Propiedades curativas de la yerba mate, la uva y el aceite de oliva
De norte a sur y de este a oeste diferentes emprendedores del país elaboran todo tipo de productos que nacen en la tierra y que se utilizan en tratamientos terapéuticos y en algunos de los spas más importantes de cada región.
“Creo que los seres humanos nos estamos dando cuenta que nos hemos alejado de la naturaleza. En esta revalorización de lo natural, la gente empieza a requerir cada vez más productos de este tipo”, dice Grisel Dina Impini, propietaria de Me Fitocosmética Natural, un emprendimiento que elabora todo tipo de productos a partir de materia prima autóctona de Misiones.
En cremas, bálsamos y emulsiones utiliza yerba mate, té verde, tapecué, pitanga, moringa, stevia, tomillo, salvia y otros tipos de hierbas. “Todas provienen de productores agroecológicos de la provincia con los que ya generamos un vínculo. La yerba mate, por ejemplo, es antioxidante, movilizadora de tejido adiposo y tiene propiedades rejuvenecedoras”, agrega Grisel. Hoteles como Iguazú Grand y Mercure Puerto Iguazú utilizan estos productos para tratamientos como limpiezas de cutis, calmantes y revitalizantes para la piel. También detox, para celulitis y exfoliación del cuerpo.
Uvas y olivas abundan en Mendoza gracias a los casi 300 días de sol al año, la amplitud térmica y el clima seco. Si bien su principal destino son los vinos y los aceites de oliva, ambas también se usan en tratamientos terapéuticos y en fitocosmética. “Los productos que utilizamos son aceite y extracto de uva y de olivas. Son antioxidantes y emolientes de la piel”, comenta Patricia Livellara, farmacéutica, creadora y directora técnica de De La Montaña, emprendimiento de productos cosméticos de Mendoza.
Con ambas materias primas elaboran emulsiones corporales, jabones líquidos, exfoliantes, óleos y cremas corporales y faciales. “Es una tendencia que vino para quedarse porque se está volviendo a lo más natural, a lo elemental”, agrega.
Los productos de De La Montaña se utilizan para tratamientos antioxidantes y revitalizantes en el spa Kaua del Hotel Park Hyatt de Mendoza. También para exfoliaciones y masajes relajantes en el spa del hotel Entre Cielos.
La rosa mosqueta abunda en el sur argentino y su uso está muy difundido no sólo en el bienestar, sino también en la gastronomía.
En el hotel Llao Llao, en Bariloche, se realizan dos tipos de tratamientos con activos de la rosa mosqueta: uno facial y otro corporal. “Es altamente hidratante y tiene muchas vitaminas y ácidos”, describe Myrna Alfonso, gerenta del área de resort del hotel. También especificó que el aceite que se utiliza se compra a productores locales que son quienes cosechan la rosa mosqueta de forma artesanal.
Este tipo de tratamientos está disponible tanto para huéspedes como para visitantes que pueden disfrutar de un spa day que incluye el uso de piletas, un tratamiento corporal y un almuerzo saludable.
Flores poderosas
Si bien la lavanda no es una planta autóctona de Córdoba, supo adaptarse muy bien al Valle de Calamuchita gracias a la similitud climática con la Provenza francesa. “Tenemos altura, muchas horas de insolación y una pendiente del terreno que hace que la planta no se encharque cuando llueve”, explica Mirna Isla, propietaria de Islavanda, un emprendimiento ubicado en Los Reartes.
Su proyecto tiene más de 2000 plantas que, cada enero, son cosechadas para elaborar aceites esenciales, hidrolatos, –que se obtienen a través de la destilación de la planta– y flores secas que se utilizan luego en infusiones o tinturas madre.
“La lavanda tiene muchas propiedades: es analgésica, antineurálgica, antiinflamatoria, antiséptica. También es sedante, antiespasmódica y digestiva”, agrega Mirna.
Tal es la proliferación de la planta que, en el Valle de Calamuchita hay un Camino de la Lavanda que une a ocho productores en diferentes localidades. Cada uno de estos espacios ofrece diferentes experiencias alrededor de la planta que van desde visitas guiadas hasta degustaciones de productos gastronómicos con lavanda, como dulce de leche y budines.
“Lo interesante es que cada uno tiene una producción diferente al resto. Tenemos un establecimiento perfumista, otro que tiene restaurante, otro que hace mermeladas de lavanda y otros que hacen terapias holísticas”, enumera Mirna y detalla que en su emprendimiento también ofrecen la posibilidad de sesiones de masajes ayurvédicos y tailandeses en el propio campo de lavandas.
Otros espacios como la Posada del Qenti, centro de bienestar médico ubicado en el Valle de Punilla, también incorporó las hierbas y plantas locales a sus tratamientos. Por ejemplo: un masaje con peptona de colágeno revitalizante y aceite de lavanda para relajar los músculos y estimular el sistema circulatorio. Otra opción es un masaje circulatorio de piernas con productos a base de malva, manzanilla, ginkgo biloba y tintura madre de romero que se cosecha dentro del propio predio de la posada.
Por Carola Cinto
Fuente: La Nacion