Marilyn: a 60 años del oscuro final
La encontraron muerta el 4 de agosto de 1962, a los 36 años, pero sigue siendo un ícono mundial que crece.
No sé por qué, pero me parece que no llegará a vieja. Es absurdo que lo diga, pero siento que morirá joven. Espero, ruego, que viva lo suficiente para liberar ese talento tan extraño y encantador que es en ella como un espíritu prisionero.”
Son palabras que, según Truman Capote, habría dicho Constance Collier, una estrella del cine de Hollywood de la primera mitad del siglo XX, sobre la joven colega que se convertiría en leyenda y en un ícono de belleza, en la mujer más famosa del mundo, pero también en el arquetipo de una forma de supervivencia.
Hablaba de Marilyn Monroe, “una hermosa niña”, según la describe Capote en la crónica que lleva ese título. Femme fatale para las cámaras, pura inseguridad en su vida, sorprende cómo el más irreverente de los escritores norteamericanos construye el relato de su encuentro.
Casi no la reconoce cuando la ve entrar en el funeral de Miss Collier vestida como si saliera de un convento, sin maquillaje, royéndose la uña del pulgar, “ya totalmente comida”; una mujer que dice tener las manos gordas, que se siente incómoda en la ropa que eligió para la ocasión, que necesita ir al baño, según Capote, a tomar sus tranquilizantes.
Efemérides 1° de junio: Nace Marilyn Monroe, actriz estadounidense.
Esa mujer había nacido el 1° de junio de 1926 en Los Ángeles, Estados Unidos. Su madre era de México; se había casado a los quince con un chico diez años mayor, tuvieron dos hijos, se separaron, los chicos se fueron con él. Hubo otro matrimonio con un tal Mortensen, pero la relación también terminó. En algún momento quedó embarazada, nunca se supo de quién.
La bebé fue anotada como Norma Jeane Mortenson pero al final quedó Baker, el apellido paterno de su madre. Hace poco unos documentalistas franceses hicieron los análisis necesarios y revelaron la identidad del padre: Charles Stanley Gifford, el dueño de un laboratorio de fotografía donde la madre de Norma trabajaba.
“Nunca tuve un hogar. Una casa verdadera, con muebles míos. Pero si vuelvo a casarme, y gano mucho dinero, voy a alquilar un par de camiones y recorreré la Tercera Avenida comprando todo lo que se me ocurra. Una docena de relojes de péndulo. Los pondré todos en un cuarto, y todos a la misma hora. Eso sería como un verdadero hogar. ¿No te parece?”, le dice Marilyn a Capote cuando por fin logran salir del funeral de Miss Collier sin que los fotógrafos la vean y recorren las calles –oculta por un vestido de luto y un pañuelo negro sobre la cabellera rubia– en busca de un bar donde tomar un trago.
Marilyn Monroe fue hallada inconsciente en el dormitorio de su casa de Brentwood por su ama de llaves, Eunice Murray, pasadas las once de la noche del sábado 4 de agosto de 1962. / AP
Es que su madre no estaba en condiciones de cuidarla: problemas económicos y psiquiátricos la alejaron de su hija, que deambuló entre orfanatos y familias de adopción. Muchas de esas familias eran pobres y tenían sus propios hijos, así que Norma quedaba relegada a limpiar, a barrer, al rol de una Cenicienta.
No era lo peor que le pasaba: algunos de los hombres que debían protegerla abusaron de ella. Había un solo refugio donde se permitía soñar con otra vida: las horas que pasaba en el cine, en primera fila, asombrada frente a la pantalla.
A los dieciséis años se casó con un vecino de veintiuno para escapar del último de sus muchos hogares transitorios. El matrimonio no funcionó, según ella porque se “moría de aburrimiento”, también porque él se unió a la Marina y el hogar tan deseado nunca terminó de formarse.
Cuatro años más tarde llegó la separación y el camino a Hollywood. El documental El misterio de Marilyn Monroe: las cintas inéditas, estrenado recientemente en Netflix, explica con claridad cómo funcionaba la industria del espectáculo de entonces: no se trataba de dinero, sino de sexo. Las actrices llegaban alto si ofrecían su cuerpo a cambio.
Norma conocía muy bien el efecto que su físico provocaba en los hombres, también sabía cómo era una estrella. El cuento de hadas se lo construyó ella misma: cambió de apellido por el de soltera de su madre, se tiñó el pelo de rubio, se afinó la nariz, se agregó mentón; desarrolló esa manera de hablar, sexy y susurrada, de la que no iba a desprenderse jamás. Decidió usar el único poder que tenía. Así se convirtió en Marilyn Monroe.
Su madre no estaba en condiciones de cuidarla: problemas económicos y psiquiátricos la alejaron de su hija, que deambuló entre orfanatos y familias de adopción.
La rubia tonta que les ganó a todos
Sus primeros trabajos fueron como modelo. Producciones de moda, revistas, un par de desnudos. Hasta que una noche, en uno de esos bares a donde iban los que trabajaban o querían trabajar en la industria del cine, un productor se acercó para ofrecerle un intercambio.
Al principio fueron papeles menores en los que no lograba destacarse. Lo consiguió en la película que se convertiría en un clásico del cine negro: La jungla de asfalto, de 1950. Repitió ese mismo año con Eva al desnudo. Crecía, pero a la sombra de las grandes estrellas del momento como Barbara Stanwyck, Ginger Rogers o Bette Davis.
Rubia, primeras imágenes del filme sobre Marilyn con Ana de Armas. Foto Netflix
El salto definitivo llegó en 1953 con Los caballeros las prefieren rubias, una comedia musical que puede verse en YouTube y que protagoniza junto con Jane Russell.
Encarna a una joven rubia, hermosa y deslumbrante en busca de un señor viejo, panzón y adinerado que le asegure una vida de lujos. Una “rubia tonta”, un “gato”, una cazafortunas, quizás una botinera… El arquetipo de una forma de escapar de la pobreza estructural a la que son sometidas las mujeres.
Pero de esas cosas no se hablaba en 1953. De hecho el éxito se repitió con Cómo atrapar a un millonario. Ya no había dudas de quién era la gran estrella. Marilyn lograba imponer su encanto, esa mezcla de ingenuidad con sexo que resultaba funcionar para las comedias livianas y también en películas como Niágara, mucho más oscuras y desafiantes.
El público necesitaba más. En 1954, Joe DiMaggio –el Messi del béisbol de aquel entonces– abandonó a su esposa por Marilyn. La pareja enloqueció a los estadounidenses, pero duró el tiempo que DiMaggio fue capaz de reprimir los celos que le generaba que su mujer fuera deseada por millones.
La famosa pintura de Andy Warhol con el rostro de Marilyn. (AP)
De hecho interrumpió la filmación de la célebre escena de La comezón del séptimo año (1955) –el aire del metro de New York revelando la frescura de las piernas de Marilyn bajo el vestido blanco– para arrastrarla al camarín, donde la reprimenda, dicen, llegó hasta los golpes.
Aunque muchas de sus películas eran un éxito, en otras el público no respondía. Además quería ser tomada en serio. Se anotó como alumna en el Actor’s Studio de Lee Strasberg. Se separó de DiMaggio y lo cambió por un escritor de prestigio como Arthur Miller; se casaron y fueron a vivir a Long Island, intentaron tener hijos pero un aborto espontáneo volvió a alejarla del sueño de un hogar como el que no había tenido.
Sí logró lo otro: protagonizar Bus Stop (1956), para muchos su mejor actuación, y ganar un Globo de Oro en 1960 por Una Eva y dos Adanes.
Yves Montand, Clark Gable, Marlon Brando y Tony Curtis fueron algunos de sus amantes más célebres. También vivió una noche de pasión con la actriz Joan Crawford.
Del amor y otros demonios
Yves Montand, Clark Gable, Marlon Brando y Tony Curtis fueron algunos de sus amantes más célebres. Algunos romances copaban las tapas de los diarios, de otros se supo mucho después, a medida que la vejez iba descorriendo el manto de silencio en las memorias de sus hombres. No todos eran galanes: las notas de su psiquiatra revelaron que vivió una noche de pasión con Joan Crawford, otra de las grandes actrices de la época.
Pero los fantasmas de una niñez huérfana, los problemas psiquiátricos heredados de su madre, los usos y abusos del patriarcado que debía soportar, sus inseguridades, el consumo de alcohol y de pastillas, crecían al mismo ritmo que su fama. Tenía problemas para llegar a tiempo al set, faltaba seguido, dejó inconclusa la que sería su última película, Somehing’s Got to Give, de 1962.
Efemérides 1° de junio: Marilyn Monroe fue una de las figuras públicas más importantes del siglo XX.
La rodeaban hombres cada vez más poderosos y eso implicaba riesgo. Tenía una relación con John Kennedy, el mismísimo presidente, pero después apareció su hermano Robert, entonces fiscal general. ¿Amor? Más bien la idea de que ella era un trofeo. Se pasaban a Marilyn “como un pedazo de carne”, según ella misma lo reveló.
Era un juego demasiado peligroso. Las autoridades de Estados Unidos no ahorraban paranoia en su Guerra Fría contra la Unión Soviética. Marilyn se acostaba con los dos hombres más poderosos del país. Proliferaba una caza de brujas hacia cualquiera que fuera sospechado de comunista. Por más estrella que fuera, nunca se había olvidado de sus orígenes, así que algunas de sus opiniones podían parecer demasiado marxistas en un contexto como ese.
Además había amenazado con contarlo todo si los hermanos seguían tratándola así. Nunca quedó claro si fue un suicidio, un error con la cantidad de pastillas que tomó para dormir, un asesinato para sacar del medio a una mujer considerada peligrosa por el FBI.
La orfandad, los problemas psiquiátricos heredados, el consumo de alcohol y pastillas y la inseguridad crecían al ritmo de su fama.
El documental de Netflix profundiza una vez más sobre el gran signo de interrogación alrededor de la muerte de Marilyn Monroe. Su ama de llaves la encontró desnuda, boca abajo, con el teléfono en una mano, en su casa en Los Ángeles.
Sus allegados tenían claro que con sus adicciones estaba cayendo en una espiral hacia el desastre, pero hay pruebas de que lo relatado oficialmente no es exactamente lo que pasó esa noche. A pesar de esas revelaciones, la respuesta es la misma. Quizás nunca sabremos cómo murió porque en realidad nunca lo hizo.
Marilyn Monroe vive en una taza en la vidriera de un negocio de Palermo, en el póster del baño de un bar en Japón, en los millones que siguen sus películas y las películas sobre ella en internet; cuando Kim Kardashian intenta meterse en aquel vestido icónico, cuando se vende el Shot Sage Blue Marilyn de Andy Warhol como el cuadro más caro de la Historia.
Tenía razón Miss Collier en la cita de Capote: Marilyn no llegaría a vieja. Sin embargo desde ese 4 de agosto de 1962 su “espíritu prisionero” se liberó finalmente. No hubo medianoche para esta Cenicienta. Lleva sesenta años maravillándonos con su talento extraño y encantador, con su belleza fundacional, su cara de ángel torneado con fuego. Atrás quedó esa hermosa niña que lo tuvo todo, excepto lo que más quiso.
Fuente: https://www.clarin.com/viva/marilyn-monroe-60-anos-oscuro-final-estrella-brillante_0_VaJKwUtBP5.html