Importancia y escasez del agua
Miles de botellitas de agua en una intervención artística sobre la importancia y escasez del agua
Una instalación que reúne miles de botellas con agua de todo el mundo, obra del artista Carlos Montani, quien desde hace más de una década viene armando una colección de muestras de agua como parte de su proyecto artístico ambientalista Aqua Planetae, será inaugurada el próximo miércoles 22 de marzo en la Casa de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, en el marco del Día Mundial del Agua.
La instalación consta de una estructura modular y por la consistencia del agua genera un efecto lumínico que imita las ondas. Curada por Virginia Fabri, la obra que se podrá ver en Avenida de Mayo 575 hasta el 20 de abril se compone de miles botellas con aguas extraídas de diferentes partes del mundo por personas de diversos ámbitos, desde el Papa Francisco hasta Marta Minujin, Patricia Sosa o Elena Roger, por nombrar algunos nombres destacados.
La instalación se inscribe en el proyecto artístico Agua Planetae, una obra en construcción que Montani arrancó en el año 2012 y actualmente se compone de 1.901 muestras de agua de 69 países de los 6 continentes. Cada botellita de 100 cm3 lleva el nombre de la persona que la aportó a la muestra, el lugar de procedencia del agua y la fecha en que se incorporó a la obra.
La obra revaloriza la importancia del agua y concientiza sobre su escasez desde la intervención artística y por este proyecto Montani exhibió en distintos lugares del mundo, como Estados Unidos o Suiza, fue recibido por el Papa Francisco -a quien le regaló una colección de agua de los seis continentes-, y la Asamblea General de las Naciones Unidas incluyó a Aqua Planetae dentro de las acciones de la «Década del Agua».
En palabras de la curadora, «la visión del artista-ambientalista Carlos Montani es clara: nos lega con su arte un fuerte mensaje de cara a futuras generaciones y nos ayuda a concientizar sobre este elemento tan cotidiano que nos provoca una catarata de pensamientos, en tiempos donde millones de personas aún carecen de agua potable».
Fabri también destaca la «rigurosidad» de la obra como «arquitectura acuática», ya que cada botellita está muy bien catalogada: «Miles de botellas provenientes de los países más recónditos aparecen perfecta y sistemáticamente ordenadas en hilera, en una suerte de «laboratorio de aguas». Montani ha juntado agua de la Base Esperanza de la Antártida, la Isla de Pascua, del Círculo Polar Ártico, de la India, Grecia o Turquía, por nombrar algunas de las geografías que recorrió.
En 2012 el artista, también ingeniero y ambientalista, como se autodefine, escribió: «Dentro de 20, 50 o 100 años, cuando el agua sea mucho más escasa que ahora, este universo de muestras históricas como primitivos daguerrotipos, les permitirá a nuestros descendientes conocer el agua que tomaba cada una de las personas que enviaron sus muestras… Me emociona de sólo escribirlo».
Fuente: Télam