Dicen que aunque comunican su padecimiento en el trabajo, en general las empresas «no hacen nada».Otro problema preocupante es que el 43 por ciento afirma que no se puede desenchufar.

Crece el síndrome de burnout en el país y la mayoría coincide en una frase particularUno de los síntomas característicos en no encontrarle el sentido a lo que se está haciendo

Más empleados argentinos que el año pasado declararon en 2023 sentirse en estado de burnout, el tedioso síndrome de “no poder más”, según una encuesta online de un sitio de búsqueda laboral, que también se hizo en Chile, Ecuador, Perú y Panamá, todos países con cifras inferiores al 94% de “quemados” reportado en Argentina. Lo preocupante es que, aunque el 57% de los consultados dijo haber pedido ayuda al área de recursos humanos de su empresa, el 56% de los referentes de esos sectores confirmó que, ante estos casos, en general no hacen nada.

La encuesta, realizada por el sitio de búsqueda laboral Bumeran, fue respondida en unos pocos países de América latina, de modo que no puede decirse que Argentina lidere -para mal- alguna clase de ránking regional. Sin embargo, poco debe faltar para eso, con el 94% de los 1.549 consultados asegurando sentir alguno o varios síntomas de burnout.

El 94% de las respuestas positivas, en ese sentido, supera el 86% de 2022, y el 80% de 2021, en lo que entonces pareció ser un signo positivo, tras el 88% registrado en el primer año de la pandemia (ahora, como se ve, superado holgadamente).

La explicación que dio de esta cuestión Alejandro Melamed, doctor en Ciencias Económicas y consultor en recursos humanos (tema del que tiene ocho libros publicados), cuadra bien con los resultados de la encuesta, según los cuales más de la mitad de los trabajadores dice sentir falta de energía o cansancio extremo, y el 41%, negativismo o cinismo, siempre en relación al trabajo. Casi un cuarto de los consultados reconoció, en este sentido, tener un rendimiento laboral peor.

Son todos temas que, remarcó Melamed, suelen recaer en el cuerpo: “Uno de los primeros síntomas que señalan los estudios de burnout es el insomnio; hay muchos estudios que hablan de las personas que toman algo para dormir. En segundo lugar, se siente agotamiento. La sensación es la de ‘no dar más’. En tercer lugar aparecen problemas de alimentación. Y en cuarto lugar, dolores de cabeza y de estómago”.

Desde ya, los consultados por la plataforma laboral debieron restringir sus respuestas a una serie cerrada de ítems. De todos, priorizaron dos que no deben alejarse mucho de lo que señalaba Melamed: casi el 80% reportó sentir estrés; el 75%, desmotivación.

Aunque las horas extra fueron iguales a las consignadas por los encuestados de 2022 (45% no trabaja más que lo que dura su jornada; para el 41% es entre 45 y 50 horas semanales), casi la mitad de los consultados dijo sentir un agotamiento fuera de lo normal por la carga excesiva de trabajo, al punto de que el 43% se quejó de no poder “desenchufar”. O sea, no encontrar nunca un tiempo para sí.

El resultado es una percepción del contexto laboral completamente negativa para al menos un tercio de los empleados. Así, el 42% aseveró que su rendimiento laboral bajó o no es bueno; el 41%, que está más presionado que antes; el 32%, que las tareas le demandan más tiempo. Además, el 31% dijo sentirse aislado de su equipo. Personas que a diario sienten que la comunicación con su entorno no fluye.

Y hay otro tema que sale de la encuesta sobre el que habría que profundizar por separado: el 20% denunció haber sufrido algún tipo de violencia laboral.

Burnout, el horizonte borroneado

“El burnout es un límite que se traspasa. Uno siente que llegó a un estado sostenido de demandas imposibles de satisfacer, como si comiera y comiera, pero siguiera teniendo hambre. Más allá de las explicaciones de los médicos y de lo que se pueda hablar desde la psiquiatría, la sensación de ese estar ‘quemado’ es la de perder la lógica del sentido: el constante ‘para qué lo estoy haciendo‘. Uno siente que no quiere y que no puede más. Cualquier cosa que se sume, en ese marco, seguirá destruyendo”, describió el experto.

Pero -hay que decirlo- se mostró crítico sobre la profundidad a la que pueden arribar este tipo de sondeos con ambiciones cuantitativas. En cualquier caso, aclaró, lo importante es difundir la existencia del fenómeno con miras a -idealmente- prevenirlo o, en todo caso, para tomar cartas en el asunto.

No parecen objetivos sencillos, si se miran las respuestas que dieron los propios miembros de áreas de manejo de personal consultados también en la encuesta de 2023.

El 85% consideró, en efecto, que los “talentos” (eufemismo que usa la encuesta para aludir a los empleados) de sus organizaciones sufren burnout, sea porque notaron «cansancio y agotamiento constante» (75%), «desinterés en el trabajo» (57%), «falta de satisfacción respecto a los logros laborales» (35%), «ausencias» (29%) o un «trato distante o insensible respecto a los demás» (28%).

Pero mientras un 57% de los empleados afirmó haberse acercado a su empleador para manifestarle estas sensaciones, la respuesta, en la mayoría de los casos, fue desalentadora, confesión en boca de los propios referentes de recursos humanos.

De hecho, el 56% dijo que la actuación ante esos casos es “no hacer nada”. Solo el 28% aseguró “brindar apoyo emocional”. No por nada, tal vez, el 46% de los empleados encuestados aseguró estar evaluando cambiar de puesto de trabajo.

Argentinos y burnout: qué hacer

La encuesta fue contestada, en su mayoría, por usuarios del Gran Buenos Aires (36%), mientras que el 27% dijo residir en la ciudad de Buenos Aires, y el 12%, en Buenos Aires. Un 25% adicional fueron encuestados de otras grandes áreas metropolitanas de las provincias de Mendoza, Córdoba y Santa Fe.

Las edades de quienes respondieron son variadas: la mitad, de entre 26 y 40 años; el 43%, entre 41 y 60. Además, la mitad consignó tener estudios terciarios o universitarios completos, mientras que si a esa cifra se le suman los que no completaron esas instancias educativas, se cubre el 81% del total.

Si más del 90% de estas personas dice padecer síntomas de burnout y muchos sienten que su rendimiento laboral bajó; y si, además, muchas empresas deslizan no hacer nada al respecto, la encuesta de Bumeran podría representar una oportunidad para visibilizar una cuestión ninguneada.

Melamed sugiere empezar a atender a las señales obvias del burnout: “Primero, el agotamiento y el cansancio emocional. Segundo, la autoineficiencia… esa sensación de desborde, que no vas a llegar a cubrir todo lo que tenés pendiente. Tercero, la actitud de cinismo o frialdad hacia los colegas. Cuarto, la despersonalización. Una sensación de ausencia o falta de conexión con el propósito, con la motivación central por la que uno se levanta cada día”.

Las áreas de manejo de personal deberían tomar conciencia de esto y “observar a las personas”, sugirió: “Generar espacios de seguridad psicológica donde no quepa el temor a sufrir consecuencias. Esto implica generar lugares donde las personas tengan contención y escucha, con la capacidad de derivar a profesionales especialistas en la materia. Esta es una forma de prevención: generar espacios de contención y diálogo. Que haya una escucha”.

Fuente: https://www.clarin.com/sociedad/crece-sindrome-burnout-pais-mayoria-coincide-frase-particular_0_Gd8ExiV1do.html