El cine y su fascinación por los años ’70
El reciente estreno en las salas de «El teléfono negro» vuelve a demostrar la atracción que ejerce la década de los setenta en los directores de cine. Aquí, apenas dos ejemplos: la última obra de Quentin Tarantino, «Había una vez en Hollywood», y uno de los éxitos nacionales prepandemia, «El ángel».
POR DIEGO BATLLE
Esta semana se estrenó en los cines argentinos (y en buena parte del resto del mundo) “El teléfono negro”, nueva producción de terror del exitoso sello Blumhouse. El film dirigido por Scott Derrickson y protagonizado por un niño de 13 años está ambientado en un pueblo cercano a Denver en 1978 y tanto la estética como las referencias cinéfilas (los personajes hablan de “El loco de la motosierra: La masacre de Texas”, de Tobe Hopper; y del Bruce Lee de “Operación Dragón”) son un homenaje al cine de aquella época.
«El teléfono negro»
Pero “El teléfono negro” no es apenas una rareza, una excepción, sino la consolidación de una tendencia que se ha potenciado en los últimos años. Sin ir más lejos, otro estreno de este año como “Licorice Pizza”, de Paul Thomas Anderson, es una historia de amor juvenil que transcurre en el muy californiano enclave del Valle de San Fernando en 1973.
Y Paul Thomas Anderson -que ya había filmado una historia sobre el negocio del cine porno en los años ’70 como “Boogie Nights: Juegos de placer” o una incursión en el universo de Thomas Pynchon como “Vicio propio”- no es el único cineasta contemporáneo que parece obsesionado por esa década.
«Licorice Pizza»
Quentin Tarantino es otro realizador consagrado que siempre ha manifestado su amor por la estética, la música y las historias setentistas y, en ese sentido, su más reciente largometraje, “Había una vez en Hollywood”, es un homenaje al delirio y los excesos esa época, aunque con un año de antelación (la trama arranca en 1969).
Los ’70, el terror y la industria (casera) del porno se combinan también en «la» película de culto de este año, “X”, de Ti West, sobre las desventuras de un equipo que en 1979 se instala en una granja de Texas para rodar una película para adultos. West no solo recrea la impronta de esa época sino que filma como si “X” fuese efectivamente un largometraje de aquel tiempo.
¿Por qué fascina tanto la década de 1970?
La música disco, la carrera espacial, el final de la guerra de Vietnam, la crisis del petróleo que generó una recesión a escala mundial, el escándalo Watergate, el auge de los grupos revolucionarios de izquierda como las Brigadas Rojas en Italia o el Ejército Rojo en Alemania y los golpes de Estado que dieron paso a las dictaduras latinoamericanas son solo algunos de los muchos hechos que conmovieron en una época en varios aspectos convulsionada, incendiaria, explosiva.
Y aquella fue también una década de oro para el cine de autor incluso dentro de las producciones de los estudios de Hollywood. Por entonces ya filmaban películas ambiciosas y desafiantes, entre otros, Martin Scorsese, Francis Ford Coppola, George Lucas, Michael Cimino, William Friedkin, Brian De Palma, Hal Ashby, Stanley Kubrick, Roman Polanski, Sidney Lumet, Terrence Malick, Ridley Scott y Peter Bogdanovich. Nada menos.
Ese New American Cinema de los ’70 dejó una fuerte marca, una profunda huella en muchos de los directores contemporáneos. De hecho, si uno analiza las filmografías de buena parte de los realizadores de relieve es usual encontrar al menos una película que se desarrolla en algún momento de los ’70. Allí están, por ejemplo, David O. Russell (“Escándalo americano”), Ben Affleck (“Argo”), J.J. Abrams (“Súper 8”), David Fincher (“Zodíaco”), Andrew Dominik (“Mátalos suavemente”) o Noah Baumbach (“Frances Ha”), por citar solo algunos.
«Summer of soul»
Y muchos documentales recientes también han rescatado y reconstruido momentos clave de la cultura y la política de fines de los ’60 y los años ’70. La ganadora del último premio Oscar, “Summer of Soul (…O, cuando la revolución no pudo ser televisada)”, dirigida por Ahmir «Questlove» Thompson, recuperó material de archivo sobre el Festival Cultural de Harlem de 1969 que reunió a varios de los mejores artistas negros de la época (está disponible en la plataforma de streaming Star+); en “1971: El año en que la música cambió todo” (producción para Apple TV+), el inglés Asif Kapadia (“Senna”, “Amy” y “Diego Maradona”) toma como epicentro el año 1971 para exponer apasionantes historias que vinculan la música y los múltiples movimientos sociales y políticos de la época; mientras que “Attica” analiza desde el hoy los sucesos ocurridos el 9 de septiembre de 1971, cuando los presos de la cárcel de Attica, ubicada al norte de Nueva York, encabezaron el motín más importante (y finalmente de consecuencias más sangrientas con un saldo de 43 muertos) de la historia de los Estados Unidos en tiempos marcados por un racismo profundo de un lado y extrema politización en las reivindicaciones del otro.
Y el cine nacional, por supuesto, también se ha acercado al universo setentista tanto desde la ficción como desde el documental con la última dictadura militar como eje casi inevitable. Sin embargo, aquelos tiempos no siempre fueron abordados desde una perspectiva estrictamente política o reivindicatoria. De hecho, uno de los mayores éxitos comerciales de la prepandemia fue “El ángel”, película dirigida en 2018 por Luis Ortega sobre la figura del serial killer Carlos Eduardo Robledo Puch, quien cometió más de una decena de asesinatos y múltiples robos a principios de esa década. Otra vez, excesos, violencia, música y delirio que cautivaron a 1.335.000 espectadores argentinos en las salas (y a muchos más en el streaming). Los ’70 en todo su (sangriento) esplendor.
Fuente: Télam