El COVID-19 ha abierto la posibilidad a la plataforma de consultas médicas
Hasta antes de la llegada de la pandemia a América Latina, el emprendedor colombiano Javier Cardona, CEO y cofundador de la plataforma de telemedicina 1Doc3, trabajaba en la expansión de la startup en el mercado de aseguradoras y empresas privadas. No obstante, la pandemia amplió la posibilidad de trabajar con el sector público, donde está la gran oportunidad de llegar a millones de personas.
Es así que en alianza con las secretarías distritales de salud las ciudades de Bogotá y Armenia ha emprendido un proyecto financiado por el BID para generar más evidencia de la eficacia de la telemedicina y los beneficios que genera entre la población más vulnerable. En esta entrevista, Cardona nos da más detalles sobre esta experiencia.
– ¿Cómo ha acelerado la pandemia el uso de la telemedicina?
El mundo cambió en términos de cómo se va a acceder a la salud. Las soluciones de telemedicina, como la nuestra, ya existen desde hace algún tiempo, sin embargo, lo que cambió con el COVID-19 fueron tres cosas muy importantes. La primera, fue una flexibilización de la regulación en todos los países que fueron conscientes de que era imposible acceder a un hospital y que la única opción era tener una sesión virtual, ya sea una llamada, videollamada o un chat. Ese es el primer gran cambio y no creo que se vaya a regresar a como estaba antes. Después de más de 140 días de que la pandemia llegara a la región, hay suficiente evidencia de que funciona y que el usuario se beneficia, al igual que el asegurador o el pagador y el regulador también.
El segundo gran punto –que estaba pendiente– era la adopción por parte de los usuarios. Por último, la adopción por parte de los pagadores, los aseguradores, los prestadores, los médicos y el ecosistema en general. Todos ellos han probado la telemedicina, con mejores o peores experiencias debido a la forma abrupta en que se dio este proceso. Seguramente, después del COVID-19, un volumen significativo regresará a la presencialidad, pero otro muy grande se va a quedar, y eso es lo que cambió.
– 1Doc3 partió trabajando con aseguradoras o empresas privadas, pero ahora raíz de la pandemia se les ha abierto una oportunidad con el sector público. ¿Cómo se está dando esta transición?
Hace un par de años veníamos trabajando con algunas aseguradoras de salud en Colombia y en México, donde trabajamos con Mapfre. Debido al COVID aparecieron otras oportunidades con el sector público. Cuando uno trabaja con una aseguradora o con una compañía de estas dimensiones, se debe tener la capacidad de escalar y si bien somos una startup ya tenemos tiempo en el mercado y sabemos lo que estamos haciendo. Tenemos experiencia en ello y eso ayudó mucho a que instituciones como el BID confiaran en nosotros y muy rápidamente aprobó un proyecto para trabajar con la ciudad de Bogotá y con Armenia, una ciudad más pequeña en Colombia para resolver las consultas para casos COVID desde nuestra plataforma y también el seguimiento remoto de pacientes.
– En este proyecto del BID están haciendo alianzas directamente con los municipios. ¿Cómo es el trabajo en conjunto?
En Colombia, las localidades o los municipios son los que se encargan de regular la prestación de salud. La alianza es entre 1Doc3 y las secretarías de salud de los municipios de Bogotá y de Armenia. En el caso de Bogotá, la secretaría de salud municipal tiene un asegurador, que es Capital Salud y atiende a más de un millón de personas que son los más pobres. En este caso, el acuerdo es directamente con la Secretaría Distrital de Salud de Bogotá y el asegurador público. Es un proyecto de mucho impacto porque son millones de personas.
– ¿A cuántas personas planean llegar a través de estas alianzas?
Estamos atendiendo alrededor de 300 mil consultas mensuales. Estimamos llegar al medio millón de consultas mensuales al cierre de 2020.
– ¿Son consultas solo de COVID o también pueden ser de otras especialidades?
Nuestras consultas son de acceso a medicina general. Lo que hacemos es ayudar a contener y evitar la mayor cantidad de visitas al médico o a los centros médicos que no sean esenciales. Si se trata de citas con un endocrinólogo o con un oncólogo, eso no pasa por nuestra plataforma. Nosotros estamos en la puerta de entrada, queremos ayudar a mejorar el acceso para millones de personas y también a hacer más eficiente el uso de los recursos, por el lado de los aseguradores y los servicios públicos.
– ¿Cuál es el principal reto de atender sector público?
El mayor reto es burocrático. Por obvias razones la burocracia hace que las cosas tomen más tiempo. En nuestra experiencia, esto ha estado presente, sin embargo nos hemos sorprendido de que se ha dado una regulación más flexibilizada. Estamos en un estado de emergencia y nos podemos mover más rápido. Hemos firmado contratos con entidades públicas en cuestión de semanas y esto antes era impensable, nos podía tomar meses o años. El reto ahora es que eso se vuelva una forma de trabajo porque al final este tipo de soluciones le sirven más a las personas más vulnerables, que son la mayoría y que está asegurada por una entidad pública de uno u otro tipo. El reto está ahí, en hacer los procesos más fáciles porque en el sector público está la oportunidad de atender a más personas.
– ¿A cuántas ciudades están apuntando llegar con este proyecto financiado por el BID?
Por el momento estamos en Bogotá y Armenia. El objetivo del proyecto es generar evidencia en el sector público de que la telemedicina funciona. Se escogieron dos ciudades completamente diferentes: Bogotá, que es una ciudad de ocho millones de habitantes y Armenia, de 300 mil. Generalmente este tipo de beneficios tarda más en llegar a estas ciudades pequeñas o intermedias. El proyecto también busca comparar los resultados en dos lugares completamente diferentes, porque al final no solo en Colombia, sino en la mayoría de países de América Latina tenemos muchas ciudades o poblaciones con el perfil de Armenia, donde aunque no vas a servir a los millones de personas que viven en Bogotá, Lima o Ciudad de México, sí a cientos de miles que típicamente reciben acceso a este tipo de servicio mucho más tarde.
– Por el lado privado, ¿qué otras oportunidades están buscando?
En el sector privado el avance ha sido bastante positivo. Trabajamos con aseguradoras privadas y tres de ellas han multiplicado por ocho el volumen de consultas que hacen con nuestra plataforma. Seguimos lanzando nuevos convenios con nuevas aseguradoras. Manejamos tres modelos de negocio. El primero es con aseguradoras privadas o pagadores de salud que puede ser el gobierno o entidades del sector público. Ese es el principal modelo, pero también tenemos un producto que se llama 1Doc3 Empresas, que básicamente es dar nuestra plataforma o aplicación como beneficio a los empleados de las compañías. Movistar es uno de nuestros clientes y en Colombia 5.400 empleados pueden chatear y consultar gratis con médicos de nuestra plataforma y Movistar cubre esto, les da esta cobertura de orientación médica y teleconsultas. Ese es un servicio que ha crecido muy rápido, que tiene un potencial gigante y ahora lo estamos expandiendo no solo en Colombia, sino en México y también en otros mercados como Perú, Chile y Argentina.
– Hay otras plataformas de telemedicina que han ganado mayor tracción en esta pandemia. ¿Cuál va a ser el futuro de la telemedicina con startups más maduras?
En cada país, en cada mercado y en cada ciudad se han desarrollado jugadores claves de telemedicina, esa es una realidad. Hacia futuro y para lograr economías de escala habrá alguna consolidación, eso será importante. En términos ya de beneficios para las personas, según un estudio de Gartner, la mitad de la población mundial en 2025 antes de ir al médico obligatoriamente va a tener que acceder primero a través de un dispositivo médico para chequear sus síntomas. Creo que hacia allá vamos, tal vez este año o el siguiente, pero diría que dentro de cinco años antes de pedir una cita presencial las personas van a tener sí o sí que haber tenido una consulta virtual.
Luego viene todo el tema de seguimiento remoto con la misma evolución de la tecnología. Ya existen muchos dispositivos periféricos que miden la glucometría para los diabéticos, el pulso, es decir se va a dar la conexión de todo ese ecosistema para tener una medicina mucho más preventiva. En unos años la telemedicina y la tecnología van a traer una medicina preventiva. Muchos dispositivos que ahora son costosos, se van a popularizar y a través de una aplicación en el teléfono va a detectar una anormalidad en el pulso o algo similar, eso va a traer un beneficio en términos de salud. La población va a ser más saludable por la adopción de la telemedicina.
– ¿Qué lección deja la tecnología en esta pandemia?
Los grandes aseguradores y prestadores de salud han vivido en el pasado en términos de tecnología. Lo que viene es mucho trabajo de parte de los jugadores del ecosistema de salud en modernización y adopción de este tipo de sistemas. Durante este tiempo muchas consultas médicas se hicieron por WhatsApp, Skype o Zoom, pero eso no es sostenible porque está de por medio la seguridad y la historia clínica de los pacientes. En cinco años estaremos en un lugar interesante.
– No todas las ciudades, sobre todo las más pequeñas tienen buena conectividad en América Latina. ¿Cómo impacta esto en su servicio?
Tenemos una plataforma que integra diferentes formas de atención, la más usada es el chat y puedes estar en una región alejada de la conectividad o sin cobertura celular 4G ni 3G y el chat funciona. Si bien las atenciones de chat son el 95% del total de consultas que hacemos hemos priorizado mucho la atención de a través de ese canal. WhatsApp hizo la tarea de enseñar a chatear a todo el mundo, sin importar el nivel socioeconómico. La experiencia del usuario es muy similar, solo que en una plataforma más segura y con mucho apoyo tecnológico porque lo de nosotros no es solo la conexión con el médico, sino también nuestra Inteligencia artificial que ayuda a hacer un chequeo de síntomas.