Ojo vago: cómo detectarlo a tiempo
En la ambliopía, uno de los ojos no se desarrolla correctamente, y su capacidad queda reducida. La importancia de los controles oftalmológicos.
Un ojo que se desvía, o que brilla más que el otro. Un niño que gira la cabeza para ver siempre del mismo lado, o que suele chocarse con las cosas más de ese lado que del otro. Todas señales que podrían ser un indicativas de ambliopía, conocida como “ojo vago”, la capacidad de visión reducida de un ojo, debido a una anormalidad su desarrollo.
“La ambliopía expresa que uno de los ojos no aprendió a ver en la infancia, y luego, a pesar de que el ojo estructuralmente esté bien, no hay forma de ayudarlo a recuperar su capacidad visual en la adultez. Es un sistema de visión con un ojo sano, pero con deficiente desarrollo madurativo neurosensorial”, explica Germán Bianchi, médico oftalmólogo de la Clínica de Ojos Dr. Nano.
Para poner esta afección en contexto y dimensionar su prevalencia, el médico indica: “Según un estudio publicado en la revista British Journal of Ophthalmology en 2020, se estima que, en todo el mundo, en 2019 había 99,2 millones de personas con ambliopía, con una prevalencia similar entre ambos géneros»
«Y se espera que aumenten a 175,2 millones para 2030 y a 221,9 millones para 2040”, continúa. Se cree que afecta a entre el 2 y el 5% de los chicos.
El estrabismo suele ser una de las casus del ojo vago. Foto Shutterstock.
En el marco de la conmemoración del Día Mundial de la Visión, que se desarrolla hoy, se realizará el viernes 15 una campaña de detección de la ambliopía, organizada por el Consejo Latinoamericano de Estrabismo (CLADE) con el apoyo del Consejo Argentino de Oftalmología (CAO), la Sociedad Argentina de Oftalmología (SAO), la Sociedad Argentina de Oftalmología Infantil (SAOI), y el Centro Argentino de Estrabismo (CAE).
Causas
Respecto a las patologías que la producen, Bianchi destaca en primer lugar las diferencias de aumento o graduación que pueden existir entre un ojo y el otro.
“En ese caso, al cerebro le cuesta mucho fusionar ambas imágenes ya que son muy diferentes, y elige al ojo que ve mejor. Se queda con la mejor imagen, y va dejando de lado la utilización y, por ende, el desarrollo neurosensorial, del otro ojo”, resume.
Por otro lado, el estrabismo (ojo desviado) también puede estar entre las causas para que el cerebro elija al ojo que le provee la información visual que considera relevante, y deje de lado el desarrollo del otro.
Aunque hace una salvedad.
“Es cierto que hay estrabismos alternantes, en donde el cerebro utiliza a veces un ojo y a veces el otro, y entonces ahí no se genera ambliopía, a pesar de existir estrabismo. Asimismo, el estrabismo podrá ocurrir por un problema directamente relacionado a los músculos que mueven y posicionan los ojos, pero también por problemas de aumento del ojo y se llaman estrabismos acomodativos”, aclara.
Por último, el profesional menciona la opacidad de medios, lo que significaría una ambliopía por deprivación.
“Para que se genere visión, la información visual proveniente del exterior debe ingresar al globo ocular, llegar hasta el fondo del ojo y desde ahí se transmite al cerebro. Si hay algo que impida este recorrido, significa que hay una opacidad en los medios ópticos (trasparentes) que facilitan este proceso”, expone.
Y agrega: “Eso puede ser un problema en la córnea, que es la primera lente del ojo, como una cicatriz que afecte justo el centro de la visión», explica.
«O también -continúa. una opacidad del cristalino, cataratas, que pueden ser congénitas o adquiridas en la infancia como por ejemplo, por traumatismos. También hay casos donde se opacifica parte de la gelatina que rellena el fondo del ojo, llamado humor vítreo», detalla.
Un diagnóstico temprano
Para poder llevar a cabo un tratamiento exitoso, tal como indica el profesional, los problemas de ojo vago se pueden (y deben) tratar lo antes posible.
“Primero se identifica la causa y, en base a eso, se corregirá su origen: por ejemplo, dar el aumento correcto, corregir la opacidad de medios, o alinear los ojos en el estrabismo”, señala.
Los controles oftalmológicos deben ser anuales hasta los 17 años. Foto Shutterstock.
“Pero también -continúa- será necesario reforzar el desarrollo neurosensorial del ojo vago. Para esto hay diferentes estrategias terapéuticas, que deberán ser personalizadas en cada paciente, pero básicamente se trata de tapar el ojo bueno y hacer trabajar al ojo vago, una cierta cantidad de horas al día”, relata.
En la actualidad, con la ayuda de la tecnología, se están desarrollando sistemas más modernos que funcionan como si fueran videojuegos para estimular la visión del ojo vago, cuenta.
¿Tiene cura?
“La ambliopía se puede curar si se toma a tiempo. Se puede mejorar cuando se toma más tardíamente”, sentencia.
En esta línea, aclara que de diagnosticarse en la adultez, no sería posible resolverlo, aunque sostiene que, con nuevos conocimientos sobre la neuroplasticidad del cerebro mediante, no dejan de investigarse diferentes formas de poder “enseñar a ver” a ojos vagos de personas adultas.
Si por el contrario no logra detectarse y tratarse adecuadamente en tiempo y forma, se generará un déficit de la visión, de diferente grado o severidad, pudiendo incluso ocasionar que un ojo quede ciego por ambliopía y que la persona vea con el otro ojo normalmente, en un caso de “monovisión”.
Las consecuencias de que esto ocurra podrían empeorar la visión: “Se afecta algo llamado estereopsis, que es la visión de profundidad o visión en 3D, generando en muchos casos una discapacidad visual para ciertas tareas e incluso actividades laborales de alta precisión”, advierte.
Prevención
Por todo esto, es importante no saltearse controles oftalmológicos que comienzan con el nacimiento del niño o la niña, continúan a los meses y al año, para posteriormente mantener un control anual hasta finalizar el secundario.
“Luego, a partir de los 40 años, también se recomienda un control oftalmológico anual de rutina. Entre ambos extremos (17 a 20 años y hasta los 40 años) si bien el control anual siempre es recomendable, se podrían realizar controles cada 2 años en personas jóvenes sanas y sin antecedentes de alteraciones visuales”, recomienda.
Dichos controles en la infancia pueden llevar a detectar los problemas más frecuentes que pueden afectar a los niños, como son los relacionados con temas de aumento (miopía, hipermetría y astigmatismo), que se pueden y deben corregir con anteojos.
También el estrabismo y menos frecuentemente los problemas de opacidades de medios ópticos del ojo.
“Las alergias oculares en los niños también son frecuentes y si bien la mayoría de las veces no son graves, hay casos muy severos que pueden dar origen a cicatrices en la córnea que ocasionen ambliopía», ejemplifica.
«A veces, estas cicatrices corneales también se pueden producir por infecciones oculares y traumatismos. Por eso, no hay que desatender los golpes que puedan ocasionar cataratas traumáticas y que también originen ambliopía”, subraya.
Por último, sugiere: “Los padres deben solicitar un control oftalmológico lo antes posible si sus hijos tienen los ojos rojos y/o lagrimeo de forma crónica o frecuente, si se los restriegan constantemente o si sospechan que hay alguna dificultad visual o trastornos de aprendizaje, que pueden deberse a problemas visuales”.
“Claro está que ante cualquier traumatismo que involucre la cabeza y se puedan afectar los ojos, se debe realizar el control y descartar lesiones oculares, que a veces pueden ser internas y no observarse a simple vista”, concluye.
Fuente: https://www.clarin.com/buena-vida/ojo-vago-detectarlo-tiempo-forma-tratarlo_0_nEBM52WpM.html