Coliving, nueva modalidad de alojamiento turístico
El coliving nació en San Francisco, Estados Unidos, luego se propagó hacia las principales ciudades europeas y finalmente desembarcó en América del Sur y Argentina, donde aseguran sus impulsores, el contexto de la pandemia será clave para consolidarse.
Básicamente, es una nueva modalidad de alquileres temporarios diseñada para albergar a estudiantes, turistas y viajeros de negocios que se instalan en una ciudad por un período de mediano a largo plazo; funciona en edificios u hoteles remodelados y promueve la sociabilidad y los lazos de comunidad entre sus huéspedes a través de sus espacios comunes y diferentes actividades, desde clases de yoga hasta cenas en grupo.
Básicamente, el coliving surge en base a dos nuevas tendencias que existían en el mundo y se fueron instalando paulatinamente en la medida que otros servicios de hospedaje no terminaba de satisfacer esa demanda. Por un lado, un cambio de mentalidad en el grupo de la denominada Generación Instagram, donde se plantea un cambio de paradigma en el que la experiencia se valora por encima de la propiedad. Un viajero que busca atravesar la experiencia de «vivir como local», distinta a la del turista convencional, tal vez para trabajar, aprender un idioma o incluso vacacionar por un período más prolongado de tiempo. Por otro lado, el avance de la tecnología y el trabajo remoto que ofrece cada vez más facilidades para trabajar a distancia. Una tendencia que asoma en el horizonte, y en la medida en que las políticas de restricción se flexibilicen cada vez más seguramente encontrará terreno fértil para crecer y consolidarse: los nómades digitales.Ads by
«Todo indica que en la nueva normalidad los primeros en volver a viajar van a ser los centennials/millennials, una generación que considera cada vez más la posibilidad de trabajar o estudiar y vivir una experiencia como locales; estar, pertenecer, disfrutar. Y justamente, los espacios de coliving, que ya existían antes de esta pandemia, vienen a satisfacer esas necesidades de estadías más largas para crear un balance entre independencia y comunidad. Una vida con comunidad, que no es lo mismo que una vida en comunidad, señala Laura Matta, directora de Marketing de Casa Campus, una empresa de coliving que funciona en Buenos Aires desde 2014.
Además, ese tipo de viajero tiene una necesidad de hospedaje que en un contexto de aislamiento social, puede despertar el interés de un segmento aún mayor de potenciales viajeros que decidan cambiar temporariamente su lugar de residencia. Generalmente se trata de individuos o parejas que valoran la privacidad así como la posibilidad de tener fácil acceso a una experiencia de sociabilidad.
«Además de ofrecer un producto flexible, con alquileres temporarios, departamentos completamente equipados en edificios con áreas comunes que incluyen coworking, sala de estudios y otras comodidades, en este contexto se suma el plus de cuidado, seguridad y protocolos de higiene y limpieza que los alquileres independientes no pueden garantizar», apunta Matta.
Por ejemplo, se puede contratar una unidad funcional completa (con baño y cocina propios) a partir de 25 m2, en la que se garantiza un protocolo de seguridad e higiene acorde a las reglas establecidas, con baja densidad de personas y baja rotación de los visitantes del edificio; alta conectividad y una app a través de la cual se pueda manejar la comunicación con el operador y con el resto de los miembros del edificio. Las tarifas varían según la zona y la temporada, pero en promedio, un mono ambiente amoblado con todos los servicios e Internet incluido, además de las actividades que se realizan, cuesta entre 400 a 450 dólares mensuales promedio
Respecto de las condiciones para ingresar, el único requisito es cumplir con las normas de convivencia que allí se establecen. En este caso, el tiempo mínimo de estadía es de una semana y el máximo, de tres meses renovable, con contratos flexibles sin garantías inmobiliarias.
Varias alternativas
Por lo pronto, en el país existen unas diez alternativas de esta modalidad concentradas en Buenos Aires, una tendencia que seguramente se extenderá también a las principales capitales de provincias.
Ubicada frente a Plaza Armenia, Casa Nica es otro ejemplo de una empresa dedicada al alquiler de espacios para viviendas temporales. Ofrece habitaciones amuebladas en casas compartidas para estudiantes o turistas que vienen a Buenos Aires por un tiempo prolongado y quieren compartir un departamento en la ciudad con gente joven de todo el mundo. La propuesta apunta especialmente a jóvenes de entre 18 y 30 años que viajan para estudiar en la universidad, aprender español o trabajar, la mayoría extranjeros, que estudian en una universidad, aprenden español o realizan una práctica laboral. Nuevamente, el acento está puesto un ambiente moderno y accesible donde los residentes puedan vivir, estudiar, trabajar y socializar en un solo lugar. En este caso, la residencia ofrece habitaciones individuales y compartidas con baño privado, un amplio estar, dos sectores de TV, escritorios para estudiar/trabajar, estacionamiento seguro de bicicletas en el acceso, lavandería, dos patios al aire libre, Wifi, cerraduras digitales y cámaras de seguridad.
«En cualquier caso, el Coliving tiene como propósito hacer simple el arribo a una ciudad, facilitar temas administrativos como las garantías o el hecho de cobrar todo en una única factura, ofrecer unidades totalmente amobladas y equipadas y contar con un building manager in house que organiza la convivencia y las actividades que se proponen dentro del establecimiento. La experiencia buscada es la de llegar a casa, sentirse como en casa, explica Matta.
El gran desafío es generar una oferta de vivienda que potencie aquellas posibilidades que la hotelería tradicional no cubre para ese público.
«El coliving absorbe diferentes productos de hospitalidad, se parece un poco a muchos, pero no es exactamente igual a ninguno, y por eso se constituye como una oferta en sí misma. Por ejemplo, a diferencia de un hostel, son unidades completas (baño y cocinas propios) y la estadía promedio es más larga. Tiene también algo de Aibnb por el concepto de alquileres temporarios con todo incluido, pero la gran diferencia en este caso es que tu departamento está en un edificio enteramente dedicado a ese uso y con un operador que te brinda servicio», concluye.