Cómo actuar en una intoxicación por medicamentos
Los errores en la identificación y la posología (concretamente, dobles y triples dosis de los fármacos que se toman habitualmente) o la confusión entre varios medicamentos son el principal motivo de consulta al Servicio de Información Toxicológica en la población adulta (sobre todo en la tercera edad), según datos del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses. Y, también, se trata de los principales despistes o acciones involuntarias implicadas en las intoxicaciones medicamentosas accidentales, un problema que, como explica David Israel Delucca, especialista en Medicina de Familia y profesional de Urgencias del Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo, de Madrid, es responsable de una alta mortalidad entre la población a nivel mundial, “aunque por suerte, en la mayoría de los casos, estas intoxicaciones suelen ser leves y fáciles de manejar, debido en gran medida a que los rangos terapéuticos de los fármacos comercializados suelen permitir un margen de seguridad en los casos de sobredosis”.
Al analizar más a fondo las prácticas que con más frecuencia desencadenan en una intoxicación de este tipo, Delucca comenta que la principal es el mal manejo de la dosificación, debido a la búsqueda por parte del paciente de resultados más “rápidos”. Por su parte, Marta Martínez del Valle, responsable del Grupo de Urgencias y Emergencias de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), apunta a que en un buen número de ocasiones, estos episodios se deben a repeticiones o confusiones en las dosis “y también, en algunos casos, a la asociación de fármacos que no han sido prescritos por el médico de familia”. Otro factor implicado, aunque en menor medida, es la confusión de un medicamento por otro.
“Sin embargo -añade Martínez del Valle- tanto el tipo de fármaco asociado a la intoxicación como las circunstancias implicadas en la mala administración del mismo dependen de múltiples factores, entre ellos, la edad. Así, en las personas mayores de 70 años, se ha visto que la disminución sensorial o la presencia de enfermedades neurológicas degenerativas pueden contribuir a que estos pacientes ingieran dosis mayores de las prescritas, o a que confundan el fármaco que deben tomar. También influyen la polimedicación o la presencia de enfermedades crónicas en las que coexista una alteración tanto en la metabolización como en la eliminación de los fármacos”.
Benzodiacepinas: en el ‘top’ de un ránking peligroso
“En España, los fármacos que con más frecuencia están implicados en las intoxicaciones medicamentosas (tanto accidentales como intencionadas) son los analgésicos, las benzodiacepinas y los antidepresivos”, dice David Israel Delucca.
La doctora Martínez del Valle coincide en identificar a las benzodiacepinas como una de las opciones terapéuticas que producen un mayor número de consultas por estas intoxicaciones en adultos, sobre todo en los servicios de urgencias, y destaca también el papel que tienen en este sentido otro tipo de sustancias como la digoxina (un fármaco cardiovascular), especialmente en pacientes mayores de 65 años.
El mal uso y abuso de las benzodiacepinas (medicamentos que disminuyen la excitación neuronal y que habitualmente se usan tratar los síntomas de ansiedad, insomnio y determinados trastornos emocionales, entre otros) es de hecho una alerta recurrente por parte de las autoridades sanitarias, debido al aumento de su consumo en todas las franjas de edad. Una de las evidencias más recientes -y preocupantes- sobre su consumo procede de un análisis de 16 años de duración llevado a cabo por la Asociación Estadounidense de Centros de Control de Envenenamiento (aapcc), publicado en Clinical Toxicology y cuyas conclusiones demuestran un importante aumento de su ingesta (concretamente, un 54% ) en menores de 18 años durante el periodo estudiado. Este incremento está en línea con el reportado en nuestro país por la Asociación Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (entre el año 2000 y el 2012 su consumo creció en un 57%). Tal y como concluyeron los autores del estudio estadounidense, aunque la sobredosis de benzodiacepinas no es potencialmente mortal por sí sola, los datos demuestran que su consumo, en el caso de los adolescentes, se asocia una o más sustancias adicionales, lo que aumenta la gravedad de los efectos.
“¿Me habré intoxicado?” Síntomas que dan la pista
“La sintomatología presente en estas intoxicaciones depende básicamente del fármaco causante; por tanto, es difícil generalizar. Y lo mismo ocurre con el tiempo que tardan en aparecer los síntomas, ya que están implicadas muchas variables, como pueden ser las dosis ingeridas, la vía de administración, la implicación de varias sustancias al mismo tiempo o la existencia de una patología que afecte a la metabolización de los fármacos implicados, entre otras”, afirma Marta Martínez del Valle. La doctora incide en que la mayoría de los episodios se resuelven satisfactoriamente sin necesidad de tratamientos excepcionales ni ingreso hospitalario, y, por lo general, basta con mantener la vigilancia durante 12-24 horas, pero recomienda estar alerta para detectar si la toma de determinado medicamento se asocia a alguno de estos síntomas:
- Disminución del nivel de conciencia.
- Dificultad para despertar.
- Síncopes.
- Palpitaciones.
- Manifestaciones digestivas como vómitos, náuseas o dolor abdominal.
- Sensación de fatiga.
- Cefalea intensa.
“En estos casos, se debe consultar inmediatamente con el médico de familia o alertar al Servicio de Emergencias (112) para que realice una valoración diagnóstica lo más rápidamente posible y se administre el tratamiento necesario”, añade Martínez del Valle.
¿En qué casos hay que ir a urgencias?
Por otro lado, y aunque lo que determina la mayor o menor gravedad de una intoxicación medicamentosa es la dosis ingerida y la situación concreta del paciente, hay determinados fármacos cuya toxicidad es mayor y, por tanto, derivan en una urgencia hospitalaria: “En este sentido, hay que destacar que la intoxicación por paracetamol puede ser fatal, al igual que las combinaciones de psicofármacos, antibióticos y antiarrítmicos, las cuales pueden causar arritmias graves que podrían desencadenar la muerte”, explica David Israel Delucca.
El protocolo estándar que se sigue en el manejo de estas intoxicaciones en los servicios de urgencias incluye la historia clínica (“el arma más importante para el diagnóstico”, dice el experto); exploración física (en búsqueda de signos compatibles con cada uno de los grupos medicamentosos); pruebas complementarias (electrocardiograma, radiología, búsqueda específica de fármacos en orina/sangre, analítica con función renal, hepática y coagulación); tratamiento con antídoto (medicamentos que neutralizan los efectos del tóxico) si se posee; y tratamiento de soporte (monitorización de ventilación y de ritmo cardiaco etc.).
Evitarlas y saber actuar cuando ocurren: una asignatura pendiente
Respecto a si existe la suficiente concienciación sobre el riesgo de intoxicarse con la ingesta de medicamentos y qué hay que hacer en caso de que esto ocurra, Delucca distingue dos tipos de situaciones: “Los pacientes que utilizan habitualmente fármacos o combinaciones susceptibles de intoxicaciones medicamentosas suelen estar muy bien informados sobre el manejo de los mismos, y debido a ello, no solo evitan tomar fármacos sin prescripción sino que incluso, ante una prescripción nueva, rápidamente cuestionan el uso de esta novedad terapéutica con su tratamiento habitual”.
Sin embargo, este nivel de información/buen uso no se da en el resto de la población: “Suele haber poca conciencia tanto respecto a las intoxicaciones medicamentosas como sobre los efectos secundarios de los fármacos y sus posibles complicaciones, de ahí la tendencia a abusar de ciertos grupos farmacológicos o a consumir medicaciones no indicadas, a las que se considera inocuas”.
Menores en casa: los riesgos del confinamiento
“La urgencia pediátrica que más ha aumentado con el confinamiento son las intoxicaciones: paracetamol, ibuprofeno, detergente, propranolol, sintrom, lejía, ambientador… Los niños están explorando todos los rincones de la casa. Esconded los botiquines y productos de limpieza”. Esta advertencia, que el pediatra de urgencias David Andina incluyó en su cuenta de Twitter el pasado 27 de marzo, es una de las muchas alertas que en este sentido están lanzando los profesionales en las redes desde el inicio de la pandemia y en el contexto de la situación de confinamiento de las últimas semanas.
Sin embargo, en el caso de los adultos, la mayor permanencia en casa y la dificultad que muchas veces ha podido suponer contactar con el médico de cabecera (lo que favorece la automedicación) no se ha traducido en un aumento significativo de casos de intoxicaciones medicamentosas, según los doctores Delucca y Martínez del Valle: “Hay que tener en cuenta que los pacientes crónicos han tenido seguimiento por parte de sus médicos de manera telemática, con el respectivo control de sus medicaciones”, dice Delucca.
Por su parte, Marta Martínez del Valle recuerda que en la fase de confinamiento, el incremento de intoxicaciones ha estado más relacionado con la mezcla de productos de limpieza (que aumentaron de forma significativa en los meses de marzo y abril) que con la toma de fármacos.
Pastilleros, botiquines y otras medidas de prevención
Estas son algunas pautas que desde el Servicio de Intoxicaciones Toxicológicas del Instituto Nacional de Toxicología se recomiendan para evitar el riesgo de intoxicación medicamentosa en la población en general y en los mayores en particular:
- Favorecer una buena dosificación mediante el uso de pastilleros especiales de uso semanal, por ejemplo, donde se concrete el número de pastillas a tomar y cada cuánto tiempo (desayuno, comida, cena), para prevenir así dobles o triples ingestas y confusiones.
- No guardar fármacos caducados o que ya no se usen.
- Leer detenidamente y seguir la prescripción del medicamento, consultando al médico ante cualquier duda.
- Informar siempre al médico que prescriba la medicación sobre los otros fármacos (incluso plantas medicinales) que se estén tomando, así como de las enfermedades que se padecen, para evitar contraindicaciones y efectos secundarios indeseados.
- En el caso de las personas de la tercera edad, si después de ingerir un medicamento se aprecian alucinaciones, desorientación o confusión, acudir inmediatamente a un centro sanitario.
Fuente: https://cuidateplus.marca.com/medicamentos/2020/06/02/intoxicacion-medicamentos-signos-alerta-como-actuar-173524.html