Los especialistas señalan que los chequeos periódicos son fundamentales para prevenir episodios cardiovasculares, sobre todo a partir de los 50.

Visitar a un cardiólogo y controlar posibles factores de riesgo. La teoría está, pero en la práctica esto no siempre se cumple. Los chequeos periódicos son fundamentales para prevenir episodios cardiovascularesespecialmente a partir de los 50 años. Desde el Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) ofrecen recomendaciones al respecto en el Día Mundial del Corazón, que se conmemora este miércoles 29 de septiembre.

Detectar en forma precoz para actuar a tiempo y, en muchos casos, evitar complicaciones. Ese es el objetivo de los consejos del CACI, según Diego Grinfeld, su presidente. La idea es “acercar información a la población general sobre los principales controles rutinarios que ayudan a prevenir o detectar en forma temprana posibles enfermedades o desequilibrios que no están dando una sintomatología específica, y que, diagnosticados y tratados a tiempo, ofrecen la posibilidad de curación o mejoran el pronóstico de la condición”, señala.

El efecto pandemia no jugó a favor. “Lamentablemente, la cuarentena y el confinamiento impuestos por la Pandemia de COVID-19 más el temor de la gente al contagio, se tradujeron no sólo en un abandono de las consultas programadas al médico, sino que también contribuyeron al empeoramiento de algunos factores de riesgo para la enfermedad cardiovascular», dijo por su parte Oscar Mendiz, director del Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular del Hospital Universitario Fundación Favaloro.

«Hubo aumento de peso, del consumo de alcohol y del tabaquismo, y las personas estuvieron más sedentarias. Lo último que debería suceder hoy es que la gente con factores de riesgo esté lejos de los consultorios”, agregó Mendiz, que además es jefe del Departamento de Cardiología Intervencionista de la misma institución.

Además de los antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular, es importante considerar si la persona presenta factores de riesgo como hipertensión arterial, diabetessobrepeso u obesidadcolesterol o triglicéridos elevados. A su vez, son relevantes el nivel de estrés, el consumo de alcohol y de cigarrillo.

“También existen algunos factores de riesgo no modificables, como la edad (a mayor edad se incrementa el riesgo) y también ser varón, ya que los hombres presentan mayor prevalencia de enfermedad cardiovascular que las mujeres, sobre todo entre quienes no superaron los 60 años de edad”, advierte Martín Cisneros, vicepresidente del CACI.

El sedentarismo, uno de los principales factores de riesgo respecto a las enfermedades cardiovasculares. Foto Shutterstock.

El sedentarismo, uno de los principales factores de riesgo respecto a las enfermedades cardiovasculares. Foto Shutterstock.

Y agrega que, a pesar de esto, prefieren “no hacer distinción de sexo en relación a las recomendaciones ya que, por haber hecho diferencias durante muchos años, cada vez estamos viendo más mujeres con enfermedad cardiovascular, muchas veces porque ellas mismas o los propios médicos subestiman los síntomas o la rigurosidad en los controles”.

El seguimiento debe empezar en la infancia y adolescencia con un pediatra. Para realizar actividad física tanto niños como adultos deben hacerse un chequeo.

Más allá del apto médico, los especialistas aconsejan hacerse al menos una vez en la vida antes de los 16 años un análisis de sangre y un electrocardiograma por este tema, sobre todo en aquellos chicos que presenten antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular. A su vez, en la visita al pediatra es probable que el especialista también le mida al niño la presión arterial.

La indicación general, entre los 20 y los 30 años de edad para aquellas personas sin antecedentes familiares ni sintomatología, es hacerse un análisis de laboratorio cada 3 años, un electrocardiograma cada 5 y la medición de la presión arterial al menos cada 2 años.

Entre los 40 y los 50

La frecuencia aumenta para aquellos de entre los 40 y los 50. Deben realizarse un análisis de laboratorio cada 2 años, un electrocardiograma anual y la medición de la presión arterial en forma cuatrimestral.

“En este grupo etario se recomienda antes de cumplir los 50 años haberse realizado también al menos una vez una prueba de esfuerzo o ergometría, que es un estudio donde se ve la respuesta del corazón ante un esfuerzo físico medida a través de un electrocardiograma y otros parámetros”, sostiene Daniel Berrocal, expresidente de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC).

La clave para evitar enfermedades cardiovasculares es no descuidar los controles. Foto Shutterstock.

La clave para evitar enfermedades cardiovasculares es no descuidar los controles. Foto Shutterstock.

A partir de los 50 años, hay que hacerse controles más seguido e incorporar nuevos estudios. Se deben realizar análisis anuales de laboratorio ampliando los parámetros solicitados según el criterio del médico. En tanto, el electrocardiograma tiene que repetirse cada 6 meses. En esta etapa, también hay que medir la presión arterial regularmente y hacer un test de esfuerzo cada 2 años o en forma anual, según lo considere el profesional de la salud.

“Todos estos esquemas de controles pierden validez y se vuelven mucho más exhaustivos si en alguno de los chequeos se detecta la presencia de algún factor de riesgo, como por ejemplo hipertensión. En ese caso, el médico seguramente evaluará la realización de nuevos estudios y chequeos más periódicos sobre ese factor y sobre el estado de salud general”, detalla Grinfeld.

“Otro elemento que juega en contra es la sumatoria de los factores de riesgo, tener elevados o presentes dos o más factores multiplica el riesgo de presentar un evento cardiovascular o enfermedad coronaria o insuficiencia cardíaca en el futuro, y obliga a médico y paciente a extremar las estrategias de control”, aporta Cisneros.

Desde el CACI también piden poner el foco en la modificación de conductas poco saludables: esto incluye el control del peso y ciertos cambios en la alimentación, como reducir la ingesta de grasas y aumentar la de frutas y verduras. También hacer actividad física, dejar de fumar, regular el consumo de alcohol.

Entre las sugerencias, suman el control de los factores de riesgo y, para aquellos que toman determinados medicamentos prescriptos por su médico, mantener la adherencia y no discontinuarlos sin previa consulta con el profesional.

El electrocardiograma es uno de los estudios más comunes para controlar el corazón. Foto Shutterstock.

El electrocardiograma es uno de los estudios más comunes para controlar el corazón. Foto Shutterstock.

“Nuestros pacientes son mayoritariamente aquellos que llegan a la sala de hemodinamia con indicación de angioplastia para desobstruir una arteria tapada o para reemplazar una válvula cardíaca dañada. Generalmente, expresan -sin quererlo- el fracaso de todo lo expuesto», explica Berrocal que, en este sentido, asegura que la intención es «evitar o demorar al máximo posible la aparición de estos cuadros, sobre los que se puede hacer mucho, pero en los que lamentablemente la enfermedad ya está instalada”.

Hay que prestar atención a los siguientes parámetros:

 Presión arterial: 140/90 mmHg (el ideal es 120/80 mmHg o menos)

– Colesterol total: No superar los 200 ml

– Índice de masa corporal: No superar los 27 kg/m -coeficiente que surge de dividir el peso en kilogramos 2 veces por la talla en metros- lo ideal es entre 25 y 27 Kg/m

– Perímetro de cintura: En los varones debe ser inferior a 102 cm y en las mujeres, inferior a 88 cm

– Glucemia: No debe superar los 100 mg/dl

Fuente: https://www.clarin.com/sociedad/dia-mundial-corazon-controles-hacerse-edad_0_19Ya-wSuc.html