La RAE actualizó su diccionario
- Hubo varias actualizaciones dentro del campo tecnológico y gastronómico.
- «Estamos en una época de transformación intensa», exclamó el director Santiago Muñoz Machado
El español está de fiesta. Tal como ocurre cada diciembre, la Real Academia Española (RAE) presentó la actualización de su diccionario en el que incluyó en este 2024 nada menos que 4.074 novedades. La lengua no solo habla, sino que también «rapea», «teletrabaja» y hasta se muerde para no «espoilear».
Según el director de la RAE, Santiago Muñoz Machado, será la última actualización de la vigésimo tercera edición del diccionario antes del “gran salto” en 2026, cuando podría duplicar sus entradas para convertirse en una herramienta verdaderamente global.
¿Pero qué trae esta actualización? Palabras que saben, suenan y se sienten. Por ejemplo, del mundo gastronómico llegan “barista”, “frapé”, “infusionar” y “umami”, ese sabor indescriptible que transforma cualquier plato en una obra de arte culinaria.
De la música, “blusero”, “groupie” y “funk” ya tienen su lugar reservado en el escenario lingüístico.
La tecnología y la ciencia también tienen lo suyo. Términos como “teletrabajar”, “microbioma”, “aerotermia” y “escalabilidad” se suman a un idioma que no le teme a ponerse futurista.
También llegan antiguos extranjerismos reconocibles que ahora se normalizan: «driver» y «snórkel», con su acento incluido.
Del deporte, llegan “bicicross”, “capoeira” y “fitness”, mientras que la cultura popular no se queda atrás con palabras como “espóiler” y el término “dana”, una depresión atmosférica que, lejos de deprimirnos, nos recuerda cómo la naturaleza también influye en el lenguaje. Recientemente, la definición se volvió viral tras la tragedia que golpeó a Valencia, España.
La inclusión de americanismos es otro gran hito. Palabras como “parrillar” (asar a la parrilla, utilizado mucho en Chile), “posnet” (el dispositivo para pagos con tarjeta) y “azotehuela” (un patio interior mexicano) enriquecen el español global. Incluso “sulky”, ese carruaje que suena tan británico, ahora se siente como en casa.
La RAE también estrenó un nuevo diseño en su versión digital, haciéndolo más intuitivo y atractivo para los millones de usuarios que cada día buscan respuestas a sus dudas lingüísticas.
“Estamos en una época de transformación intensa”, destacó Muñoz Machado. La lengua, como un organismo vivo, refleja los cambios culturales, científicos y sociales de su tiempo. Y aunque la Academia insiste en no dejarse llevar por las modas, esta actualización demuestra que está atenta al mundo que la rodea.
«Brain rot» (podredumbre mental) es la palabra del año para la Universidad de Oxford
No solo se conocieron las nuevas palabras incluidas en el diccionario de la RAE, sino que también en los últimos días se dio a conocer cuál es la palabra del año.
El término inglés ‘Brain Rot’ (algo así como ‘podredumbre mental’), que alude al deterioro intelectual ocasionado por el consumo excesivo de contenido en línea de baja calidad, sobre todo en redes sociales, fue seleccionada como «la mejor» de este 2024 por la Universidad británica de Oxford.
Los expertos de la universidad crearon una lista de finalistas con seis vocablos para reflejar los estados de ánimo y conversaciones que han modelado el último año, entre los que se encontraban ‘demure’ (recatado), ‘lore’ (información de contexto), precios dinámicos, ‘romantasy’ (fantasía romántica) o ‘slop’ (contenido generado por IA de mala calidad).
Al explicar por qué se han decantado por ‘brain rot’ como término elegido del año, la universidad recuerda que su definición es «el supuesto deterioro del estado mental o intelectual de una persona, especialmente como resultado de un consumo excesivo de material (ahora particularmente de material en línea), considerado trivial».
Según los expertos de la universidad, ‘brain rot’ ganó popularidad este año como término acuñado a fin de capturar las inquietudes sobre el impacto del consumo de cantidades excesivas de contenido online de baja calidad, especialmente en redes sociales.
El uso del término aumentó en un 230% entre 2023 y 2024, según la institución británica.