El miedo a la locura
Así como se enferma el cuerpo, puede enfermarse la mente. Sin embargo, la persona que padece un trastorno mental suele provocar miedo y sufrir prejuicios. En verdad, merece una vida digna, sana y basada en el respeto, como todos.
uchas personas aún conservan una mirada de estereotipo prejuicioso sobre quienes padecen un trastorno mental etiquetando a los usuarios de salud mental como débiles, incapaces de resolver un conflicto o sujetos con falta de voluntad para salir adelante; incluso frente a trastornos mentales más complejos como la esquizofrenia, la bipolaridad, la demencia o el consumo de sustancias, se encuentran aún más posiciones de carácter negativo, y hasta los propios pacientes evitan mencionarlo en contextos sociales, laborales y académicos.
Quienes no tienen conocimientos sobre salud mental, terminan muchas veces adoptando esa imagen que le ofrece muchas veces la literatura, el cine y la construcción colectiva social de que quien padece un cuadro psicopatológico es sinónimo de ser un sujeto que representa peligrosidad.
Entendiendo la salud mental:
Frente a quien está o estuvo hospitalizado en una institución psiquiátrica, a quienes asisten a hospitales de día o a espacios grupales de ayuda suele existir un trato diferente muchas veces segregado y cargado de juicios de valor. La mirada social de estigma sobre el paciente y sobre su familia muchas veces recae en encontrar el factor de responsabilidad, marcar las cosas que “se hicieron mal” y se enfatiza la peligrosidad, el miedo y la distancia acentuando un carácter peyorativo sobre la patología.
Así que es necesario afianzar una nueva idea de lo que implica realmente la salud mental y dejar de pensar en ella como algo problemático, vergonzoso y estigmatizante; abandonar esa visión desfavorecedora respecto a esto y comprender que, así como se enferma el cuerpo, puede enfermarse la mente.
Una nueva mirada:
El cambio implicaría una mirada abierta a tolerar las diferencias y a aceptar en lugar de rechazar. Así se permitiría comprender en lugar castigar; ya que este castigo está dado por el pensamiento diferente, las actitudes de temor, los prejuicios, la segregación, proyección y el desentendimiento.
Para poder romper con esto, o al menos lograr un cambio, se necesita desmitificar al “enfermo mental” como peligroso, somo sujeto digno de ser apartado; y a su vez, poder armar una estructura social donde existen la posibilidad de una vida digna, sana y sobre todo, basada en el respeto.
Fuente: https://mia.perfil.com/noticias/salud/el-miedo-a-la-locura.phtml