El alcoholismo en la sociedad
El alcoholismo está mucho más presente en la sociedad general de lo que parece. Aquí te mostramos su tipología a fondo, basada en estudios y autores diferentes.
Aunque parezca algo aislado y crónico, el alcoholismo está asentado en prácticamente todas las sociedades. Tal y como indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se producen más de 3 millones de muertes por el uso nocivo de esta sustancia. Los distintos tipos de alcoholismo provocan más de 200 enfermedades y trastornos diferentes y el 5,1 % de la carga de morbilidad global se debe a ellos.
En países como Estados Unidos más de 20 millones de personas por encima de los 15 años de edad tienen algún tipo de trastorno derivado del uso de sustancias, de los cuales 15,7 millones son alcohólicas. El uso de esta bebida es legal para los mayores de edad y su consumo responsable es posible, pero es necesario conocer los efectos derivados de su abuso para prevenir enfermedades a largo plazo.
¿Qué es el alcoholismo?
Antes de explorar los 17 tipos de alcoholismo según criterios profesionales, vemos de interés definir el término por sí solo. El Diccionario de la Asociación Estadounidense de Psicología (APA) define al alcoholismo como ‘un síndrome basado en el consumo compulsivo y dependiente de alcohol’. Los efectos derivados de la ingesta excesiva de esta sustancia son tanto físicos como psicológicos.
El alcoholismo provoca daños multiorgánicos, si bien sobre todo afecta al hígado, al cerebro y al páncreas. La cirrosis hepática (cicatrización patológica del hígado) es el cuadro derivado más conocido, pero existen muchos más. Por ejemplo, la encefalopatía hepática alcohólica (pérdida de función cerebral) ocurre cuando las toxinas se acumulan en el organismo por el abuso de esta sustancia.
La aparición de este trastorno es difícil de explicar, no obstante, se cree que el ambiente y la genética juegan un papel igual de relevante en su desarrollo (50-50 %). El estrés, otros problemas psicológicos (ansiedad crónica, depresión y más), el aislamiento social y muchos factores dispares fomentan que un ser humano presente alcoholismo en algún momento de su vida.
Criterios diagnósticos
Ser alcohólico no siempre es equivalente a beber mucho. La APA (ya nombrada) edita cada cierto tiempo su Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM), el cual sienta cátedra en lo que al diagnóstico de trastornos se refiere. Los criterios de este manual, unidos a los postulados por la International Classification of Diseases, definen al alcoholismo como patología.
El DSM-5, publicado en el año 2013, cita los siguientes síntomas como indicativos de alcoholismo:
- El paciente consume el alcohol por un periodo más amplio del que tenía pensado.
- Hay un deseo insistente por consumir la sustancia o intentos fútiles a la hora de dejarla.
- Un porcentaje significativo del tiempo del paciente es invertido en beber, conseguir alcohol y recuperarse de sus efectos.
- Necesidad o deseos muy fuertes de beber.
- El uso de alcohol deriva en dificultades en el colegio, trabajo u hogar (o una combinación de todo).
- Uso de alcohol recurrente a pesar de los problemas psicosociales persistentes o recurrentes derivados de ello.
- Las actividades sociales, recreativas y ocupacionales son relegadas o reducidas debido al abuso de la sustancia.
- El uso de alcohol deriva en situaciones delicadas para la salud.
- El consumo de alcohol se continúa a pesar de que el paciente sabe que tiene un problema físico o psicológico persistente o recurrente que probablemente haya sido causado o agravado por el alcohol.
- Tolerancia: definida por 2 puntos; una necesidad para beber cada vez más para lograr la intoxicación y un efecto disminuido cuando se utilizan las mismas cantidades de alcohol.
- Mono o dependencia (withdrawal en inglés): el paciente siente una serie de signos físicos si deja de beber y consume alcohol (u otra sustancias) con el fin de evitarlos.
Estos síntomas son claros y evidentes, pero no todas las personas alcohólicas padecen el trastorno (o lo exteriorizan) de la misma forma. Por ello, se ha clasificado a los pacientes dentro de distintos tipos de alcoholismo con el fin de representar su patología de una manera más individualizada.
Los 17 tipos de alcoholismo
Existen muchísimos tipos de personas alcohólicas según los criterios usados. Por ello, te los exponemos por separado con base en varias ideas y teorías. ¡No te lo pierdas!
1. Tipos de alcoholismo con base en el DSM-5
Recuperamos el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM-5) para mostrarte los primeros tipos de alcoholismo, los cuales se basan en la presencia o ausencia de los 11 síntomas ya citados:
- Alcoholismo leve: el paciente presenta de 2 a 3 síntomas de los citados.
- Moderado: 4-5 síntomas están presentes.
- Severo: 6 o más síntomas presentes.
A pesar de esta clasificación, cabe destacar que la tolerancia y la dependencia son los factores más importantes a la hora de diagnosticar a una persona con alcoholismo. Con que estos 2 síntomas estén presentes es suficiente para confirmar el cuadro.
2. Tipos de alcoholismo según el centro de adicciones
El Addiction Center nos presenta un criterio clasificatorio que distingue 5 tipos de alcoholismo diferentes. Estos vienen definidos según la edad del paciente, el momento en el que comenzó a beber, la edad a la que se desarrolló la adicción, la historia familiar, la presencia o ausencia de otros trastornos y las posibles adicciones concomitantes. Los vemos por separado en las siguientes líneas.
2.1 Subtipo joven-adulto
Se estima que el 31,5 % de los pacientes alcohólicos caen dentro de esta categoría. Por ello, es el grupo más grande y crucial de todos desde un punto de vista clínico. Las personas que se incluyen en esta variante patológica comienzan a beber pronto (antes de los 19 años) y también desarrollan la dependencia a una etapa muy temprana (aproximadamente a los 24 años).
La mayoría de los representantes de este grupo tienen ratios bajos de comorbilidad con otros trastornos mentales y su riesgo de presentar otras adicciones y un historial familiar alcohólico es moderado. Suelen ser personas universitarias, solteras y con tendencia a beber de forma exagerada en episodios aislados (pero no de forma constante).
2.2 Subtipo funcional
Esta variante representa a aproximadamente el 19,5 % de las personas alcohólicas. Sus integrantes son personas de mediana edad (41 años de media), empiezan a beber algo más tarde que los anteriores y desarrollan dependencia en una etapa vital tardía (unos 37 años). Son algo más proclives a padecer depresión, aunque no otros trastornos simultáneos.
El término funcional no se aplica en vano. Más o menos la mitad de las personas en este grupo están casadas y reportan los mayores niveles de educación e ingresos monetarios de todas las variantes. Además, son poco proclives a tener problemas legales derivados de su adicción. Aunque parece que tengan una vida “normal”, siguen dependiendo del alcohol para funcionar.
La mayoría de personas englobadas en este grupo no piden ayuda, ya que no sienten que la necesitan.
2.3 Subtipo intermedio-familiar
Los pacientes englobados en este grupo representan al 18,8 % del total. Tienden a empezar a beber pronto (17 años) y desarrollan la dependencia antes que los funcionales, pero después de los jóvenes adultos (32 años de media). Tal y como indica su denominativo general, suelen tener historial familiar de alcoholismo. Además, también son proclives a presentar uno o más trastornos concomitantes.
Por otro lado, cabe destacar que las personas pertenecientes a este grupo abusan de alcohol, pero a veces también de marihuana, cocaína y tabaco. Tienen un grado de educación intermedio entre el funcional y el joven y son los que más gozan de un trabajo a tiempo completo. A pesar de ello, tienden a ganar algo menos de dinero que los funcionales.
No es un grupo muy inclinado a pedir ayuda profesional.
2.4 Subtipo joven-antisocial
Estos pacientes representan el 21,1 % de la población alcohólica. Son los que antes empiezan a beber de todos (unos 15 años) y desarrollan la adicción en la etapa más temprana posible (18 años). Como su propio nombre indica, aproximadamente la mitad de estas personas tienen tendencias antisociales, además de depresión, fobia social, trastornos bipolares y otros problemas mentales.
El subtipo joven-antisocial es el que más mezcla alcohol con otras drogas, como tabaco, marihuana, metanfetamina y opioides (incluyendo la heroína). Además, es uno de los que reporta menos nivel de educación, empleabilidad y dinero. Debido a su situación delicada, las personas englobadas en esta categoría son más proclives a pedir ayuda que el resto.
2.5 Subtipo crónico-severo
Llegamos al último de los tipos de alcoholismo según la clasificación planteada. El subtipo crónico-severo es el menos común de todos y representa solo al 9,2 % de los pacientes con esta adicción. Estos comienzan a beber pronto (15 años), aunque no desarrollan la adicción hasta bien entrados en su trayectoria vital (29 años).
La inmensa mayoría de estas personas (más del 70 %) tienen parientes con alcoholismo y casi la mitad tienen tendencias antisociales, únicamente superados en este terreno por la variante joven-antisocial. Por otro lado, representa al grupo con más probabilidades de padecer depresión, ansiedad, trastornos de pánico y bipolaridad.
Las personas con alcoholismo crónico-severo tienen un nivel de educación muy bajo, poquísimo dinero y una situación laboral crítica. Se divorcian en casi todos los casos y beben más que cualquier otro grupo en lo que a asiduidad se refiere, pero en cantidades menores que en otras variantes. Es el grado más evidente de alcoholismo y, por lo tanto, el más grave.
3. Tipos de alcoholismo según la teoría de E.M. Jellinek (primera parte)
En el año 1941, el psiquiatra Karl Bowman y el biometrista E.M. Jellinek publicaron un escrito que entraba en detalle al describir los mecanismos y tratamientos de este trastorno. Esta primera publicación reconocía los siguientes tipos de alcoholismo, tal y como indica Alcohol Health and Research World:
- Alcohólicos primarios o verdaderos: los representantes de este grupo están caracterizados por su gusto inmediato por los efectos del alcohol, el rápido desarrollo de una necesidad incontrolable por esta sustancia y su incapacidad para abstenerse.
- Alcohólicos sintomáticos endógenos constantes: en este caso, se postula que el alcoholismo viene derivado de otros problemas psiquiátricos subyacentes. La esquizofrenia y los trastornos esquizotípicos son los desencadenantes más comunes en este grupo.
- Bebedores sintomáticos endógenos intermitentes: son pacientes similares a los del grupo anterior, pero en este caso beben durante ciclos intermitentes y periódicos. Las personas con tendencias maníaco-depresivas caen en esta categoría.
- Bebedores stammtisch: son aquellos pacientes que desarrollan el alcoholismo por causas exógenas. Esta categoría se ve ejemplificada a la perfección por las personas que beben con el fin de mejorar sus capacidades sociales.
Esta categorización es algo más rudimentaria que las mostradas en líneas anteriores, pero debes tener en cuenta que sentó las bases de muchas de las postulaciones que manejamos hoy en día. Además, dio paso a otro criterio algo más útil que se sigue utilizando en la actualidad, el cual veremos a continuación.
4. Tipos de alcoholismo según la teoría de E.M. Jellinek (segunda parte)
A pesar de su utilidad, la primera clasificación de E.M Jellinek recibió muy poca atención por parte de la comunidad científica y psiquiátrica. Por ello, en la década de los sesenta este autor se propuso perfeccionarla con su escrito The Disease Concept of Alcoholism. Te mostramos los tipos de alcoholismo que propuso en esta obra (los cuales se siguen usando a día de hoy).
4.1 Alcohólico ALFA
Este tipo de alcohólico representa la etapa más temprana del trastorno y manifiesta la dependencia continua puramente psicológica de los efectos del alcohol para aliviar el dolor corporal o emocional. No existe síndrome de abstinencia y el consumidor mantiene el control sobre el consumo de la sustancia, pero no deja de abusar de ella, ya que le reporta bienestar en algún sentido.
- Vulnerabilidad psicológica: alta.
- Vulnerabilidad fisiológica: baja.
- Influencias socioculturales: bajas-moderadas.
- Influencias económicas: bajas-moderadas.
4.2 Alcohólico BETA
Representa a un bebedor excesivo regular, pero aún sin dependencia fisiológica o física. Estos pacientes sí que comienzan a percibir problemas orgánicos, como polineuropatía o cirrosis hepática. Aunque no parezca que tengan una “enfermedad psiquiátrica”, beben prácticamente todos los días.
- Vulnerabilidad psicológica: baja.
- Vulnerabilidad fisiológica: baja.
- Influencias socioculturales: bajas-moderadas.
- Influencias económicas: bajas-moderadas.
4.3 Alcohólico GAMMA
Esta categoría se enfrenta por primera vez con la tolerancia, la dependencia y la pérdida de autocontrol. Existe un claro “enganche” a nivel físico, pero también psicológico (y de gran importancia). Es el alcohólico que ya está enfermo bajo todos los enfoques posibles.
- Vulnerabilidad psicológica: alta.
- Vulnerabilidad fisiológica: alta.
- Influencias socioculturales: bajas-moderadas.
- Influencias económicas: bajas-moderadas.
4.4 Alcohólico DELTA
Es un perfil de progresión lenta muy similar al GAMMA. A diferencia de este último, presenta una marcada imposibilidad a la hora de dejar el alcohol, aunque tiene una menor carga de pérdida de control.
- Vulnerabilidad psicológica: baja.
- Vulnerabilidad físiológica: alta.
- Influencias socioculturales: altas.
- Influencias económicas: altas.
4.5 Alcohólico EPSILON.
Lllegamos al último de los tipos de alcoholismo. Es la etapa final de la enfermedad y se presenta con dipsomanía, término que se ha utilizado de forma histórica para designar al trastorno por abuso de alcohol de naturaleza periódica. Según E.M. Jellinek, es el estadio más grave.
Los tipos de alcoholismo y sus efectos
Puede que el alcoholismo suene como algo lejano y patológico, pero cabe destacar que el 5,1 % de la población mundial mayor de 15 años (unas 380 millones de personas) presentan algún tipo de trastorno derivado de abuso de esta sustancia. Las estadísticas no acaban aquí, ya que se estima que hasta 8,8 de cada 100 000 habitantes de algunos países europeos (Estonia) mueren por el consumo de alcohol.
Estos datos caen como un jarro de agua fría, pero son necesarios para establecer un punto final crítico: es muy probable que todo lector conozca a un alcohólico a lo largo de su vida o padezca esta adicción en sus propias carnes. No es algo de lo que avergonzarse, pero hay que ser conscientes de que este problema requiere tratamiento y abordaje clínico igual que cualquier otra enfermedad.
Si te has visto reflejado en cualquiera de estas líneas, te recomendamos que llames al Servicio de Prevención de Adicciones de tu país o acudas al centro capacitado más cercano. Es posible combatir el alcoholismo, pero se requiere ayuda externa y una terapia tanto física como psicológica. Nunca es tarde para recuperar el control de la vida.
Fuente: https://muysalud.com/enfermedades/tipos-alcoholismo/