Confinamiento y los gurúes del deporte
Entrevista a Helios Pareja, profesor e investigador de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de la Universidad Europea
Durante la obligada restricción de la actividad física durante el estado de alarma, muchas personas modificaron su forma de hacer deporte con entrenamientos online desde casa. ¿Se afianzarán estos nuevos formatos o cuando el miedo al contagio pase todo volverá a ser presencial?
Helios Pareja, profesor e investigador de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de la Universidad Europea, ha analizado los riesgos para la salud que conlleva una reducción drástica del ejercicio debido al confinamiento y cómo realizarlo puede ayudar en momentos difíciles.
– ¿La pandemia por COVID-19 ha provocado un verdadero auge del deporte en casa?
Teniendo en cuenta que las alternativas a practicar ejercicio en casa son hacerlo al aire libre –donde ahora las altas temperaturas son incompatibles con gran cantidad de deportes en un amplio abanico horario– o en el gimnasio –con su reducido aforo actual y el posible miedo de infección de muchos usuarios–, puede que esta modalidad nos acompañe durante al menos unos meses más.
– ¿Se pueden alcanzar los mismos objetivos en este tipo de modalidad?
La práctica de ejercicio puede llevarse a cabo con distintos propósitos. Además del estético o saludable, es un potente socializador y catártico. Podemos adaptar la mayoría de protocolos de entrenamiento que persiguen adelgazar, tonificar o incrementar la masa muscular para seguir realizándolos en casa sin apenas limitaciones técnicas o funcionales.
Sin embargo, los objetivos sociales y psicológicos pueden ser más difíciles de adaptar. Un caso aparte es el entrenamiento con fines deportivos o de rendimiento, ya que requiere una infraestructura y unos espacios que hacen que sea muy complicado adaptarlo al entorno habitual del hogar.
– ¿Cuáles son los beneficios y perjuicios del deporte en casa?
Normalmente los entrenadores de gimnasios y club de runners son profesionales cualificados (licenciados en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte), por lo que podemos entrenar con eficacia y seguridad. Un importante problema a la hora de realizar ejercicio en casa es elegir una fuente o guía fiable de información que, además de motivar, tenga suficientes conocimientos para que el entrenamiento sea eficaz y seguro para la salud.
Durante el confinamiento han crecido los pseudogurús del entrenamiento, sin especialización y apenas conocimientos, que han conseguido llegar a un importante grueso de la población gracias a su cuidada estética, carisma y gratuidad. Igual que asumimos y exigimos un médico acreditado cuando acudimos al hospital, deberíamos hacer lo propio cuando buscamos mejorar nuestra salud o estética a través de entrenadores o educadores físico deportivos acreditados.
– El encierro también animó a algunas personas a comenzar con el deporte. ¿Cómo pudo ayudar la práctica de actividad física en situaciones tan complicadas?
Uno de los motivos más frecuentes para no practicar ejercicio es la falta de tiempo. Durante el confinamiento, muchas personas encontraron un periodo extra que decidieron emplear en esta tarea. El ejercicio físico tiene múltiples beneficios biológicos que mejoran el estado psicológico de la persona que lo practica siguiendo ciertas pautas de intensidad, volumen y tipo de ejercicio.
El músculo, cuando es sometido a contracciones repetidas, es capaz de estimular ciertas sustancias que son liberadas a la sangre por la que viajan hasta órganos como el cerebro, donde modulan numerosas acciones neurotróficas. De hecho, la práctica de ejercicio se ha relacionado con la prevención de distintas alteraciones psicológicas y psiquiátricas como la ansiedad, depresión y trastornos del ánimo.
– ¿La adherencia es mayor o menor en casa que con clases o entrenamientos presenciales?
La presencialidad siempre se ha asociado con una mayor adherencia mientras que la autogestión de un tiempo que erróneamente consideramos de ocio, suele llevar a una mayor tasa de abandono. Concienciarse de que practicar ejercicio físico no es (solo) ocio, sino una práctica de salud, ayudará a mantener la conexión durante la vuelta a la normalidad en la que la vorágine de tareas nos llevará de nuevo a menospreciar su importancia o necesidad.
– En los años 90 la gente compraba vídeos de ejercicios para hacerlos en casa. ¿Cómo han cambiado los formatos desde entonces? ¿Ahora somos más propensos a usar pantallas para todo?
En la actualidad contamos con una amplia variedad de plataformas y soportes desde los cuales podemos ver vídeos de entrenadores (cualificados o no) y seguirlos desde cualquier lugar. El acceso a estos vídeos se ha democratizado para los usuarios, pero también para los entrenadores, con la consecuente publicación de contenido poco (o nada) filtrado que nos puede llevar a seguir indicaciones que pongan en riesgo nuestra salud.