identidad.
Otra novedad importante, en materia de identificación de los “NN” ha sido el trabajo conjunto con la Cruz Roja Internacional para identificar a soldados argentinos sepultados en el cementerio de Darwin, en las Islas Malvinas. No todos los familiares estaban de acuerdo con ese rescate, pero finalmente la mayoría aceptó que se realizara una tarea inseparablemente ligada al derecho humano a la identidad, así como al antiguo derecho (ya reflejado en la Antígona de Sófocles) de poder enterrar a nuestros propios muertos, cualquiera sea la historia y la circunstancia.
Cada año, a la hora de hacer balances, organismos de derechos humanos como el CELS y secciones del Ministerio Público como la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad publican necesarios Informes en los que se destacan novedades como la tipificación de los delitos sexuales como delitos de lesa humanidad o la imprescriptibilidad de los delitos económicos cometidos en contexto de lesa humanidad, por dar dos ejemplos elocuentes.
Un simple cotejo de esos Informes, desde el año en que recomenzaron los juicios gracias a la anulación de las “leyes de impunidad” y gracias a la declaración de inconstitucionalidad de los indultos, durante el gobierno de Néstor Kirchner, nos permite evaluar hoy cuánto y cómo progresó la justicia de lesa humanidad en la Argentina del siglo XXI, a pesar de las marchas y contramarchas políticas.
Y si además, con una mirada más abarcadora, se tienen en cuenta las nuevas políticas de género y la ampliación de derechos que viene atesorando nuestra sociedad toda, desde aquel lejano 10 de diciembre de 1983, entonces veremos que ese “largo y sinuoso camino” redunda en un afianzamiento de los Derechos Humanos, lo que no es poco motivo para celebrar.
Fuente: https://memoria.telam.com.ar/derechos-humanos/202012/10-de-diciembre–un-largo-y-sinuoso-camino-para-el-afianzamiento-de-los-derechos-humanos_n8921