Aprender a decir “no” para cuidar nuestra salud
Algunos de los puntos que pueden influenciar nuestras respuestas son el temor a ofender o la culpa. Cuáles son las distintas formas de negarnos ante un pedido.
Hoy me quiero referir a las personas a las que les cuesta trabajo decir que “no”. Hay muchas personas que por temor a ofender, por temor a perder el cariño, por sentirse con culpa, por distintas razones, no dicen que no y aceptan cosas que después no les gustan.
Por ejemplo, “¿este sábado te podés quedarte para cuidar a los nenes desde las 9 de la noche hasta las 4 de la mañana?”. “Sí, con todo gusto. ¿Cuántos son?”. “Bueno, son dos y dos amiguitos, son cuatro”. Entonces, vos tenías un programa y lo que querés hacer el sábado a las 10 de la noche realmente te produce, bueno, te produce bastante mal humor.
Y acá es donde está la diferencia entre tres formas de decir que no. Bueno, una de las formas te dicen: “Bueno, ¿querés hacer tal cosa?”. Sí, es una de las formas de reaccionar. “Bueno, sí te lo voy a hacer, qué sé yo”. Es decir que es pasivo. Y te quedas con todo el fastidio. Hace mal a la salud.
La otra es ser agresivo. “¡No, no me vengas con eso!”. Eso es una forma de decir que no, que no facilita el vínculo con las demás personas. Y, después, está la asertividad, que es la forma de defender tus derechos sin molestar al otro. Si vos acostumbras a la gente a hacer cosas que no tenés ganas, la gente lo va a seguir haciendo y vos te vas a seguir resintiendo.
Pese a que no tenga ganas, si usted se acostumbra decir que sí, se va a seguir resintiendo y eso es malo para su salud / (Getty)
Al igual que hoy le hablo de aprender a decir que “no”, le recuerdo cuando hablamos de la resiliencia. Es decir de cómo nos podemos sobreponer a las cosas que, aunque lo intentemos, no salen como lo esperábamos.
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Entonces, la pregunta es: ¿cómo reaccionás cuando algo no te sale bien? ¿Te enojás? ¿Lo aceptás? Una nota buena que leí de Ariel Torres explica cómo nos comportamos los seres humanos cuando algo nos sale mal. Esto es una cosa que nos unifica y nos hace parecidos a los 8.000 millones de habitantes que hay sobre la Tierra. Es que algunas cosas nos salen bien y otras nos salen mal.
¿Cómo reaccionamos frente a esto? Bueno, yo les voy a dar un ejemplo. Yo comencé a aprender danza aérea de grande, después de los 70 años, y yo quería aprender a dar vueltas. Quería aprender a dar vueltas, pero quería aprenderlo y me costaba muchísimo porque no tengo habilidad corporal. Pero seguí insistiendo hasta que finalmente salió.
O sea, tenía la motivación, tuve la resiliencia de seguir pese a que las cosas. Al principio, me costaban muchísimo. En oposición, si bien yo me manejo bien en búsquedas en todo lo que sea internet, buscar información, armar papers, armar trabajos y comunicarme con otros; con las redes sociales, no me manejo.
Poder decir «no» es importante para nuestra salud, porque evita que tengamos enfrentar un «mal trago» / (Getty)
Entonces, he preguntado muchas veces cómo se encuentra algo en Instagram o cómo se hace esto, y la verdad que me relajo, aflojo los hombros y acepto que algunas cosas no me van a salir bien.
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No me peleo más con la situación. El asunto es que sos humano y, como humano, no sos perfecto. Te va a relajar mucho si aflojás los hombros y decís, “bueno, soy bueno en esto, no quiere decir que voy a ser bueno en todo”.
Muchas cosas en la vida no van a salir bien. Pondré mi mejor esfuerzo en pagar el precio en insistir en aquellas que me son indispensables. Y en aquellas que no, me relajo.
Entonces, luego de analizar la importancia de decir “no” y lo relevante que es ser resilientes, le dejo una frase que seguro la conoce. Como dice Mirtha: “Como te ven, te tratan. Si te ven mal, te maltratan. Y si te ven bien, te contratan”.
Fuente: https://www.infobae.com/tendencias/2023/03/09/la-importancia-de-aprender-a-decir-que-no-para-cuidar-nuestra-salud/