Bajar la presión de a dos
Un amplio estudio mostró alta «concordancia conyugal».Sugieren intervenciones de detección y tratamiento en conjunto.
La edad es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar hipertensión. Foto Shutterstock.
Hijos (si es que los hay), canciones, películas, rutina, vacaciones, comidas, alegrías y tristezas, salidas, guiños y complicidades varias: las parejas comparten una lista interminable de cosas entre las que se incluyen, con mayor frecuencia después de los 50, los problemas de salud. La hipertensión es uno de ellos.
Así lo mostró un estudio publicado en Journal of the American Heart Association (la revista de la Asociación Estadounidense del Corazón) que halló que, a partir de la mediana edad, si uno de los integrantes de la pareja tiene presión arterial alta, es probable que el otro también la tenga.
Suena lógico, si se tiene en cuenta que la edad es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar hipertensión. Pero también inciden factores modificables que, a menudo, «se mimetizan» entre cónyuges que llevan muchos años juntos.
A raíz de eso, los autores del trabajo sugieren que las intervenciones en pareja pueden ayudar a mejorar el diagnóstico y el tratamiento de la presión arterial alta.
«Mucha gente sabe que la presión arterial alta es común en adultos de mediana edad y mayores, pero nos sorprendió descubrir que entre muchas parejas mayores, tanto el hombre como la mujer (N. de E.: el estudio fue realizado en parejas heterosexuales) tenían presión arterial alta en Estados Unidos, Inglaterra, China y la India», afirmó en un comunicado de la AHA la autora principal de la investigación, Chihua Li, becaria postdoctoral de la Universidad de Michigan y autora correspondiente del estudio.
Concordancia conyugal
De la investigación participaron casi 34 mil parejas de esos cuatro países. Los investigadores utilizaron datos tomados de estudios sobre el envejecimiento que son representativos de esas poblaciones. Cada uno reclutó primero a un participante principal que cumplía con la edad de elegibilidad (50 años o más para los estudios en los EE.UU. e Inglaterra y 45 años o más para los estudios en China e India) y luego invitó a su cónyuge a participar.
«Queríamos saber si muchas parejas que conviven y que suelen tener los mismos intereses, entorno, hábitos y resultados de salud también pueden compartir la presión arterial alta», comentó el coautor principal Jithin Sam Varghese, del Centro de Investigación de la Universidad Emory, en Atlanta.Desde 135/85 se considera presión alta. Foto Shutterstock.
¿Qué hallaron? Que la prevalencia de hipertensión arterial en los dos integrantes de la pareja alcanzaba casi a la mitad en Inglaterra (47%), al 38% en Estados Unidos y a una de cada cinco en China e India.
Sin embargo, las probabilidades de tener presión arterial alta si la pareja era hipertensa eran más altas en India y China (19% y 26%) que en Estados Unidos e Inglaterra (9%).
«Observamos que la concordancia conyugal fue ligeramente más fuerte en China y la India que en Estados Unidos e Inglaterra», señalaron los autores y admitieron que es probable que esas diferencias sean multifactoriales.
En parte, sugirieron, podrían atribuirse a divergencias culturales entre países: «en los contextos culturales asiáticos, se consagra el colectivismo y se anima a los miembros de la familia, incluidos los cónyuges, a depender unos de otros, lo que produce una relación interpersonal más sólida».
«Por el contrario, el individualismo enfatizado por las culturas occidentales promueve la independencia y la libertad mutuas», contrapusieron.
Añadieron, no obstante, que la predisposición genética, el ambiente y la interacción con el entorno también podrían explicar las diferencias en la magnitud de la asociación.El estudio evaluó la prevalencia de la concordancia conyugal en la hipertensión. Foto Shutterstock.
¿A qué se debe esta concordancia conyugal? Los investigadores mencionan dos mecanismos posibles. Uno es el del «apareamiento selectivo», que lleva a las personas a elegir una pareja con ciertas características similares, como posición socioeconómica, educación y comportamientos de salud (consumo de alcohol, de tabaco, alimentación, actividad física).
La otra explicación es que la convivencia profundiza las características compartidas a medida que pasa el tiempo. Es decir, que los integrantes ejercen una influencia mutua (para bien y para mal, claro).
Del riesgo a la oportunidad
«Los autores informan un hallazgo importante entre los adultos de mediana edad y mayores: si tu cónyuge tiene hipertensión, es más probable que vos también tengas la presión arterial alta«, destacó Bethany Barone Gibbs, presidenta del departamento de epidemiología y bioestadística de la Escuela de Salud Pública de Virginia Occidental, en Estados Unidos.
«Estos hallazgos son importantes porque la hipertensión se encuentra entre los factores de riesgo cardiovascular modificables más importantes y sigue siendo altamente prevalente y mal controlada a un nivel cada vez más global», valoró.
Y coincidió con los autores en que el enfoque actual de las estrategias clínicas para controlar la hipertensión a nivel individual no es adecuado, por lo que las intervenciones dirigidas a parejas «pueden ser especialmente efectivas».
Según los investigadores, a medida que el envejecimiento de la población se acelera, la concordancia conyugal en la hipertensión también crece. Y eso implica no solo una amenaza, sino una oportunidad.Los cambios de hábitos, mejor en pareja. Foto Shutterstock.
«Dado que la hipertensión se puede prevenir y tratar, los hallazgos de nuestro estudio implican que podemos promover la salud cardiovascular en la vejez a través de cambios incrementales, como el diseño de intervenciones basadas en parejas», propusieron.
Básicamente, lo que argumentan es que las parejas pueden «actuar como un equipo para evaluar el problema, cambiar su comportamiento y manejar la enfermedad juntos».
«Nuestros hallazgos sugieren que evaluar a las parejas y diseñar intervenciones basadas en torno a la unidad familiar puede mejorar el diagnóstico y el tratamiento de la hipertensión», señalaron.
A nivel mundial, el subdiagnóstico de la hipertensión y el mal control de la presión arterial alta es una de las grandes preocupaciones. En Argentina, sin ir más lejos, más de tres de cada 10 adultos viven con hipertensión pero, de ellos, casi un 40% no conoce su diagnóstico y, del 60% que sí lo tiene, más de la mitad está tratado y no está bien controlado.
«En el contexto de nuestro estudio, en lugar de centrarse en los individuos, los profesionales de la salud pueden invitar a los pacientes y a sus parejas a realizar pruebas de detección de hipertensión tal como ocurre con las infecciones de transmisión sexual, desarrollar un plan de tratamiento conjunto y alentarlos a controlar las enfermedades como una unidad», destaca el artículo.
«Hacer cambios en el estilo de vida, como ser más activo, reducir el estrés o llevar una dieta más saludable, puede reducir la presión arterial; sin embargo, estos cambios pueden ser difíciles de lograr y, lo que es más importante, de sostener si tu pareja (y la unidad familiar en general) no están haciendo cambios con vos», opinó Gibbs.
Los resultados de un trabajo de investigadores del University College London y la Fundación Británica del Corazón –publicado en 2015 en la revista JAMA– abona esa teoría. Basado en la experiencia de más de 3700 parejas de mayores de 50 años que vivían bajo el mismo techo, comprobó que adquirir hábitos saludables es más fácil si se hace de a dos.
Una de las principales conclusiones a la que arribó el equipo es que el cambio se tiene que encarar en conjunto. Algunos ejemplos: la mitad de las fumadoras logró dejar el cigarrillo cuando su pareja lo hizo al mismo tiempo, dos de cada tres participantes se volvieron más activos físicamente si su pareja se volcó al ejercicio junto con ellos, mientras que un cuarto de los varones y un tercio de las mujeres logró su objetivo de bajar de peso encarando el plan en equipo.
«Los hallazgos también sugieren un enfoque más amplio: es probable que sean necesarias intervenciones que utilicen un modelo socioecológico que considere los determinantes de la hipertensión en los niveles individual, interpersonal, ambiental y de políticas para reducir la carga de la hipertensión para la salud pública mundial», concluyó Gibbs.
Conocer y controlar la presión arterial
«El trabajo me parece bastante lógico , cuando la prevalencia de hipertensión arterial en población adulta (en la edad media de la vida) es muy alta», respondió ante la consulta de Clarín el cardiólogo Marcos Marin, ex presidente de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA).
A los 60 años, el 60% de las personas tienen hipertensión, por lo que no es inusual que ambos integrantes de una pareja que ronda o supera esa edad vivan con presión arterial alta, consideró el coordinador de la campaña «Conoce y Controla tu Presión Arterial».
Para Marin, el problema del subdiagnóstico y el mal manejo requiere también atención antes en la vida. «Entre los 25 a 35 años el porcentaje de varones con hipertensión es bastante mayor que en las de la misma edad», afirmó. Así lo demostraron los estudios epidemiológicos RENATA I (que él lideró) y RENATA II, realizados en el país.
«Para mí es más importante que en una casa de familia haya un tensiómetro automático validado para que todos los miembros de la familia conozcan su presión», afirmó. Aunque admitió que la efectividad de su hipótesis debería ser comprobada a través de la ejecución de un estudio científico.
Fuente: https://www.clarin.com/buena-vida/muchas-parejas-mayores-50-comparten-presion-arterial-alta-riesgo-oportunidad_0_dbqi95GBOQ.html