Aumentó el riesgo de padecer trastornos psicológicos
Que la cuarentena, aunque necesaria para salvar vidas por el coronavirus, afecta la salud mental de las personas es fácil de percibir, pero ahora puede ponerse cifras sobre la sensación. El porcentaje de personas en riesgo de trastorno psicológico se incrementó de 4,86% durante los primeros 11 días del aislamiento obligatorio, a 7,20% durante los 55 días posteriores, y 8,10% en los 124 días finales. Así consta en un estudio del Observatorio Psicología Social Aplicada (OPSA) de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
De acuerdo a los resultados del documento publicado esta semana, en la última fase, 3, 75,83% de los participantes reportó experimentar malestar psicológico, el 54,2% de los participantes reportó consumir alcohol y 43,75% consideraron necesario tratamiento psicológico. El análisis encontró «considerable evidencia» que sugiere que «la cuarentena se asocia a problemas de salud mental y malestar psicológico significativo». Bajo esta premisa, el trabajo buscó «estudiar el impacto psicológico de la cuarentena y la pandemia de la COVID-19 en Argentina».
Para esto, se administró una encuesta online, con una muestra probabilística, estratificada según regiones geográficas del país a los 7-11 días, 50-55 días y 115-124 días de la cuarentena obligatoria, en 3 períodos respectivamente. con un total de 7140 casos. Incertidumbre, cansancio y angustia: los estados más mencionados en cuarentena En este sentido, los participantes debieron responder preguntas vinculadas a la relación percibida entre los pensamientos de muerte y suicidio con la crisis del COVID-19; la práctica de conductas problemáticas como el abuso de alcohol, drogas ilegales y tabaco; la realización de conductas saludables como la actividad física/deportiva, la vida sexual y la práctica religiosa.
También se consultó sobre el consumo de medicación, la práctica del yoga o meditación; y si los participantes se encuentran en tratamiento psicológico. En este marco, el estudio detectó un «incremento sostenido y significativo de la cantidad de personas en riesgo de padecer un trastorno psicológico o mental» en los tres períodos de cuarentena analizados. De acuerdo a las conclusiones, este aumento «es mayor en la región de más densidad poblacional del país: el AMBA», llegando a casi el 10% de la población con riesgo de trastorno mental. El texto asevera que los indicadores de síntomas psicológicos clínicos a nivel global «se incrementaron significativamente» del período 1 al 2 y luego descendieron en del período 2 al 3, acercándose a los niveles del período 1.
«Esta reducción del período 3 podría relacionarse con las flexibilizaciones de la medida de cuarentena y con una adaptación de los participantes a la situación», expresa el documento, que aclara que si bien se mantuvieron en general todas las medidas y restricciones de la cuarentena obligatoria para el AMBA, en muchas provincias del interior del país las medidas fueron flexibles y se pasó a diferentes fases. Los efectos de la cuarentena: trastornos psicológicos, alcohol, automedicación y sexo En cuanto a las conductas saludables, los hallazgos muestran que «más de la mitad de la población no realiza las actividades que se consideran saludables» en los tres períodos considerados.
En la minoría que sí realiza estas actividades, se observó un incremento sostenido en los tres períodos de la práctica de yoga y meditación y una disminución también sostenida en los tres períodos de la práctica religiosa. «En este último punto, debe considerarse que durante los periodos 2 y 3 se habilitaron parcialmente los templos religiosos par actividades no grupales», recalcan desde el OPSA. Por otro lado, se reveló que «el 75% de los participantes experimentan malestar psicológico a los 115-124 días de cuarentena obligatoria». Frente a esta situación, «más del 12% de los participantes recurrió a la consulta psicológica». Sin embargo, «una proporción creciente de los participantes reportó utilizar el recurso de la automedicación y un proporción considerable, el alcohol».
De hecho, de acuerdo al estudio, el consumo de alcohol aumentó con la duración de la cuarentena llegando a más de la mitad de los participantes en el tercer período. Además, se observó un incremento sostenido durante los tres períodos del uso de la medicación para la relajación y el manejo de los «nervios». «Esto resulta preocupante, en la medida en que el estrés continuo que representa una pandemia como la actual, pueden llevar al incremento de la automedicación, empeorando la salud de la población», dice el análisis.
En este marco, las alteraciones del sueño afectaron alrededor del 75% de los participantes en los tres períodos. «Estas alteraciones son uno de los síntomas más frecuentes tanto en los trastornos de ansiedad como en la depresión», concluye. Casi el 70% del personal de salud padece de ansiedad, depresión y trastornos del sueño La mayoría de la población también reportó un empeoramiento de la vida sexual en los tres períodos. «La sexualidad es considerada una de las conductas saludables junto al deporte y la vida social.
El empeoramiento de la misma se asocia con los índices de malestar y la extendida restricción social», expresa el texto. El porcentaje de participantes con ideas de muerte y suicidas a partir de la crisis de la COVID19 se comportó de modo similar al índice de riesgo de trastorno mental en el tercer período. Ante la pregunta sobre cuánto cambió su tendencia a pensar en la muerte y/o en el suicidio, comparado con antes de la pandemia, 31,1% de 2425 participantes del periodo 3 respondieron que existe un cambio, mientras que el 69,9% respondió que no.
Esto implicó un incremento con respecto a los periodos 1 y 2. Por último, alrededor del 40% de la población reportó la necesidad de acceder a tratamiento psicológico en este tercer período. Entre las razones por las que no lo lograron se encuentran las siguientes: el problema económico, la preferencia por tratamiento presencial y la falta de cobertura médica o la falta de respuesta de los centros de salud cercanos.