Hay 112 mil niños que nunca recibieron ninguna vacuna obligatoria
En el país hay 112 mil niños que nunca recibieron ninguna vacuna obligatoria.Además, hay 37.000 subvacunados o que tienen el esquema obligatorio incompleto. El desafío para el nuevo Gobierno.
Advierten por la falta de cobertura en vacunación de chicos en Argentina y los riesgos sanitarios para el futuro.
En América latina son casi 7 millones los chicos que por la pandemia no recibieron las vacunas para controlar enfermedades evitables como el sarampión o la poliomielitis. Las cifras de 2022 muestran que aunque algunos países como Brasil o México superaron la “resaca” que les generó el Covid, en otros siguen activos grandes nichos de riesgo sanitario, con chicos que no recibieron ninguna vacuna en toda su vida: los llamados chicos cero dosis. En Argentina son más de 112.000.
La cifra viene de un informe de UNICEF de julio, que toma datos de 2021. Pero todo el tema se puede actualizar mirando el “III Informe sobre coberturas nacionales de vacunación”, emitido por el Ministerio de Salud a principios de noviembre aunque por el revuelo electoral pasó casi inadvertido. El documento, sin embargo, sobresale ahora, cuando el iminente cambio de gestión presidencial podría representar –cree más de uno– un viraje en la concepción histórica sobre la importancia de vacunar (más aclaraciones, al final de estas líneas).
En medio de la incertidumbre por las nuevas definiciones, las últimas cifras de vacunación pediátrica en Argentina son tibias. Hay una mala noticia y, también, algunas semi-buenas para compartir.
La mala son los chicos cero dosis. En 2021, informa Unicef, 112.376, es decir, el 18% de los bebés menores de un año no recibió ninguna inyección de ninguna de las vacunas obligatorias. Además, superaban 37.000 (6% de los menores de un año) aquellos subvacunados, o vacunados de forma incompleta.
Al margen de que es imposible saber si alguien fue a buscar a esos más de 150.000 bebés que el Estado simplemente “pasó de largo” por el Covid, los chicos cero dosis se enmarcan en una tendencia persistente desde 2015, cuando Argentina perdió su mote de país “intachable” en vacunación. El histórico 90% de la población vacunada bajó, en varias de las más importantes dosis, al 80% y hasta el 70%.
Las semi-buenas noticias están en el informe local de Salud de noviembre. Ricardo Rüttimann, infectólogo de la Fundación Centro de Estudios Infectológicos (Funcei) y miembro de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaIn), lo resumió con cautela: “Vemos alguna recuperación desde la caída de la vacunación pediátrica en la pandemia, pero los datos distan de ser ideales”.
Acumulación de suceptibles por falta de vacunación
Tanto para las dosis que deberían recibir los recién nacidos (BCG y hepatitis B) como para las que les tocan a los lactantes, el informe del ministerio que aún conduce Carla Vizzotti reconoce coberturas con “valores subóptimos”. Eso sí, hay una recuperación en 2022 en comparación a la prepandemia, y una mejora de entre uno y cinco puntos porcentuales, en relación a 2021.
Pero vale la pena insistir con el medio vaso vacío porque, explicó Rüttimann, “siempre tuvimos más del 90% de cobertura y una caída de cinco puntos porcentuales cada año no es poco. Acumulados durante varios años, terminan sumando el 10%, el 15% o el 20% de personas susceptibles. Son cientos de miles de personas desprotegidas ante enfermedades de fácil contagio”.
Volviendo a los bebés, la BCG, en 2022, no llegó al 80% de cobertura. La de la hepatitis B, apenas lo pasó, con el 80,9%.
Si bien las que les tocan a los lactantes se acercaron al 84%, las que preocupan son algunas de las vacunas que tocan al año de vida: hepatitis A, la primera dosis de la triple viral (sarampión, rubéola y paperas) y un refuerzo de la antineumocócica.
Las dos primeras estuvieron en 86,9% y 84,6%, porcentajes que parecen más o menos buenos, pero representan una caída con respecto al año anterior.
En hepatitis A, la baja es de solo una décima, pero la triple viral, que incluye el sensible asunto del sarampión (enfermedad de la que los expertos advierten un riesgo real de reintroducción en el país) cayó casi dos puntos porcentuales.
En cuanto a la vacuna contra el neumococo, tampoco anduvo muy bien. Con una cobertura del 78,9%, no mostró mejoras en relación al año anterior.
Polio, meningitis y la quíntuple en baja
Entre los 15 meses y el año y medio de vida, se indica la dosis contra la varicela (sobra aclarar su sideral importancia en la prevención del herpes zóster en adultos) y el primer refuerzo de la quíntuple, una vacuna de importancia mayúscula, ya que combate cinco patógenos complicados.
Uno es el que causa la poliomielitis, tema del que Rüttimann fue enfático: “El uniforme de Unicef sobre Argentina advierte que en polio estamos en una zona crítica, con riesgo real de remergencia”.
Además, esa inyección incluye el combo difteria, pertussis (o tos ferina, o convulsa), hepatitis B y un microbio que se nombra poco pero debería tenerse en cuenta: Haemophilos influenziae tipo B, uno de los causantes de neumonías pero también de las meninigitis bacterianas.
Ese refuerzo, con solo el 74,2% de cobertura, cayó más de un punto porcentual desde 2021.
Roberto Debbag es presidente de la Sociedad Latinoaméricana de Infectología Pediátrica, entidad que acaba de publicar un paper con recomendaciones para la prevención de las infecciones en los primeros 1.000 días de vida. Consultado por Clarín, habló con preocupación de la meningitis, pero no solo de la bacteriana sino también de la viral, ambas prevenibles por vacunación.
“No habíamos visto niños con meningitis durante 20 años y en el último año hemos podido ver la gravedad de esta enfermedad, que produce mortalidad en el 10% al 20% de los casos, sin contar que puede dejar secuelas cognitivas en el 60%”, apuntó.
Vacunas en la primaria y la secundaria
Del cerca del 95% de cobertura relevado para las vacunas que se aplican en prescolar se desprende algo básico: la indicación de la escuela de llevar a los chicos a vacunar como requisito obligatorio para entrar a primer grado es un filtro con peso propio.
Nada de eso ocurre con las dosis contra el HPV, que se indican en la pubertad y que en la secundaria nadie controla. En especial, la dosis de refuerzo, que es la que permite alcanzar una cobertura real contra el virus de papiloma humano.
En 2022, el 82,7% de las nenas cumplió la primera dosis, pero en los varones la cifra bajó al 75,6%. En cuanto a los refuerzos, las cifras son horribles: ellas, 54,3%; ellos 47,6%.
“Es la primera vez que la Argentina tiene el concepto de niños dosis cero. Son, la gran mayoría, niños en situación de pobreza, que no logran acceder a la salud. Hijos de madres que no piensan en vacunar sino en darles de comer. Estamos hablando de vacunas que están esperando en las heladeras”, reflexionó Debbag.
Sería bueno encontrarlos y vacunarlos, pero “Argentina no tiene la tecnología que se precisa. Esta gestión, que conocía mucho sobre vacunas, no generó una tecnificación con un sistema de traqueo. Todo está en rudimentarias planillas de excel”, criticó.
Consejos y dudas ante la nueva política de Salud
A la malaria económica por venir, nadie querría sumarle una de tinte sanitario. Por ley, las vacunas del esquema oficial son obligatorias y gratuitas en todas las provincias. Ante la duda, vale la pena darse una vuelta por el pediatra o por el vacunatorio más cercano, carnet de vacunación y DNI de los chicos en mano.
¿El derecho a vacunarse podría cambiar con el nuevo Gobierno? Rüttimann tranquilizó: “Hay una ley de vacunas reglamentada y eso le da solidez a lo que pasa acá. Vacunarse es un derecho. Es un aspecto que a los que apoyamos la salud pública y la protección que dan las vacunas nos debería dejar tranquilos”
En términos de gasto público tampoco habría que sembrar dudas. Vacunar previene gastos en atención sanitaria, resume el informe de Unicef. Y es claro: “Por cada dólar gastado en vacunación se produce un retorno de la inversión de 26 dólares”.
Fuente: https://www.clarin.com/sociedad/cero-dosis-advierten-grave-deficit-salud-chicos-riesgo_0_dKzo7SrkPj.html