“Pequeños cambios” para cuidar al corazón
El cardiólogo brinda consejos fáciles y adaptables a cada realidad para lograr una mejora en la calidad de vida.
La prevención de las denominadas enfermedades no transmisibles (ENT) -como las cardiovasculares, respiratorias, cáncer, diabetes– tiene una particularidad: no se trata de implementar una medida en particular, sino de modificar varias, que hacen a lo que se llama «estilo de vida».
El cuidado del corazón, por ejemplo, -cuyas enfermedades constituyen la primera causa de muerte en el país y en el mundo- requiere no solo de alimentación saludable y práctica de ejercicio físico, sino también un adecuado manejo del estrés y un descanso de calidad.
El médico es crítico respecto al tono prescriptor de los médicos. Foto Germán García Adrasti.
Claro que el solo hecho de pensar en modificar tantas áreas a la vez puede resultar abrumador para cualquier persona.
Por eso, el reconocido cardiólogo Jorge Tartaglione -ex presidente de la Fundación Cardiológica Argentina y además columnista de radio-, quien recomienda precisamente ir de a poco, y brinda consejos prácticos y posibles para ir mejorando paulatinamente nuestra calidad de vida.
Nunca es tarde
-¿Qué importancia tiene la prevención en el cuidado del corazón?
Cuando un paciente viene a mi consultorio le digo: «Yo no quiero que tu ADN sea tu destino». El 25% de enfermedades que tenemos en la actualidad son de origen genético y el 75% de ellas aparecen por las conductas que nosotros tomamos. Vos podés torcer ese ADN si implementás pequeños cambios que se llevan a cabo en la vida cotidiana para vivir mejor. Por ejemplo la actividad física.
¿Qué pasa si una persona nunca hizo ejercicio? ¿Se obtienen los mismos beneficios al comenzar a los 50, 60 o 70 años?
Ese tema me interesa mucho, yo siempre les digo a mis pacientes «¿Nunca hiciste actividad física? Vos no te preocupes, porque nunca es tarde, y si empezás después de los 50 años el beneficio es inmediato, y va a ser igual que si hubieras hecho toda la vida». Esto es muy importante, porque la gente piensa que es tarde, que ya está, que no sirve.
La importancia de la motivación
-¿Cómo se genera motivación para el cambio de hábitos?
La motivación es central, cuando me dicen que no tienen ganas de hacer actividad física les sugiero que se junten con algún amigo, que se estimulen, que se compren unas zapatillas, o algo tan simple como que se armen una lista con 9 canciones que que les den ganas de moverse, que les liberen endorfinas. Aunque tengas 90, no es tarde para hacer actividad física: ya sea cantar, bailar, o caminar.
-¿Qué consejos les das a tus pacientes para que mejoren su calidad de vida y cuiden su corazón?
Lo que les recomiendo es que comiencen a hacer cambios moderados, que no quieran de golpe cambiar todo, porque no lo hacen. Entonces, lo mejor es poder empezar a hacer pequeños cambios.
Por ejemplo: si tenés 50 y trabajás, no tenés tiempo de nada; cuando vas al supermercado, en vez de agarrar la cajita de prefritos de pollo, agarrate una pechuga, y hacela a la plancha. O si te gustan las milanesas, en vez de hacerlas fritas, hacelas al horno. Si te vas a tomar una cerveza con tus amigos, en vez de acompañarla de esas papas fritas o maní salados, podés comértelo con frutos secas.
Son pequeños grandes cambios. Yo les pregunto a los pacientes «¿Vos sabés qué te hace mal?», y uno me responderá: «yo no puedo dejar de fumar», otro «yo no puedo hacer actividad física», porque todo el mundo sabe qué es lo que hace mal. El problema es que no puede cambiarlo. Entonces, mi objetivo como médico es pensar cómo hago para que la gente cambie sus conductas.
Pequeños cambios en la alimentación ayudan a cuidar la salud del corazón e integral. Foto Germán García Adrasti.
-Si la gente sabe lo que le hace mal, ¿cuál creés que es el obstáculo para el cambio?
Uno como profesional de la salud tiene que repetir lo que sí hace bien, pero no con el tono que suelen manejar en los medios los médicos, porque la gente está harta del tono prescriptor. Yo no soy periodista y cuido mucho el tono, yo no cuento la realidad, yo tengo que lograr que el que escucha diga «che, a ver cómo puedo implementar esto que está diciendo Tarta».
Hace 20 años que hago esto, empecé con Mario Pergolini, y si puedo lograr que alguien deje de fumar porque me escuchó, para mi es un montón.
-Mencionaste el ejercicio, la alimentación, dejar el tabaco. ¿Qué otros hábitos podemos implementar para cuidar el corazón?
Otra cuestión, que es un factor de riesgo enorme para el corazón, es cómo la gente duerme y por lo general duerme muy mal. Uno le dice al paciente: «Usted tiene que dormir 7 horas», y el paciente responde «¿Ah, sí?, decime cómo hago».
Por eso, yo les recomiendo tener una higiene del sueño, como rutina: no tomes alcohol, ponete el pijama, tené la cama estirada, lavate los dientes, tené el cuarto ordenado; y hacelo todos los días a la misma hora. La clave está en dar mensajes positivos, y no retar.
Otra cosa muy importante es el tema del ocio, yo les pregunto a los pacientes «Hace cuánto que no hacen una actividad artística?» «¿Cuándo fue la última vez que hicieron relajación? Para no estar sentado en tu casa por el solo hecho de estar sentado, sin hacer nada.
Si nunca tomaste alcohol no empieces a tomar para cuidar tu corazón. Y si tomás, tratá de tomar 4 veces por semana y descansar 3, siempre moderado.
Y por último: el manejo del estrés, en este sentido mi mensaje es que aprendan a decir que no: todo no se puede hacer. Es importante saber establecer pausas, caminar, pensar.
Tartaglione detecta angustia y desánimo en personas de 50. Propone buscar propósitos de vida. Foto Germán García Adrasti.
Adaptarse a distintas realidades
-Ejercés desde 1988 y ves muchas personas por día hace muchos años en el consultorio. ¿Qué cuestiones te llaman la atención respecto de los pacientes?
Algo que me parece muy destacable, hablando de personas de 50, es que muchas están angustiadas, con sensación de vacío, lo que las vuelve más ansiosas e irritables. Veo además mucha preocupación, y todo eso tiene un impacto en el corazón, por eso trato de motivarlos, que cuando se levanten tengan un propósito.
Otra cosa que veo es la soledad, que se ha transformado en un nuevo factor de riesgo: las personas que viven solas se cuidan menos.
-¿Cómo hacer para que cada persona adapte estas recomendaciones a su estilo de vida? Por ejemplo el que sale a las 6 de la mañana y se toma 2 colectivos y vuelve cansado a la noche.
Claro, si alguien vive en Moreno, se toma el tren Sarmiento, después el 132 para llegar al centro, yo le recomendaría a esa persona que esté menos hiperconectada, que no esté mirando las redes todo el dia, que aprenda a respirar. Y si trabaja en un quinto piso que suba por la escalera.
Alguien que gana 40 mil pesos y no puede elegir qué comprar, que cocine al horno en vez de frito, o que compre una segunda marca pero descremada. No le puedo decir a todo el mundo que compre aceite de oliva, porque es caro. Hay que ser empático con la situación de cada persona.
Para mí es muy importante poder comunicar, pero desde el punto de vista médico, adaptando la realidad de cada persona.
El 75% de las enfermedades tienen su origen en nuestra conducta, afirma el cardiólogo. Foto Germán García Adrasti.
-Para finalizar, ¿qué otros consejos prácticos podemos dar?
Es importante ir de apoco, pero por ejemplo un consejo que doy es: comé todo lo que se pudra, que es fresco, no tiene aditivos ni conservantes. No comas nada que la abuela no hubiera reconocido como comida.
Lo que yo digo es: todos tenemos un ADN, lo podemos modificar, tratá de conocerte lo mejor posible para ver con qué armas podés contar, todos saben que tienen que conocer sus valores de colesterol, su presión arterial, su peso, el azúcar en sangre; hablando de los factores de riesgo más tradicionales.
Quien viva en Abra Pampa, en Jujuy que piense en pasar por la salita y se va a tomar la presión. Con eso ya ganamos.
Que cada uno se arme su hoja de ruta, si lo que tiene es angustia, que busque un propósito, ya que el desánimo hace mal al corazón. Hay que atender lo emocional, pero no como un libro de autoayuda: si vos tenés una pelota en el pecho, en la boca del estómago, que te hace mal: desholliná, esto es, hablá con un psicólogo, con algún profesional de la salita. Contá lo que te pasa, buscale la solución.
Fuente: https://www.clarin.com/buena-vida/jorge-tartaglione-pequenos-grandes-cambios-podemos-hacer-cuidar-corazon-prevenir-enfermedades_0_PoSjY2rmWN.html