La astrología y el tarot ahora incluyen la diversidad sexual
“Entregar al mundo lo que algún día nos fue dado. Es una forma sencilla y justa de aprender a ser canal”. Las frases están en un posteo de Instagram de Víctor Leni Cordero, ilustrado con la figura de la mujer de la carta de la estrella en el mazo de tarot.
“Y siempre se me viene la imagen del río pues a algunos ríos pequeños también les llaman canales”, agrega debajo entre otras cosas el autor del libro Tarot genealógico (Ediciones B), de reciente aparición.
Leni Cordero pertenece a la generación de jóvenes estudiosos del tarot o la astrología que se dedican a trabajar en alguna de estas áreas y comparten sus conocimientos a través de las redes o diferentes plataformas en las cuales los usuarios web que buscan respuestas.
La evocación del río no es casual: según cuenta él en su libro, el agua y la naturaleza fueron el entorno en el que comenzó a vincularse con el tarot en Chile, donde nació y vivió hasta la adolescencia.
En circunstancias familiares muy difíciles, Paky, su abuela materna, le regaló un tarot de Marsella a sus catorce años porque prefería verlo concentrado en ese mundo “antes que hipnotizado por la televisión”.Leni Cordero recuerda haberse abocado a la lectura de libros y cartas de Tarot “conectado con la inmensidad del mar y con las rocas enormes sobre las que rompían las olas”.
Su padrastro, “como buen patriarca”, según cuenta, lo anotó en un colegio de curas católicos. Comenzaba la década del 90 y él ya había entendido que le había tocado crecer en “un país conservador, donde las religiones hegemónicas y sus dogmas eran una forma de moldear y dar marco a la espiritualidad”.
Y recuerda: “Recibíamos una educación que nos moldeaba para ser hombres heterosexuales, machistas y exitosos en el campo de la ciencia. Yo, en cambio, me sentía homosexual, feminista, actor y tarotista”.
Gracias a los referentes de su abuela, que se declaraba agnóstica, el autor trasandino entendió que en su país también había existido una tradición “de poetas y de magos”.
La vinculación del tarot y la poesía tiene historia en nuestro país. Tal vez su mayor exponente haya sido Olga Orozco, una poeta inmensa que era tarotista y dedicó algunos poemas al tarot.
Él ahora se dedica al Tarot evolutivo, que no se ocupa de hacer predicciones o futurología sino que indaga en “la evolución, el presente y lo que no vemos”. En los acápites de los distintos capítulos de su libro, por otra parte, cita a autores como Antonin Artaud, Herman Hesse, William Shakespeare –“Tarot y teatro tienen casi las mismas letras”, dice también en sus páginas- o a Carl Jung: “La cosa más aterradora es aceptarse a sí mismo por completo”.
Un interés en alza
“El interés del público y de los especialistas por los tarots históricos, del Renacimiento italiano a los juegos franceses de los siglos XVIII y XIX, no ha dejado de crecer”, afirma Marianne Costa, maestra mundial en la materia, en el prólogo del libro El Tarot paso a paso (Grijalbo), donde también plantea que muchos de ellos fueron “rediseñados o coloreados nuevamente por los ‘maestros fabricantes de cartas 2.0’, que han sustituido los antiguos moldes de madera de peral por modernos programas informáticos de grafismo.
Esta dinámica, impulsada por la revolución digital, ha despertado la curiosidad de los practicantes del tarot, aquellos que lo utilizan con una perspectiva de introspección psicológica, espiritual y concreta”, agrega Costa.
Marianne Costa. Una referente mundial en temas de tarot
“Muy buenos días a todos y a todas, ¿Cómo andan? Hoy estamos aquí porque tenemos una clase muy especial de Escuela FE, nuestra clase mensual”, invita desde sus redes Dalia Walker, seguidora de Costa, que en las notas introductorias a su libro El tarot como llave (Grijalbo) narra sus decisivos encuentros con la especialista francesa durante su paso por Argentina, y las enseñanzas que logró absorber para volcar, a la vez, en la escuela que ella misma fundó.
Walker sube a sus redes videos en los que sus miles de seguidores pueden ver en vivo las clases virtuales que brinda para los alumnos de la escuela, aunque los internautas voyeurs no tienen habilitada la posibilidad de preguntar.
“Voy a prender la clase ahora y ustedes pueden espiar”, invita a quienes buscan especialmente sus contenidos online o simplemente pasan por ahí, scrolleando temáticas como las que aborda esta “bruja moderna” -como ella misma se define- en la tienda esotérica que fundó y comparte espacio con la escuela, tanto en la vida presencial anterior a la pandemia como en la virtualidad total.
Dalia F. Walker, autora de «Bruja Moderna».
“Los que quieran pueden participar de este fogón de preguntas y respuestas sobre tarot”, propone, y comienza a transmitir en vivo. Durante la clase responderá, entre otras preguntas: “¿Puedo leer las cartas a distancia?” o “Me sale siempre la misma carta, ¿qué quiere decir?” o “Mi mazo es distinto al del libro que estoy leyendo, ¿qué puedo hacer?”.
Pero el despliegue multitasking de @ladalia no termina ahí: apenas empieza. A sus ya mencionadas condiciones de «bruja» –“witchfluencer”, por «witch», «bruja» en inglés- se suman las de “peregrina e influencer de la magia”, podcaster, emprendedora y «oráculo», según anuncia su página web.
“Como el tarot es una herramienta de autoconocimiento, a medida que profundizamos en ella, es posible que veamos aspectos nuestros que no nos gusten, aspectos que sí y otros que nos enojen. Es parte del camino. (…) Leer las cartas se trata de aceptar que las emociones serán movidas y transformadas”, dice Walker en distintos momentos de El tarot como llave, el libro que también cuenta con la palabra de su admirada Marianne Costa.
La especialista francesa colaboró con Alejandro Jodorowsky en la escritura del best seller (2004), La vía del Tarot, considerado una Biblia para todo interesado en la materia.
“Mañana miércoles en París, café la Promenade, 32 avenue Daumesnil, a las 17 horas, leeré gratis el tarot a 5 personas elegidas por azar”, escribió en abril de 2017 Jodorowsky, el padre de la Psicomagia y autor de la frase «Los psicoanalistas deberían tener todos un tarot: ahorrarían tiempo”.
A él no le correspondería entrar en esta nota sobre autores jóvenes por cuestiones de edad, con sus 92 años, aunque sí por su condición de eminencia y autor de decenas de libros sobre la temática abordada.
Lu Gaitán. Astrología y podcast. Foto: Maruja Cáceres.
Y también por su utilización de las redes sociales: el anuncio mencionado fue publicado en sus cuentas de Twitter y Facebook, donde lo siguen dos y cuatro millones de personas, respectivamente.
“Me gusta pensar en la astrología como un lenguaje simbólico, con el que podemos llegar a alcanzar algún tipo de comprensión sobre lo complejo de la existencia”, dice Lu Gaitán, autora de los libros Alumbra la luna y Asuntos de Venus (Planeta), en uno de los episodios de su podcast Lucía y sus gemelas, de astrología feminista.
“Si la astrología es un modelo acerca de la realidad y tomamos los distintos símbolos que nos atraviesan como cultura, y nuestra cultura es patriarcal, por qué no podríamos generar un lenguaje simbólico que ponga énfasis en la dimensión patriarcal de esta existencia y también la posibilidad de deconstruir nuestra forma de pensar, de vivir y de sentir”, continúa la influencer y politóloga, de 30 años.
Astrología para hacer la revolución (Alfaguara), propone desde el título de su nuevo libro Astromostra, seudónimo de Gael Policano Rossi, astrólogo, dramaturgo y poeta que participa del “ciberactivismo astrológico” desde 2012 y es columnista del programa radial Furia bebé, que conducen Malena Pichot y Señorita Bimbo en Futurock.
“Quiero darle otra vuelta a la astrología, empezar otra vez la discusión y proponerte el carácter asociativo de la poesía de las estrellas para que empecemos a renovar las ideas, ensuciarnos las manos, tirarnos a la pelopincho. (…) Sí, hay que poner manos a la obra: ahora es el momento de la revolución”, invita a sus lectores y lectoras.
“Sos lo menos. El cero y la nada. Una condena, un fantasma, humo. El grito, el vacío, el horror reprimido, almacenado y abandonado en el fondo del cuerpo. Lo que se intuye pero se desestima. Lo negado, lo robado, lo muerto y enterrado, lo putrefacto, lo fermentado. La voluntad amordazada, suprimida, secuestrada, cautiva sin chances de ser rescatada. La sobra, una abandonada”.
Esto le dice Miseria, un astrólogo con el poder de leer en una carta astral los puntos débiles y oscuros de las personas, a Amanda, guionista que debe escribir el programa de televisión que él conducirá, en la ficción creada por Nuri Abramowicz en su novela La fantasma (Odelia).
«Para Miseria el mapa natal era una hoja de ruta que narraba cómo ibas a desperdiciar tu vida. Estaba el lastre que arrastrabas desde el origen, la resistencia a aceptar lo que te tocó en suerte, los obstáculos que se te presentarían, las trampas que uno mismo iba a fabricarse, las pésimas asociaciones y vínculos establecidos, más para protegernos del riesgo y la incertidumbre que para estimularnos a dar el salto hacia un lugar más auténtico».
Miseria ya tiene un club de fans, que piden a través de Instagram que tenga un blog o spin off propio.
Aunque en libros y redes surjan nuevas olas, las poéticas del tarot y la astrología ya son parte del mar.
Fuente: https://www.clarin.com/cultura/astrologia-tarot-ahora-vienen-poesia-diversidad-sexual_0_3RGFpbDv1.html