El edificio de La Prensa invita a conocer sus secretos
Mezclando diversas disciplinas, “TRAZA” es una invitación a recorrer los espacios del histórico inmueble que quedaron vacíos por la pandemia.
Un diario, una película, luces que se encienden y se apagan, una serie de sonidos y sombras diseminados en el antiguo edificio del diario La Prensa, en Avenida de Mayo 575, una de las joyas arquitectónicas que enorgullece a la Ciudad. Será cuestión dejarse llevar por los sentidos.
Este lugar era propiedad de José C. Paz, su fundador. Fue construido en 1898 y está inspirado en la Escuela de Bellas Artes de París. En 1985 fue declarado Monumento Histórico Nacional. Actualmente funciona el Ministerio de Cultura porteño.
Aquí no solamente se respiraba periodismo, sino que el célebre palacio ubicado en el corazón de Buenos Aires constituye una mole de ocho pisos (seis de alto y dos subsuelos) que atesora numerosos rincones y secretos para develar: escaleras de mármol, habitaciones de madera, salas para conferencias, consultorios médicos, un patio rectangular con esos balcones que sirven como pulmón y desemboca en una impactante cúpula, y un lujoso salón de estilo francés que remite al Palacio de Versalles, entre otros lugares que lo hacen único. Para muchos, se trata del primer edificio inteligente de la Argentina.
Desde ahora, y al menos hasta el 19 de diciembre, será posible visitar y descubrir algunos de sus secretos a través de TRAZA, un majestuoso proyecto performático que reúne a una decena de artistas de diversas disciplinas, cuya premisa es resignificar espacios que quedaron vacíos durante la pandemia.
Hasta el 19 de diciembre, una decena de artistas de diversas disciplinas resignifican espacios que quedaron vacíos durante la pandemia. Foto F. de la Orden
En qué consiste
Se trata de una experiencia dividida en tres ejes entrelazados entre sí: una periodística, otra performática y una película, donde las obras gráfico-literarias se conectan con instalaciones lumínicas y sonoras y a su vez dialogan con la arquitectura del lugar.
Aquí, el arte contemporáneo se fusiona con lo clásico, con la maravillosa arquitectura del siglo XIX, para descubrir rincones que quizá uno jamás hubiese imaginado atravesar.
Este proyecto invita a reflexionar sobre los cambios en los modos de habitar los espacios a través de la exploración artística, interpelando el patrimonio cultural de la ciudad. Se trata de un aporte mutidisciplinario al debate de las transformaciones del centro urbano y de los usos de los espacios públicos y privados ocasionados por la pandemia del COVID-19.
Durante el recorrido hay instalaciones lumínicas y sonoras. Foto Fernando de la Orden
Para ello, el Ministerio de Cultura porteño convocó Julieta Ascar, Alejandro Ros, Mariana Obersztern y Alejandro Tantanian para integrar el comité curatorial. En abril, tuvieron que sortear varios obstáculos que imponía las restricciones por la pandemia para llegar al edificio del diario La Prensa, ya que los viajes en transporte público eran exclusivos para el personal esencial.
Los cuatro curadores se encontraron con una estructura completamente vacía, ya que en ese momento los empleados del Ministerio debían trabajar desde sus casas, por lo que pudieron apreciar la belleza del lugar, descubrir rincones apropiados para llevar a cabo este proyecto y poder contemplar ese vacío inmenso que significa trabajar en soledad. Así, tomaron algunos espacios deshabitados.
“Pudimos trabajar desde cero. Lo primero que hicimos fue a venir a ver el edificio y a sentir ese vacío. Y desde ahí a pensar a quién llamaríamos en relación a conceptos que fueron los que estructuraron la obra: que fuera inmaterial, efímera y que recorriera la arquitectura. O sea, que la obra fuera el texto fuera de la arquitectura”, desliza Julieta Ascar, integrante el comité curatorial.
El edificio de La Prensa fue construido en 1898. Foto F. de la Orden
Una vez que coincidieron en el concepto, seleccionaron a los artistas: cada uno trabajó con su obra según sus características, con la idea de que sean permeables a los trabajos de los demás para generar un proyecto colectivo. Para ello, fueron convocados Zoe di Rienzo y Manuel Hermelo (performance), Karina Peisajovich (intervención lumínica), Diego Vainer (intervención sonora) y Alejandro Fadel (film). Mientras que los textos son de a77, Liliana Viola y Gabriela Cabezón Cámara.
Las visitas son gratuitas, tienen una duración de una hora y veinte minutos y están guiadas en grupos de hasta 30 personas. Como los cupos ya están agotados, la movida podría extenderse hasta febrero de 2022.
Cómo es TRAZA
Entrar al antiguo edificio del diario La Prensa no es ir a ver una obra de teatro ni tampoco visitar una muestra en un museo. Para los curadores, es como ir a un parque de diversiones. Es una visita guiada. Es como una función, con una performance que tiene una línea dramatúrgica donde empieza y termina, explican los curadores.
Dos guías que no son guías (Daniel Vega y Tati Forace, una mujer trans) fueron especialmente convocados. Ellos le ponen su estilo y mucho humor para explicar la obra, contar aspectos históricos del edificio y hacer que el recorrido sea divertido, en una mezcla entre la realidad y ficción.
Las visitas son gratuitas y duran una hora y media. Foto F. de la Orden
“Dejamos que participen en la obra, ellos se meten en TRAZA. Llega un momento que no sabés si estás asistiendo a esa visita de verdad o la nuestra, que es delirante. Hay un momento que no sabés donde estás parado, queríamos que no hagas pie. Es todo como inestable”, explica Alejandro Ros, uno de los curadores.
Antes de hacer la visita, habrá que dirigirse al sector donde están las boleterías, en la entrada, para retirar el periódico “TRAZA”. Es una réplica del primer número del diario La Prensa, publicado el 18 de octubre de 1869, pero ahora con textos de Gabriela Cabezón Cámara, Liliana Viola y Gustavo Dieguez.
Su diseño está profanado. En ese mismo lugar, las personas de bajos recursos y también analfabetos solían retirar gratis el diario La Prensa para poder informarse o aprender a leer.
Una vez adentro, a disfrutar del recorrido junto con los guías. En el primer subsuelo, donde se encontraban las máquinas de impresión de los periódicos, hoy funciona una sala de ensayos de unos 2.500 metros cuadrados.
Los guías recorren desde el subsuelo hasta el último piso. Foto F. de la Orden
Aquí, las luces del lugar se encienden y se apagan en una milésima de segundo. La instalación está acompañada por otra performance sonora que por momentos remite a los ruidos de un tambor junto con otra secuencia musical donde la oscuridad pelea palmo a palmo con los latidos del corazón.
“La obra tiene muchas partes. Es como una performance con unos guías que llevan a la gente por el edificio donde hay instalaciones de audio y de luces donde los performers interactúan entre sí. También hay un diario, pero decidimos hacer uno falso, como si fuera una réplica. Cuando lo leés hay otras situaciones. Tiene el mismo formato, como si fuera el primer número de La Prensa”, explica Ros.
El recorrido continúa con una visita por el despacho de José C. Paz, el ex propietario del diario y fundador de La Prensa, ubicado en el primer piso. El lugar, poco frecuentado, contiene sonidos extraños mezclados con los muebles de madera, cuadros, muros y cielorrasos de la época, que fueron encargados al artista ítalo-uruguayo-argentino Reinaldo Giúdice.
Desde esa misma oficina se podrá acceder al Salón Dorado, una de las joyas que tiene el edificio, también en el primer piso. Tiene 242 metros cuadrados y recuerda al Palacio de Versalles parisino. Este lugar cuenta con espejos y un piano en medio del salón. También posee un globo terráqueo que contiene elementos de la masonería y está decorado con tapices franceses y cielorrasos pintados por Nazareno Orlandi. Se brindan conciertos y conferencias. Pasaron por allí Albert Einstein, Louis Armstrong, Jorge Luis Borges y Alfredo Palacios, entre otras celebridades.
El edificio de La Prensa tiene algo del Palacio de Versalles. Foto F. de la Orden
En el sexto piso están los consultorios médicos, legales y otros servicios gratuitos para los vecinos de la ciudad que se utilizaban en el siglo pasado. Algunos suben por escalera y otros lo hacen por el antiguo ascensor. También se puede permanecer en los balcones que dan al patio como refugio para descansar o atesorar alguna imagen del pulmón interno del edificio y de la cúpula, una de las joyas arquitectónicas del lugar.
Y la frutilla del postre está en el séptimo piso: la terraza está coronada por una farola de bronce de 4.100 kilos que representa a la diosa Palas Atenea, una obra del escultor francés Mourice Bouval. En este caso, la gigantesca estatua de unos cuatro metros de alto emite una serie luces desde su farola hacia toda la ciudad. “En realidad, se trata de un mensaje en código morse para decodificar”, revela Mariana Obersztern, también curadora.
Como parte del epílogo del recorrido, en la planta baja está la película de Alejandro Fadel. Acaso, la única de todas las obras que estarán para siempre, en formato digital. Para tenerla en el celu habrá que bajarla utilizando el código QR. “Son cosas que van a quedar, lo otro es efímero”, asegura Ros. De esta manera se completa la visita al antiguo edificio del diario La Prensa.
La performance está a cargo de cuatro curadores. Foto Fernando de la Orden
“Es raro que exista una obra que albergue esta calidad de artistas todos juntos. Creo que eso es bastante inédito. Que haya una obra en donde cada uno pueda hacer su trabajo y de alguna forma trabajar en conjunto porque no son obras separadas, están todas interconectadas pero que tenga este nivel. Y esto es digno de destacar. No suelen pasar estas cosas”, afirma Alejandro Tantanian, el cuarto curador.
TRAZA no es una obra de teatro ni una muestra de arte, tampoco es un recorrido académico. Es un híbrido, una performance que sólo puede ser atravesada por el poder del instinto sino que propone recorrer el interior de un histórico edificio de la Ciudad de una manera particular. ¿Alguna recomendación para los visitantes? Venir con el celular y llevarse el diario, aseguran los curadores. Pero también habrá que entregarse.
Se puede acceder a la película de Alejandro Fadel por el código QR. Foto Fernando de la Orden
Ficha
TRAZA
Dónde: Avenida de Mayo 575.
Cuándo: viernes, sábados y domingos a las 18:30. Visitas guiadas hasta el 19 de diciembre.
Entrada: gratuita. Cupo limitado de 30 personas por visita guiada.
Inscripción: desde la web de Vivamos Cultura.
Fuente: https://www.clarin.com/cultura/curiosa-performance-edificio-prensa-invita-conocer-secretos_0_bHMUAwzhr.html