Endulzantes: cuáles recomiendan los especialistas
La OMS puso la lupa en el endulzante aspartamo por ser «potencialmente cancerígeno». Semanas atrás, desaconsejó el uso de los edulcorantes no azucarados para bajar de peso. Uno por uno, cuáles son las opciones que hay en el mercado y cuáles son sus características.
Azúcar, mascabo, stevia, miel, edulcorante, jarabe de maíz. Los endulzantes que se consumen día a día son muchísimos. La lista continúa en tipos y variedades. Hay naturales, sintéticos e integrales. Y cada uno tiene sus características, desde el sabor y la cantidad de dulzor que aportan, hasta su valor calórico y efectos secundarios a largo plazo.
Este no es un dato menor, teniendo en cuenta que cada tipo de aditivo tiene sus características y, por lo tanto, su consumo genera una reacción específica en el organismo. Alcanza con hacer un repaso por las últimas novedades e informes publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en mayo desaconsejó el uso de edulcorantes no azucarados para pacientes que busquen controlar su peso y esta semana puso la lupa particularmente sobre el aspartamo, un aditivo de este tipo potencialmente cancerígeno.
Página|12 se contactó con especialistas en nutrición y alimentos para profundizar sobre los tipos de endulzantes, conocer sus principales atributos y características.
Cuáles son los endulzantes y sus características
Azúcar refinada
“Su consumo está vinculado con un alto riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes y problemas odontológicos. Muchos productos procesados contienen este tipo de azúcar. Y estimulan la producción de insulina, generando una adicción”, explicó la nutricionista Adriana Hamer.
Azúcar mascabo (o integral)
“Si bien es menos refinado, eleva la glucosa en sangre, genera posibilidad de padecer diabetes no solamente en niños y en embarazo. Además, tiene el mismo valor calórico que la azúcar refinada. Tiene magnesio, calcio, antioxidantes, pero las cantidades son pequeñas y para que aporten, tenemos que consumir mucho más y no es conveniente”, precisó la misma especialista.
Stevia: ¿contiene aspartamo?
“A pesar de ser un recurso natural, es un derivado de una planta que endulza entre 200 y 300 veces más que el azúcar. Parecería ser una alternativa más sana, pero hay distintas investigaciones que lo asocian con una mayor incidencia de obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares y se está investigando el efecto que tiene a largo plazo”, añadió Hamer sobre este endulzante natural que se usa mucho como reemplazo de la azúcar y que contiene aspartamo, el endulzante que quedó en la mira de la OMS esta semana.
Miel
“La OMS recomienda un consumo de azúcares libres del 5 por ciento total. Aunque contiene vitaminas y minerales, son cantidades muy pequeñas. Y el 80 por ciento de la miel son carbohidratos. El 30 por ciento glucosa y 40 por ciento fructosa. Estaríamos hablando de una relación de su consumo con su probabilidad de sobrepeso y obesidad. Los beneficios de la miel es que puede ser antiviral, antioxidante, pero aumenta los marcadores inflamatorios y el índice glucémico”, precisó la nutricionista sobre este otro alimento que se suele usar como endulzante de cabecera.
Aspartamo
El aspartamo es un edulcorante intenso, bajo en calorías, que endulza unas 200 veces más que la azúcar común. Es uno de los endulzales no azucarados más populares del mundo. Fue declarado apto para el consumo de toda la población, incluidos los diabéticos, las mujeres embarazadas y en período de lactancia, y los niños en más de 90 países.
Sin embargo, esta semana se conoció un adelanto de una investigación de la OMS que advirtió que su consumo podría ser potencialmente cancerígeno.
Endulzantes, ¿alimentos saludables?
La licenciada en Bromatología, doctora en ciencias biológicas y docente de bioquímica de alimentos en la UTN FRM, Mariela Maldonado, hizo análisis del tema y consultada por Página|12 afirmó que “los alimentos no tienen cualidades morales”. Es decir, “no son ni buenos ni malos”. Al contrario, “sí lo son los hábitos de las dosis”.
De esta manera, la también investigadora del Conicet, que trabaja con los endulzantes provenientes en gran parte del maíz, aseguró: “El problema del jarabe de maíz es que a esto se le atribuye propiedades morales y es un error. El gran problema es el hábito. Como lo meten a las bebidas, a los helados, a todo producto procesado donde necesiten tener un mínimo de dulzor”.
“Entonces, a lo largo del día, lo ves en una gran cantidad de productos que consumiste. El hábito se transformó el perjudicial. Yo ya trabajando con los polialcoholes hice la comparación y se rasgaban las vestiduras porque usé el jarabe. Y es un producto más. Hay veces que se demonizan cosas y es un error”, concluyó esta idea.
Edulcorantes: los efectos adversos
De todos modos, Maldonado sí aclara que hay elementos a prestar atención respecto a las consecuencias del consumo de determinados aditivos y su impacto en la microbiota, ya que se encontró su consumo excesivo puede generar cambios negativos.
“Hay un paradigma que se está investigando, que es la existencia de la microbiota. Muchas enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer o el párkinson, o relacionadas al sistema nervioso central, como el autismo, se consideraban como algo nada más del sistema nervioso. Hoy se descubre que hay una relación estrecha entre los microorganismos de la microbiota que se consideran como el tercer o cuarto cebero”, puntualiza Maldonado.
Esta microbiota es la que “regula el sistema inmune”. De hecho, comentó a este medio que ya hay un proyecto de “microbiota humano”, para “determinar los micoorganismos que tenemos en todo el cuerpo”, algo similar a lo que se hizo en su momento con el ADN.
“Esto está generando un cambio de paradigma, porque modificando esos microorganismos podemos llegar a mejorar enfermedades que antes solo se creían que eran propiedad del sistema nervioso. Hoy, casi toda la salud, sobre todo la relacionada con la inmunidad, está dirigida por la variabilidad de los microorganismos. Cuanto más sano se coma, mejor va a ser la flora intestinal y la inmunidad”, añadió.
En el caso de los edulcorantes, sostuvo Maldonado, varios se han sometido a estudios exhaustivos al respecto del impacto en la microbiota y se ha encontrado que la sacarina en humanos y ratones, la sucralosa en ratones y la stevia en humanos cambian levemente la composición de la microbiota.
Dos propuestas para la buena alimentación
“La OMS dijo que los edulcorantes no ayudan a controlar el peso a largo plazo, no reducen la grasa corporal y causan impacto negativo en la salud. Por eso es importante pensar en los reemplazos, los suplementos, las bebidas no azucaradas y también tratar de hacer una buena educación alimentaria para que el paciente pueda usar sus papilas gustativas y sentir el sabor original de los alimentos”, propuso Hamer.
“La gente muchas veces va a la dietética y asocia lo bueno a lo natural. En realidad, hay que cuestionarse el hábito. Cuántas veces consumimos las cosas. Lo ideal es consumir de todo un poquito. Cuando más variada es la dieta, mejor es la alimentación. El gran problema de los ultraprocesados es la costumbre de que el hombre moderno que vive acelerado consume en vez de alimentarse. Porque alimentarse es otra cosa, y consumir alimentos para llevar el vacío del estómago es otra cosa”, hizo lo propio Maldonado.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/563735-endulzantes-una-por-una-todas-las-alternativas-y-cuales-reco