Familias ensambladas en busca de vínculos sanos
¿Cómo deben los hijos atravesar la transición desde una familia tradicional? Con esfuerzo y cariño es posible construir relaciones saludables. Consejos para superar los obstáculos y lograr la unión deseada.
Las familias ensambladas son aquellas en las que uno de los integrantes de la pareja o ambos tienen hijos de parejas anteriores. En estas familias suele haber diferentes intereses, necesidades, valores, creencias, dificultades en juego. Esta unión o ensamble de familias supone también la unión de historias, hábitos, emociones diversas.
Es decir, que se unen diferentes modos de vivir y de ver el mundo, para formar una nueva familia. El poder hablar y ponerle palabras a esta nueva dinámica que significa la familia ensamblada, es sinónimo de salud mental y de crecimiento emocional.
Sin embargo, muchas veces las relaciones en las familias ensambladas pueden ser complicadas. Cuando se forma una nueva familia ensamblada, cada miembro se enfrenta a cambios únicos.
Es importante tener en cuenta los desafíos que una familia ensamblada puede presentar para un hijo y qué se puede hacer para reducir el estrés y fomentar los vínculos a medida que se construye una nueva vida juntos.
Saber escuchar:
Puede ocurrir que nuestro hijo esté experimentando angustia por un divorcio o la muerte de algunos de sus padres. O quizás, aún tenga esperanzas de que volvamos a estar juntos con nuestro excónyuge. Puede ocurrir que también sienta miedo de que este nuevo matrimonio y la familia nueva no duren. Es esencial escuchar cuáles son los miedos y dudas de nuestro hijo y permitir que se tome el tiempo que necesite para curar las heridas. No pretender que sus sentimientos se resuelvan rápidamente o en un momento específico, como en el día de nuestro casamiento o de la mudanza.
Cultivar relaciones familiares:
Un niño que ingresa a una familia recién fusionada puede sentirse dividido entre el padre con el que vive principalmente y el otro padre. El volver a casarse también puede hacer que un padre pase menos tiempo con su hijo, lo que puede causar sentimientos de abandono o competencia.
Para tranquilizar a nuestro hijo y evitar que se sienta abrumado por el cambio, dedicar tiempo a fomentar las relaciones familiares que existían antes de la creación de la familia reconstituida. Por ejemplo, organizar actividades especiales o salidas solamente para nosotros y nuestro hijo. Además, tener cuidado de no hacer comentarios negativos sobre el otro padre, independientemente de nuestros sentimientos por él o ella.
Sin presiones:
Puede llevar años hasta que los miembros de una familia ensamblada se acostumbren a vivir juntos. Nuestro hijo no comparte una historia familiar con sus nuevos hermanastros, o padrastro o madrastra, y pueden tener diferentes creencias y maneras de hacer las cosas. Un niño también podría sentir que el hecho de que le agrade su madrastra o padrastro es una actitud desleal para con su madre o padre.
Es importante no presionar a nuestro hijo ni a ningún otro miembro de la familia para que las relaciones nuevas fluyan de inmediato o para que demuestren afecto físicamente. En lugar de eso, alentar a todos los miembros de la familia a pasar tiempo juntos para conocerse y a tratarse con decencia y respeto. Para ayudar a nuestro hijo a crear lazos identificar los intereses comunes entre los miembros de la familia ensamblada.
Al principio, el padrastro o la madrastra podrían ver su papel como una especie de consejero de campamento. Una vez que el padrastro o la madrastra y el niño desarrollen una fuerte conexión, ellos podrán participar en la disciplina del niño.
Se debe entender y asumir que se está construyendo un nuevo tipo de familia y que se deben relacionar con respeto, igualdad y amor entre todos sus miembros. Para poder sobrellevar todas estas reacciones esperables dentro de una familia ensamblada, es importante recordar que los cambios deben ser introducidos de a poco. Tener presente que cada persona tiene un tiempo de aceptación y de elaboración del proceso de duelo (separación de la familia anterior y unión de una nueva familia) nos ayudará a gestionar y a comprender nuestras emociones y sentimientos en este nuevo proceso.
Cuando se necesita ayuda:
Muchas familias ensambladas son capaces de construir sus relaciones y solucionar sus problemas con el paso del tiempo. Otras familias necesitan ayuda extra. Según la Academia Estadounidense de Psiquiatría para Niños y Adolescentes, puede ser muy beneficioso que tu hijo consulte a un profesional de salud mental si se siente:
• Solo para enfrentar sus pérdidas.
• Dividido entre sus padres o entre dos familias diferentes.
• Excluido.
• Aislado por sus sentimientos de ira y culpa.
• En duda acerca de qué es lo correcto.
• Muy incómodo con alguno de los miembros de su familia original o de la familia ensamblada. Además, la terapia familiar puede ser muy útil si:
• Tu hijo demuestra ira o resentimiento para con algún miembro de la familia en particular.
• Parece que hay un hijo más preferido que otro.
• La enseñanza de disciplina queda a cargo solamente del padre o de la madre del niño, en vez de involucrar al padre y a su pareja también.
• Tu hijo llora frecuentemente o empieza a retraerse en sí mismo.
• Los miembros de la familia no encuentran placer en actividades que habitualmente se disfrutan, como estar con amigos.
Fuente: https://mia.perfil.com/noticias/salud/familias-ensambladas-en-busca-de-vinculos-sanos.phtml