Oscar, más motivos de indignación
El menosprecio a la animación en los Oscar indignó a los creativos que reclaman respeto. Las actrices a cargo de la entrega de premios a la categoría Mejor Película Animada leyeron un guión en donde se referían a la animación como algo que disfrutan los chicos y padecen sus padres. Muchas voces se levantaron para pedir el reconocimiento que los trabajadores se merecen.
POR TOMÁS ELIASCHEV
La ya célebre cachetada que le pegó a Will Smith a Chris Rock no fue el único hecho que generó polémica en la ceremonia de los Oscar del domingo pasado. En esta oportunidad, como nunca antes, la animación estuvo en el centro de la escena de los premios de la Academía de las Artes y Ciencias Cinematográficas (AMPAS por sus siglas en inglés). Y no sólo porque se complicaron los planes para “Madagascar 4”, la cuarta entrega de la saga cuyo estreno estaba previsto para el 2023, en donde Rock pone su voz a la cebra Marty y Jada Pinkett Smith, la esposa de Smith, a la de la hipopótama Gloria. El problema surgió a partir de las palabras que pronunciaron las actrices a cargo de la entrega de la estatuilla a Mejor Película Animada.
Desde su nominación, no había duda que la ganadora sería “Encanto”. Y más aún desde que se anunció que serían tocados en vivo dos temas de la película -“Dos oruguitas” y “No se habla de Bruno”-, ratificando el abrumador favoritismo con el que cuenta la compañía del ratón en los Oscar. No fue casualidad que el premio fuera entregado por tres actrices que protagonizaron o protagonizarán los remakes live-action de tres clásicos inmortalizados en los dibujos animados de Disney: Halle Bailey («Sirenita»), Naomi Scott («Cenicienta») y Lily James («Jazmín»). Pero esto fue lo que motivó el malestar entre los creadores y los trabajadores de la industria, que se encuentran en pleno reclamo de sus derechos laborales.
“Las tres tuvimos el privilegio de interpretar a amados personajes en películas en vivo”, arrancó Scott. “Ellos ocupan un lugar especial en nuestro corazón, porque las películas animadas constituyen una de las experiencias cinematográficas más formativas como chicos”, siguió Bailey. “Tantos chicos ven estas películas una y otra vez”, agregó la actriz de «La Cenicienta» de 2015. “Una y otra vez”, sumó la futura intérprete de Ariel, revoleando los ojos. “Veo algunos padres por aquí que saben exactamente de lo que hablamos”, remató, cómplice -que hizo de la princesa en la versión de «Aladdín» de 2019- entre las risas de sus colegas.
A continuación anunciaron las nominadas, en donde estaba “Flee”, una biopic animada que narra la tremenda historia de Amin, un refugiado afgano gay que tuvo que escapar por los talibanes, logró huir a Rusia y luego a Dinamarca. Esta película, claramente dirigida a un público adulto, también compitió en las categorías Mejor Documental y Mejor Película Internacional.
“Ha sido profundamente significativa la experiencia de ver a ´Flee´ llegando a una audiencia a nivel mundial para entender cómo la historia de Amin toca a la gente más allá de las fronteras y tener la posibilidad de darle una voz humanizada a la narrativa sobre los refugiados, que desafortunadamente es tristemente relevante ahora mismo”, escribieron los realizadores de la película en su cuenta de Instagram luego de conocerse la decisión de los integrantes de la Academia, valorando el espacio pero dejando el claro que la animación está muy lejos de ser algo que los niños disfrutan en loop mientras que los adultos tienen que soportar.
Los dichos de las actrices generaron malestar porque, más allá de “Flee”, tanto la ganadora -que en definitiva también cuenta, desde la ficción, una historia de refugiados, en este caso situados en algún lugar de Colombia-, como las otras contendientes (“Raya y el último dragón”, “Luca” y “La familia Mitchell vs las máquinas”), son películas familiares, destinadas a todas las edades, es decir llenas de guiños que sólo los adultos entenderán.
También generó malestar que uno de los premios que no tuvo transmisión en vivo fue la categoría Mejor Corto Animado. Teniendo en cuenta lo que sucedió después, las palabras que dijo el ganador, el español Alberto Mielgo, director de “The Windshield Wiper” («El limpiaparabrisas»), que usó su discurso de aceptación para sentar postura, adelantándose a lo que vendría después. “La animación para adultos es un hecho. Está pasando. Llamemoslo cine. Me siento muy honrado, esto es sólo el principio de lo que podemos hacer con la animación”.
Desde la cuenta oficial de “Los Mitchell”, pusieron una imagen de Linda, la mamá de la protagonista, con un cartel que dice “La animación es cine”.
El que hizo público su enojo con el guión pronunciado por las actrices fue Phil Lord, productor de “Los Mitchell…”, ganador del Oscar con la genial película animada“Spider-Man: Un nuevo universo”, muy reconocido por sus cintas basadas en la franquiciaLego y director de la película de acción “21 Jump Street”, entre otras creaciones.
En el mismo sentido se expresó Lee Unkrich, director de dos éxitos del estudio Pixar, “Coco” y “Toy Story 3”, que citó el mensaje de su colega y agregó, en mayúsculas, “GRITANDO ESTE TWEET DESDE LO ALTO DE UNA MONTAÑA».
Por su parte Lord, retuiteó al crítico de cine Carlos Aguilar que explicó lo que sienten muchos creativos. “La animación puede ser trascendental, lírica y hasta mucho más profunda sobre la experiencia humana que muchas películas de acción en vivo. Es una pena que la gente siga menospreciando a este increíblemente medio. Los artistas de animación merecen respeto”, escribió. Y acompañó el texto con imágenes de películas icónicas como “La tortuga roja”, “Persepolis”, “Anomalisa”, “Vals con Bashir”, “Perfect Blue”, “El Hijo de la Yegua Blanca”, “El niño y el mundo” y “Chico y Rita”.
Lord también retuiteó los mensajes de los trabajadores de la industria de la animación que se encuentran llevando adelante un conflicto laboral histórico y que ante lo sucedido en la ceremonia poblaron las redes con el hashtag #NewDeal4Animation, algo así como “un nuevo acuerdo para la animación”, una expresión que está inspirada en las políticas progresistas del presidente estadounidense Franklin Delano Roosvelt y que es el grito de guerra del sindicato The Animation Guild (TAG). Muchos recordaron que los premios Oscar nacieron en 1927 con la intención de desarmar los incipientes esfuerzos de los artistas por organizarse sindicalmente en Hollywood.
El texto escrito por la diseñadora de personajes de la Warner Brothers, Megan Phonesavanh, con ironía agradece a “Los Oscars y AMPAS por menospreciar el duro trabajo de los animadores que mantuvieron la entera industria solvente mientras el Covid hizo cerrar cada uno de los sets de filmación”. Este es uno de los argumentos del sindicato, que reclama que los guionistas de películas animadas ganen lo mismo que sus colegas de las películas de acción en vivo.
“Pasamos AÑOS presentando proyectos, escribiendo, haciendo guiones gráficos, diseñando, dirigiendo y reescribiendo sólo para que nuestro medio sea despreciado y burlado públicamente, mientras nos pagan la mitad que a nuestros colegas en las películas de acción real”, tuiteó Shannon Tindle, guionista de la nominada para el Oscar “Kubo y la búsqueda del samurái”.
“Los trabajadores de la animación estamos negociando un nuevo acuerdo ahora mismo. Nuestro trabajo hizo que durante la pandemia los estudios siguieran trabajando. Nuestro trabajo trae alegría a chicos y adultos. La animación merece respeto. Estas palabras no hacen más que echar nafta al fuego”, escribió Madison Bateman, guionista de “Ducktales”, entre otras series animadas.
Más allá de los escándalos que tiñeron la primera entrega de premios que se pudo hacer con público en dos años, quedó claro que con cada vez más frecuencia escucharemos voces que exigen que se le dé a los trabajadores de la animación y a sus creaciones el respeto que se merecen.
Fuente: Télam