Créditos ANSES, la otra crisis de deuda y su solución
Durante 2018 y 2019, los beneficiarios de AUH y Asignaciones Familiares se volcaron masivamente a los créditos Anses como única alternativa refugio contra la disparada de los precios y la licuación de sus ingresos, endeudándose en condiciones sumamente gravosas.
Por María Fernanda Raverta
Nuestro gobierno asumió en un contexto de profunda crisis económica, previsional y social. Desde entonces, todas nuestras acciones tuvieron un objetivo en común: torcer esta situación y poner a la Argentina de pie. Sabíamos que no había un camino fácil, que el objetivo no se podía alcanzar de un día para el otro y que para lograrlo debíamos tomar decisiones audaces bajo un marco de mucha seriedad y responsabilidad.
Una de las aristas más duras de la crisis era el endeudamiento de los sectores más vulnerables. Un conjunto mayoritario de los titulares de la Asignación Universal por Hijo (AUH), jubilados y pensionados con haberes mínimos se encontraban endeudados en créditos con condiciones sumamente gravosas. Es que, durante la gestión de Mauricio Macri, esta línea de préstamos se amplió a los titulares de la AUH y Asignaciones Familiares, al mismo tiempo que el costo de financiamiento que afrontaban los beneficiarios del programa aumentaba a la par de las tasas de mercado. El programa ARGENTA, símbolo de la inclusión financiera de nuestros adultos mayores, se transformó entonces en un masivo sistema de créditos bancarios a tasas de mercado (los Créditos ANSES). Durante 2018 y 2019, en plena crisis económica, los beneficiarios de AUH y Asignaciones Familiares debieron volcarse masivamente a los créditos Anses como única alternativa refugio contra la disparada de los precios y la licuación de sus ingresos.
Al comienzo de nuestra gestión casi el 85% de los titulares de AUH eran tomadores de uno o más préstamos con la ANSES, a tasas que llegaron a un máximo del 49% anual, con un costo financiero de 55,5%. En la práctica, esto implicaba que los titulares de la AUH sólo percibieran “en mano” un 70% del valor de la prestación dado que el 30% restante debía destinarse al pago de las cuotas por los créditos.
Ante la gravedad de la situación, tomamos una serie de medidas para favorecer el desendeudamiento de los titulares comprendidos dentro del programa. Por un lado, se comenzó a recomponer el valor real de las prestaciones, disponiendo aumentos y cuotas adicionales, así como la introducción de nuevos programas como la tarjeta Alimentar. Por otra parte, se dispusieron medidas para proveer alivio financiero directo a los tomadores de los créditos ANSES. En diciembre de 2019 se dispuso una suspensión en el cobro de las cuotas por 3 meses en conjunto con una reducción en las tasas de interés aplicables. La tasa para titulares de AUH se fijó en 36% anual mientras que para titulares de jubilaciones y pensiones se fijó en 31,5% anual; en ambos casos, tasas que se ubicaban bien por debajo de las tasas de créditos personales imperantes en el sistema financiero. Durante los 3 meses de suspensión el titular recibía el 100% del beneficio y los intereses se capitalizaban. La idea era que, al retomarse el pago de las cuotas, la relación entre el monto de las cuotas y el ingreso asociado a la prestación resultara sostenible.
Con la llegada de la pandemia del COVID 19, la situación de emergencia económica inicial se profundizó y el escenario que teníamos en mente cambió drásticamente. En este nuevo contexto, retomar el cobro de las cuotas hubiera implicado disminuir los ingresos disponibles de las familias en plena crisis sanitaria. Se resolvió entonces extender la suspensión, situación que se ha sostenido hasta la actualidad.
La estrategia inicial de suspender por 3 meses la capitalización de intereses no suponía un incremento significativo de la deuda, al tiempo que permitía avanzar en un incremento del valor de las prestaciones y retomar el cobro de los créditos con un peso de las cuotas sobre el total del ingreso más razonable. No obstante, al extenderse la decisión en el tiempo y en contexto de la pandemia, la evaluación debía cambiar y con ella el enfoque de política. Capitalizar intereses por casi 12 meses implicaba un aumento de la deuda que resultaba incompatible con el objetivo original de resolver la situación de endeudamiento crónico que recibimos a finales de 2019. Por ese motivo, junto con el Presidente decidimos enviar un Proyecto de Ley al Congreso para dar una solución de fondo.
El Proyecto de Ley de Defensa de los Activos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad plantea soluciones para una serie de problemas entrelazados que afectaban el normal funcionamiento del Fondo, con el objetivo primordial de restablecer su capacidad de financiar proyectos y programas vinculados al fomento de la inversión y el consumo. En relación con los Créditos a titulares de programas de ANSES, el Proyecto autoriza que se condonen los intereses acumulados desde la suspensión de las cuotas. Adicionalmente, la ANSES dispondrá de una baja de tasas adicional a la instrumentada en diciembre de 2019. La tasa para los créditos asociados a la AUH quedará así en un 32% anual, mientras que la de los créditos a jubilados y pensionados será del 29%. Como resultado de esta nueva medida, las familias endeudadas bajo el programa de créditos ANSES habrán gozado de casi un año de financiamiento a tasa cero en conjunto con una reducción en las cuotas a pagar producto de las dos bajas acumuladas en las tasas de interés (la de diciembre de 2019 y la que se dispone ahora). Esto significa una transferencia de ingresos en el orden de los $60 mil millones.
En ese mismo lapso se ha generado una notoria recomposición de los ingresos tanto por el aumento de las prestaciones como mediante la introducción del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) en el marco de la crisis sanitaria. En consecuencia, las nuevas cuotas de los préstamos no sólo implicarán un monto en pesos menor, sino que representarán además una porción mucho menor sobre los ingresos de los hogares. En términos generales, se calcula que por cada $1.000 pesos de cuota que pagaban antes de las modificaciones de tasa, los tomadores de los créditos pasarán a pagar una cuota de $900. Es decir, un alivio en los pagos mensuales del 10% en promedio.
Mirando hacia el futuro, estamos trabajando en un nuevo sistema de créditos que permita reconvertir el programa ARGENTA en lo que inicialmente fue, un programa de inclusión financiera con soluciones crediticias pensadas exclusivamente para los titulares de las prestaciones de ANSES. Nuestro desafío es desarrollar nuevos productos financieros, innovadores y pensados a medida para los distintos grupos que integran el amplio universo de ANSES. Productos que se encuadren bajo parámetros de uso adecuado del crédito, que permitan apuntalar el consumo y contribuyan a mejorar la planificación financiera de los hogares, a la vez que impliquen menores comisiones y costos financieros para los comercios y cadenas que formen parte de la Red ARGENTA. El programa ARGENTA debe volver a ser lo que fue en sus comienzos, un programa líder en inclusión financiera que contribuya al desarrollo del mercado interno y la generación de empleo estable y de calidad, algo que le hace bien a la ANSES y a todas y todos los argentinos.
Por María Fernanda Raverta
La autora es directora ejecutiva de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES)