La actividad física reduce la ansiedad en niños y adolescentes
Un reciente estudio demostró que el ejercicio previene trastornos de la salud mental y acelera su mejoría cuando éstos ya se han instalado. Cuál es el factor protector del deporte y cómo beneficia a futuro su vida adulta.
Bien sabido es que el ejercicio físico contribuye con la buena salud física y mental a todas las edades. Ahora, además, un reciente estudio demostró que la actividad física previene los trastornos de ansiedad y depresión en niños y adolescentes. Y acelera la mejoría -en combinación con otros abordajes- en los casos en que ya se padecen este tipo de condiciones.
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“Las intervenciones de actividad física pueden usarse para reducir los síntomas depresivos en niños y adolescentes. Las mayores reducciones en los síntomas depresivos se derivaron de participantes mayores de 13 años y con diagnóstico de enfermedad mental y/o depresión”, concluyeron los investigadores en el trabajo publicado en la revista JAMA Pediatrics.
Según plantearon, “la depresión es el segundo trastorno mental más prevalente entre los niños y adolescentes; sin embargo, sólo una pequeña proporción busca o recibe tratamiento específico para el trastorno. Las intervenciones de actividad física son prometedoras como un enfoque alternativo o complementario al tratamiento clínico de la depresión”.
“Es saludable también limitar las horas de play, celular, tablet, etc. y fomentar más espacios al aire libre y en la naturaleza”, coinciden los expertos (Getty)
La enfermedad se asocia con dificultades en la relaciones sociales, problemas mentales y un mayor riesgo de suicidio. Además, es un fuerte predictor de futuros trastornos mentales, ya que se demostró que hasta el 67% de los jóvenes con síntomas depresivos corren el riesgo de desarrollar una depresión de adultos.
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Para el trabajo, los expertos realizaron una revisión sistemática y metaanálisis de 21 estudios con 2.400 participantes. “Los resultados indican que las intervenciones de actividad física se asociaron con reducciones significativas en los síntomas depresivos en comparación con la condición de control”, señalaron los autores del trabajo en la publicación de sus conclusiones.
Y agregaron: “La evidencia disponible respalda las intervenciones de actividad física como un enfoque alternativo o complementario para aliviar los síntomas depresivos en niños y adolescentes, lo que corrobora la influencia beneficiosa de la actividad física en la salud mental de las poblaciones pediátricas”.
El ejercicio físico contribuye con la buena salud física y mental a todas las edades (Getty)
Para el jefe de Servicio de Psiquiatría del Niño y el Adolescente y director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, Celso Arango, “aunque el metaanálisis tiene limitaciones, los resultados coinciden con la práctica habitual y estudios previos que se puede extender a personas adultas”.
“Un factor a tener en cuenta que introduce un sesgo es que las personas con depresión que hacen deporte tienen un grado de motivación mayor, por lo que no se permite inferir causalidad directa entre el deporte y la mejora en la depresión”, señaló el experto español.
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En tanto los investigadores sostienen que los estudios futuros deben investigar la influencia de los parámetros de la actividad física como la frecuencia, la duración y la supervisión de las sesiones para determinar la dosis óptima y el modo de administración de la intervención para el tratamiento de los síntomas depresivos.
En opinión de la psiquiatra infanto juvenil Andrea Abadi (MN 76165), “la ansiedad es una respuesta normal frente a las situaciones de estrés. El problema es que en aquellos que tienen una predisposición genética para un trastorno de ansiedad, van a desarrollar siempre aquella vulnerabilidad que tenían en su constitución”. “La ansiedad es un trastorno sumamente prevalente en la población infanto juvenil y en la adulta, que suele detonarse frente a las situaciones de estrés. La pandemia es y sigue siendo una situación de estrés. Por lo tanto, no es raro escuchar que los casos de ansiedad infanto juvenil han aumentado”, ahondó.
Los trastornos de ansiedad se incrementaron entre los más chicos desde la pandemia (Getty)
Sobre cuáles son las señales de alarma para detectar estas cuestiones en casa y cuándo es momento de consultar a un especialista, la directora del Departamento Infanto Juvenil de Ineco aseguró que “las señales son claras”.
Y describió: “Por ejemplo, cuando vemos niños irritables, que intentan evitar situaciones de afrontamiento, que prefieren quedarse en casa antes que ir a la pileta o una colonia cuando antes lo hacían sin ningún inconveniente. Cuando hablamos de ansiedad debemos tener en cuenta que es un miedo excesivo hacia algo y esto en general conlleva a conductas de evitación o parálisis. Si tenemos un niño evitativo, con irritabilidad constante, con berrinche, llorosos, o con conductas claramente de no enfrentar situaciones nuevas o determinadas, tenemos que pensar en un trastorno de ansiedad”.
Diferentes estudios plantean que los trastornos de ansiedad en niños y adolescentes han duplicado su prevalencia, del mismo modo que la depresión e irritabilidad, a raíz de la pandemia, llegando a una prevalencia que va del 20 al 47% de expresión.
Fuente: https://www.infobae.com/salud/2023/01/05/la-actividad-fisica-reduce-la-ansiedad-y-depresion-en-ninos-y-adolescentes/