¿Conoces las diferencias entre el cansancio laboral y el burnout laboral? Te enseñamos criterios útiles que permiten distinguirlos.

El cansancio, la fatiga y el agotamiento producto del estrés laboral han sufrido un auge en las últimas décadas. Aunque a menudo se refiere a estos episodios como estrés laboral, lo cierto es que cuentan con categorías específicas en la literatura médica. Existen diferencias entre cansancio normal y burnout laboral, a pesar de que comparten características en común.

El burnout, también conocido como síndrome del trabajar quemado, es una afección que ha cobrado popularidad desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo incluyese en la última edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11). No todos los episodios se corresponden con este síndrome, de manera que conviene saber las diferencias entre cansancio normal y burnout laboral.

¿Cuáles son las diferencias entre cansancio normal y burnout laboral?

Ambos episodios comparten un denominador común: el estrés. Tal y como advierten los expertos, la intensidad de los síntomas, la duración y las consecuencias varían significativamente. Veamos las características de cada episodio antes de contrastarlos cara a cara.

Características del cansancio normal

El cansancio normal y burnout laboral se diferencian en que el primero no es una patología
El cansancio laboral es común y prácticamente cualquier persona puede padecerlo en algún momento de su vida profesional. Sin embargo, no se considera una patología.

De acuerdo con los investigadoreshasta el 20 % de los trabajadores activos padecen de cansancio laboral. Se suele denominar también como agotamiento laboral o fatiga laboral, y puede manifestarse de manera aguda, moderada o crónica. Los expertos determinan tres criterios que definen muy bien las características del cansancio normal por el trabajo:

  • Falta de energía combinada con una reducción de la capacidad funcional.
  • Esta falta de energía y limitación de la capacidad funcional se manifiestan a nivel físico (muscular), mental (procesamiento cognitivo) y emocional (expresión de estos).
  • Estas particularidades están restringidas, al menos de forma temporal, a la jornada laboral. Sin embargo, de prolongarse durante cierto tiempo pueden desbordarla.

Dado que existen tres contextos en los que la fatiga laboral se puede manifestar, se suele catalogar en función de estos. Es decir, fatiga física laboral, fatiga mental laboral y fatiga emocional laboral. No todos los trabajadores desarrollan los tres estados al mismo tiempo, de manera que puedes presentar uno o dos. Todo depende de las características del trabajo y otras variables.

Como bien hace en señalarlo los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), la fatiga de este tipo se puede desencadenar por el estrés, las jornadas laborales que interrumpen el sueño (o el descanso), las las tareas exigentes y el ambiente de trabajo (colegas, recursos disponibles y demás). Puede afectar el juicio, la memoria a corto plazo, la atención y ralentizar los tiempos de reacción.

Características del burnout laboral

En el 2019 la OMS incluyó al burnout como parte de la CIE-11 como categoría de un fenómeno ocupacional (no como una enfermedad o un trastorno). En dicha edición se describe bajo los siguiente términos: “síndrome conceptualizado como resultado del estrés laboral crónico que no ha sido manejado con éxito”. Se distingue por lo siguiente:

  • Sentimientos de agotamiento o de falta de energía.
  • Distancia mental del trabajo (o hacia sí mismo).
  • Sentimientos de negatividad o cinismo frente al trabajo (o hacia sí mismo).
  • Sensación de ineficacia y falta de realización.

Se usa esta etiqueta para describir exclusivamente a los pacientes que desarrollan estos signos en un contexto laboral. Cuando lo hacen en otros espacios, se utilizan otros términos (cansancio por estrés, agotamiento, fatiga y demás).

Aunque no existen factores desencadenantes exclusivos, la mayoría de los episodios se manifiestan debido al exceso de trabajo (en horas o en esfuerzo mental o físico), conflictos con el equipo de trabajo y estar bajo presión de forma permanente. A menudo existe una confluencia de todos estos, ya que se considera que el burnout tiene un origen multifactorial.

Las secuelas del síndrome del trabajador quemado son muy evidentes: disminución de la energía (mental y física), frustración, reducción del rendimiento, falta de concentración, apatía, reducción de la creatividad, depresión y trastornos emocionales. Estos desbordan el ambiente de trabajo, de manera que llegan a controlar todos los aspectos de la vida.

Diferencias entre cansancio normal y burnout laboral

El cansancio normal y burnout laboral pueden evitarse
En cualquier caso, es importante identificar el estrés laboral para abordarlo activamente desde sus inicios.

Tal y como apuntamos en su momento, tanto el cansancio normal como el burnout laboral se caracterizan por un desencadenante: el estrés laboral. Aunque diferentes efectos pueden mediar de por medio (sobreesfuerzo muscular o mental, falta de sueño y demás), lo cierto es que en todos los casos el estrés es el principal responsable de los síntomas.

La clave para encontrar las diferencias entre cansancio normal y burnout laboral la obtenemos de la intensidad de los episodios y el tiempo durante el cual se prolonga. Como apreciamos en la definición de la OMS, el síndrome del trabajador se quemado se debe a “estrés laboral crónico que no ha sido manejado con éxito”. Por tanto, el burnout es la consecuencia del cansancio laboral normal que se ha descuidado durante meses.

Además de las diferencias entre el cansancio normal y el burnout laboral, los investigadores señalan que estos cuadros son diferentes a los de fatiga crónica. La fatiga crónica no está restringida al entorno laboral, no siempre tiene un catalizador específico (aunque el estrés la puede causar) y sus síntomas pueden ser muy variados.

Es importante tener en cuenta que estas tres posibilidades no son las únicas que se originan como resultado del estrés en el trabajo. Resulta curioso el paralelismo que existe en todos estos síntomas con los de la depresión. De hecho, la depresión es un diagnóstico diferencial frecuente en muchos casos de cansancio normal y burnout laboral (también de fatiga crónica).

Las consecuencias de ambas condiciones no solo afectan al trabajador, sino también a su círculo íntimo, sus colegas y a la empresa en la que labora. La función del trabajo que se desarrolle puede ser incluso mortal, de manera que los signos no deben asimilarse como una experiencia natural del esfuerzo en el entorno laboral. Comprender sus consecuencias es de gran ayuda para evitar normalizar el cansancio y burnout laboral.

Fuente: https://muysalud.com/salud/diferencias-cansancio-normal-burnout-laboral/