Día de la visión
Presbicia, ojo seco, cataratas y maculopatías son las principales afecciones de un ojo que envejece. El riesgo del glaucoma.
Como todos los órganos del cuerpo, los ojos van sufriendo cambios a medida que pasa el tiempo. Probablemente no tan difundidos como otros controles como los clínicos, su chequeo y cuidado debería ocupar un lugar importante si para prevenir enfermedades y preservar la visión.
Así lo advierten desde la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera, que en este Día Mundial de la Visión lanzaron el lema #LoveYourEyes (ama tus ojos) con el objetivo de concientizar sobre la importancia del cuidado de la vista.
En este marco, proponen difundir información respecto de los principales chequeos que deben realizarse de acuerdo a la edad, así como advertir sobre las principales afecciones de los ojos.
Entre ellas se destaca el glaucoma: una enfermedad silenciosa que puede llevar a la ceguera irreversible y que no se detecta hasta no alcanzar un estadío avanzado. De hecho, alertan que la mitad de las personas que la padecen, no lo sabe.
Ojos que envejecen: cataratas, maculopatía y ojo seco
«Hay tres patologías que afectan a los ojos a medida que envejecemos -introduce Rogelio Ribes Escudero, oftalmólogo del Hospital Alemán, la primera es cataratas, se trata del cambio de color de un lente que se llama cristalino, que se vuelve opaco y no deja pasar la luz. Se soluciona con cirugía», precisa.
La maculopatía, presente en pacientes a partir de los 60 o 65 años, es otra de las alteraciones asociadas a la edad.
«Se trata de una alteración donde la retina, que actúa como los sensores del ojo, va envejeciendo y perdiendo la funcionalidad, que es traducir las imágenes que uno ve en estímulos eléctricos», indica.
Para poder mejorar esa situación, se pueden usar suplementos dietéticos en base a vitaminas, afirma.
Mientras que en el caso de maculopatías húmedas, se pueden aplicar inyecciones intraoculares para mejorar la visión. «Es importante prevenir y usar anteojos de sol en actividades al aire libre», aconseja.
Asimismo, los mayores de 40 años suelen padecer ojo seco, patología donde se altera la calidad y la cantidad de las lágrimas de los pacientes.
«La causa más frecuente es la obstrucción de unas glándulas que producen un aceite, y esto da como resultado una lágrima de menor calidad», explica.
«Los síntomas son ardor, enrojecimiento y sensación de cuerpo extraño y esto se ve acentuado en la actividad de lectura. Se trata con terapias que destapan las glándulas con luz pulsada, y lágrimas con factores de crecimiento que estimulan la regeneración de la superficie ocular.»
Presbicia: alteración típica de la mediana edad
El médico oftalmólogo Germán Bianchi, jefe de trasplante de córnea en Clínica Nano, coincide en que los cambios que el funcionamiento del sistema visual sufre a lo largo de la vida están relacionados precisamente al paso del tiempo.
La etapa de la adultez está caracterizada por la estabilidad, hasta alrededor de los 40 años, momento en el que la visión comienza su curva descendente y va empeorando progresivamente hasta los 60.
¿Cómo advertir que estamos ante las primeras señales de presbicia?
«La mayoría de las personas comienza a notar que su visión sufre fluctuaciones, se afecta la capacidad de enfocar a corta distancia. Esto genera dificultad para leer, sobre todo, la letra pequeña. La presbicia aparece en todas las personas sanas», explica Bianchi.
Además de los anteojos, existen tratamientos que se evalúan según el paciente: con láser y cirugías de reemplazo del cristalino, así como tratamientos con gotas.
«Los ojos pueden ser blanco secundario de muchas y muy diversas enfermedades, y aparecer como enfermedades secundarias a patologías generales como la hipertensión arterial, diabetes y problemas de tiroides, entre otras.»
A raíz de eso, destaca la importancia de realizar controles periódicos, sobre todo si hay factores de riesgo asociados para la visión.
Estrabismo, problemas de graduación y ojo vago: trastornos que aparecen en el desarrollo
Bianchi define a la infancia temprana, que abarca los cuidados desde el nacimiento hasta el inicio de la escolarización, a los 4 o 5 años; como una etapa crítica «que podrá facilitar el posterior buen progreso de la visión o afectarla definitivamente y para siempre».
El oftalmólogo indica que las patologías más frecuentes en la infancia son los problemas de graduación (miopía, astigmatismo, hipermetropía), el estrabismo (la desviación de uno o ambos ojos), y la ambliopía (u ojo vago, que expresa la falta de desarrollo neurosensorial de la visión).
«También pueden surgir, aunque con menos frecuencia -aclara-, dificultades como tumores oculares que pueden ser potencialmente severos, no solo para la visión, sino también para la propia vida.»
Asimismo, aunque poco habituales, también puede aparecer hipertensión ocular y cataratas congénitas. “Pueden tratarse y evitar el desarrollo de una futura discapacidad visual”, tranquiliza.
Los controles oftalmológicos deben realizarse al menos una vez al año, o cada cuanto determine el oftalmólogo según cada caso.
Glaucoma
A partir de la mediana edad pueden surgir otras alteraciones oculares, como el glaucoma, que es una enfermedad que afecta al nervio óptico y cuyo principal factor de riesgo es la hipertensión ocular.
Los profesionales advierten que la mitad de las personas que la padece no lo sabe, ya que por lo general se detecta de manera tardía. Es la principal causa de ceguera irreversible a nivel mundial.
«Si bien en algunos casos puede ocasionar dolor de cabeza, es importante señalar que esta condición no da síntomas hasta que el daño es muy avanzado. Decimos siempre que se trata de una enfermedad silenciosa, por eso es fundamental la consulta periódica con el oftalmólogo», subraya Javier Casiraghi, jefe de Glaucoma del Hospital de Clínicas y ex presidente del Consejo Argentino de Oftalmología.
«También es muy importante que los familiares se controlen, ya que la incidencia es mayor en aquellos que tienen un familiar con glaucoma», apunta Marcos Geria, médico oftalmólogo, presidente de la Asociación Argentina de Glaucoma y Jefe de Quirófano de Oftalmología del Hospital de Clínicas.
Respecto a su detección, ambos profesionales coinciden en que no alcanza con tomar la presión de los ojos, sino que también se debe evaluar el ángulo del ojo (para saber el tipo de glaucoma), realizar un campo visual y la evaluación del nervio óptico para establecer el estadio evolutivo.
«El examen de rutina debe hacerse aunque no haya síntomas ni signos de patología alguna. Eso es prevenir. Realizar los controles adecuados a tiempo para que no aparezcan enfermedades o para detectarlas en estadios iniciales o precoces», subraya Casiraghi.
Respecto al tratamiento, explican que se enfoca en reducir la presión intraocular generalmente usando gotas o láseres de manera inicial, «aunque en algunos casos pueden requerir de una cirugía con el tiempo», cierra Geria.
Fuente: https://www.clarin.com/buena-vida/dia-vision-5-enfermedades-afectan-ojos-paso-anos-prevenirlas_0_6GHUPZ1wHf.html