Sexo en la tercera edad
Todo sobre el deseo, los orgasmos, las erecciones y la lubricación, según la presidenta de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana, Silvina Valente.
Qué hubieses querido saber antes sobre tu propia sexualidad? La educación sexual fue, durante mucho tiempo, un beneficio para pocos y pocas. En ese contexto se construyeron mitos y se ignoraron cuestiones fundamentales sobre la vida sexual, tanto en lo que a salud respecta como también al goce.
Una investigación de la compañía de juguetes sexuales Lovehoney se enfocó en lo que los estadounidenses adultos hubiesen querido aprender antes acerca de estas temáticas: el 31% dijo que desearía haber sabido que tener sexo durante el período menstrual es normal y saludable.
En segundo lugar, el 25% de los hombres sostuvo que desearía haber sabido que es normal que la depresión afecte su capacidad de alcanzar el orgasmo y un 27% hubiese querido saber que los cambios en su deseo sexual son normales, aunque no ocurra un evento significativo.
Para desterrar ideas falsas, entender determinados sucesos y conocer más sobre las vivencias que experimentaron en su intimidad, ofrecemos una lista sobre 8 temas que, probablemente, les hubiera gustado saber a los adultos mayores cuando eran más jóvenes (y que siempre están a tiempo de aprender).
Para ello, la médica especialista en ginecología y obstetricia y presidenta de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana, Silvina Valente, explicó cada uno de estos puntos.
1- La sexualidad y el deseo nos acompañan a lo largo de toda la vida
La sexualidad es dinámica y su definición incluye varias dimensiones. Si nos focalizamos en la biológica, empieza en la concepción y va construyéndose desde la genética y las expresiones de la misma hasta que nacemos.
Así se entrelaza con la dimensión personal, interpersonal y cultural: incorporamos creencias a partir de nuestros referentes de crianza y, de acuerdo a la época y costumbres, vamos construyendo hábitos y aprendiendo a desear y darle contenido erótico a diferentes cosas y comportamientos. El erotismo es una construcción personal y cultural que se basa en permisos y restricciones.
Por este último punto es que va cambiando de acuerdo a la época, ya que hace varios años las restricciones alcanzaban incluso el diálogo entre pares. Hoy hablar de sexualidad está cada vez más permitido, no sólo entre pares, sino entre padres e hijos y en ámbitos educativos y públicos.
Ahí llegamos a la dimensión más linda de la sexualidad, que es el placer: la búsqueda del placer nos acompaña hasta la muerte. Los seres humanos somos seres hedónicos por naturaleza, el placer es nuestra recompensa y, si la recompensa es por una conducta sexual o erótica, lo llamamos deseo sexual.
Esto no tiene edad, probablemente con la experiencia vayan cambiando los intereses y, si nos animamos, podríamos ampliar las experiencias sexuales con la edad.
2- Tener sexo durante la menstruación no genera ningún problema
¡Tantos mitos se construyeron alrededor de la menstruacion que fueron cayendo a medida que fuimos sabiendo más acerca de la fisiología genital femenina!
En la antigüedad, con el poco conocimiento del cuerpo, que una mujer sangre debe haber sido al menos una preocupación (desde la historia del higiene menstrual hasta si tenemos o no sexo).
Aquí pueden aparecer la fobia específica a la sangre (una de las más comunes hasta hoy en día); así como el asco, que muchos consideran el extremo opuesto al deseo sexual.
Si bien es cierto que no hay inconvenientes -y menos contraindicación médica para tener relaciones sexuales durante la menstruación- existen variables personales multidimensionales.
3- ¿Es normal que la depresión afecte la capacidad de alcanzar el orgasmo?
Esto es al menos falaz, ya que la depresión hace que no tengamos ganas, nos cueste encontrar interés en la vida y, por lo tanto, lo que se ve afectado es el deseo sexual.
Ahora bien, algunos antidepresivos en algunos usuarios -tanto mujeres como hombres- alargan el tiempo en alcanzar un orgasmo, retrasando la sensación orgásmica; si a esto le sumamos un poco de ansiedad, como resultado muchos no tendrán la paciencia de experimentarlo (que no es lo mismo que no tener la capacidad de tener esa experiencia).
Sumado al mito que afirma que el único objetivo de la sexualidad es tener un orgasmo -y lo más rápido posible- se pierde de vista lo mejor, que es el encuentro sexual y la fase de excitación, que es el núcleo de ese encuentro.
4- Es normal sufrir cambios en el deseo sexual aun sin eventos significativos
El deseo sexual no es diferente al deseo en general o al interés por las cosas, cambia de acuerdo a la edad, al momento de vida y a las circunstancias. O sea que es fantástico que cambie, que sea distinto.
El deseo sexual se basa en la curiosidad: cuanto más nos animemos a explorar y a flexibilizar la sexualidad, mayores -y probablemente mejores- experiencias lograremos, así como también incrementaremos el deseo.
Pero también es esperable que en momentos de mucho estrés, ocupaciones o preocupaciones no tengamos espacio para desear, en lo que respecta a lo sexual, ya que el deseo es algo que se hace a fuego lento y no una descarga.
5- La lubricación de las mujeres disminuye con la edad.
La lubricación está regulada por hormonas, principalmente estrógenos. Cuando éstas caen, cerca de la menopausia, la lubricación va siendo cada vez menor. Éste es un proceso que también sucede con medicación hormonal como anticonceptivos, por ejemplo.
Sin embargo, esto es una señal de envejecimiento vagino-vulvar, por lo cual se puede prevenir y, así como nos ocupamos de que nuestra cara no se arrugue o nuestros músculos sigan vitales, también deberíamos ocuparnos de mantener nuestra lubricación y de la salud de la circulación vulvovaginal, en especial de la pared de los vasos sanguíneos (que se llama “endotelio”).
6- Funciones como la erección pueden requerir más tiempo en la adultez mayor
La lubricación y la erección son un fenómeno neurovascular, que depende de de la salud endotelial, por lo cual los primeros síntomas de enfermedad cardiovascular son sexuales.
Esto se puede advertir en una disminución de la turgencia eréctil en el hombre y de la lubricación en la mujer. Por eso es fundamental trabajar para lograr una mejor calidad de vida cardiovascular.
7- El coito no es una condición indispensable del sexo
El coito vaginal es una actividad sexual: no es la única ni tampoco tiene por qué estar presente en todos los encuentros sexuales.
El sexo es mucho más que una gimnasia genital, es una experiencia sensorial donde intervienen los cinco sentidos y toda nuestra corporalidad, no sólo lo genital. Inclusive la corporalidad no es solamente piel y cerebro: es amor, creencias, permisos, personalidad y emociones.
Hay que animarse a sentir, a vivir la sexualidad como una aventura sensorial y emocional en la cual muchas veces el riesgo es cierto grado de vulnerabilidad emocional y afectiva.
8- El uso de preservativo para prevención de infecciones de transmisión sexual (ITS) es para toda la vida
Esto es fundamental. El preservativo nos cuida de las infecciones, no sólo del embarazo. La edad no nos cuida de las infecciones de transmisión sexual.
Fuente: https://www.clarin.com/relaciones/sexo-tercera-edad-8-cosas-gustado-saber-joven_0_99DUhHHfGe.html