Las chicas y las nueva adicción a los cosméticos
- La cosmeticorexia es la obsesión por el cuidado de la piel que crece entre las adolescentes.
- Cuáles son las consecuencias indeseadas de la búsqueda de belleza sin límite.
- Precauciones a tomar.
Impulsado por las redes sociales y las influencers, el consumo de productos de belleza entre jóvenes de 12 a 18 años va en aumento. Este fenómeno se conoce como cosmeticorexia, y se afianza en un contexto de empoderamiento femenino y presión por la imagen.
Es un hecho. Cada vez son más las menores que compran y usan cremas, correctores de ojeras y productos contra el envejecimiento, los cuales son tan innecesarios como perjudiciales para su piel. Así lo demuestran los números.
“A nivel nacional, nuestras investigaciones indican que el 78% de las chicas de entre 13 y 18 años compra frecuentemente productos de cuidado personal y al menos el 48% adquirió algún maquillaje en el último año. De la mano, crece el mercado de sérums, de tratamientos para la piel y aquellos destinados al público adolescente por cambios hormonales como, por ejemplo, los antiacneicos. Otro dato preocupante es que encontramos un 3% de jóvenes que consumen productos antiedad en la franja de 16 a 18 años”, revela Ximena Díaz Alarcon, co-fundadora & CEO de la consultora Youniversal.
Tendencia inquietante
¿A qué responde la necesidad de maquillarse y ponerse crema a una edad tan precoz? “Decididamente a las redes sociales. Instagram, Tik Tok y YouTube son las principales promotoras del uso de maquillajes y cremas entre las menores de edad, quienes consumen estas aplicaciones viendo a otras niñas utilizándolas, y creyendo así tener el permiso para su uso. De esta manera, la industria cosmética y los creadores digitales e influencers generan una nueva necesidad en las infancias”, responde Silvina Alejandra Bruey, médica dermatóloga infanto-juvenil del Hospital Italiano de Buenos Aires y miembro titular de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD).
La influencia de las redes
“Esta conducta también está fuertemente ligada a las expectativas sobre los ideales de bellezas irrealistas impuestos por los medios y especialmente la virtualidad, donde las niñas imitan las prácticas que las influencers exponen y siguen los consejos para pertenecer y tratar de obtener la misma aceptación que sus pares. A su vez, el cuidado de la piel y el uso de productos de belleza refleja cómo las infancias y los púber se saltean etapas de la vida al adoptar hábitos propios de los adultos”, remarca Alexis Alderete, licenciado en Psicología y especialista en Trastornos de Ansiedad y Entrenamiento en Habilidades (Fundación Foro).
Y continúa: “Es importante el acompañamiento en el proceso de desarrollo de las niñas, para que comprendan que mucho de lo que consumen no es real. Las consecuencias de querer alcanzar cierto estilo de vida puede llevarlas a una constante insatisfacción o frustración porque las prácticas obsesivas -como retocar hasta el mínimo detalle las fotos que son compartidas en sus redes sociales- pueden provocar trastornos de ansiedad, baja autoestima y dismorfia corporal (preocupación constante por un defecto percibido en el propio cuerpo). La limitación al uso del celular y fomentar prácticas más saludables y de ocio donde no esté involucrada la tecnología (lectura y deporte) son de gran ayuda para evitar la ansiedad”, comenta.
El uso de cosméticos en pieles muy jóvenes es contraproducente. Puede provocar dermatitis de contacto, eccemas, irritaciones y hasta acné.El skincare en la infancia y adolescencia debe ser indicado y supervisado por un profesional. Foto: Gentileza Anna Shvets en Pexels
Efectos indeseados
Además de los daños mentales, el uso de cosméticos en pieles precoces es contraproducente. “Tiene consecuencias como dermatitis de contacto, eccemas, irritaciones, acné cosmético, hipo e hiperpigmentación secundaria e incluso ¡quemaduras!”, advierte Bruey.
Otra patología muy común es la aparición de acné cosmético. “Es el que se manifiesta o se agrava por el uso frecuente de maquillajes o productos de belleza que suelen ser comedogénicos. Ocurre que la piel de los niños no cuenta con los mecanismos de protección que sí posee la piel adulta. Entonces, cuando se aplican un cosmético que no es para ellos, los poros, que son las aperturas foliculares que le permiten a la glándula sebácea drenar su contenido, se obstruyen. Y el sebo atascado en su interior se convierte en el alimento favorito de las bacterias y hongos que nos colonizan. Eso, sumado a sus propiedades irritantes para con las células que lo rodean, terminan generando el acné. El primer paso para tratar este cuadro requiere eliminar por completo el factor causal que, en este caso, es el cosmético”, explica Marina Bois, médica dermatóloga.
Pero hay más. Hasta la vista de los más chicos puede enfermarse. “En el caso de la salud ocular pueden generar conjuntivitis o blefaritis, inflamación de la conjuntiva y del área de las pestañas respectivamente. Esto se debe a componentes como emulsionantes, tensioactivos, colorantes, siliconas y metales que contienen los maquillajes”, enumera Bois.
“Un correcto cuidado de la piel implica limpieza, humectación y protección solar. Desde ya que hacerlo con los productos adecuados para la edad es una práctica saludable. Pero esto puede ser perjudicial si se eligen aquellos que contengan activos antiage como retinoides o ácidos, los cuales pueden generar enrojecimiento, ardor y hasta dejar manchas. Además, algunos pueden provocar sensibilidad cutánea a corta edad haciendo que a largo plazo la piel continúe reaccionando a dichos componentes”, amplía María Jimena Martínez, dermatóloga infantil.
Ahora bien, el skincare en la infancia y adolescencia es muy específico, y en caso de requerir productos básicos extras, estos deben ser indicados y supervisados por un profesional. “Es muy importante remarcar que ellos tienen una tez ideal y normal, por lo tanto no necesitan ningún cosmético adicional, solo limpieza una vez al día con el jabón cremoso del baño diario y protector solar FPS 50+ al salir de casa. Por supuesto que si existe una patología, como dermatitis atópica o queratosis pilar, agregaremos un emoliente específico para cada persona”, agrega Bruey.
En lo que respecta a la adolescencia, el cuidado es distinto, ya que la piel en general tiende a ser más oleosa, principalmente en la zona T. “Aconsejo aquí emplear un limpiador en gel con o sin ácido salicílico (que se usa para tratar el acné) o más suaves, como el agua micelar. Lo importante es que contegan el ph más parecido al de la dermis a tratar. Por su parte, el protector solar debe ser en versión con toque seco u oil free. Todo debe complementarse con una buena alimentación, que incluya alimentos reales y evite la comida chatarra y los multiprocesados; ejercicio físico; la ingesta de mucha agua y un buen descanso”, prescribe Bruey.
Por último, Bois afirma que para tener una piel ideal basta con tener un cutis sano. Esto se consigue limpiándolo con productos suaves y, en caso de ser necesario, humectándolo con cremas sin agregados de sustancias corrosivas, colorantes ni fragancias sintéticas. Siempre lo ideal es adoptar los elaborados con ingredientes más naturales como agua de flores orgánicas o aloe vera, por citar algunos.
“Vale señalar que los niños cuentan con mayores niveles de melatonina (acción antioxidante) y de hormona de crecimiento y menor nivel de cortisol, por lo que su piel tiene una mayor capacidad de reparación y regeneración en comparación con una adulta. Esto significa que no hace falta incorporar en ellos principios activos extras. Como padres, tenemos la obligación de dialogar abiertamente con nuestros hijos, escucharlos, preguntarles por qué quieren ir maquillados al colegio y estar disponibles para explicarles con paciencia lo perjudicial de aplicarse cosas en la cara a tan temprana edad. Una cosa es jugar a maquillarse y retirárselo al rato, y otra es usar máscara de pestañas, labial y base para ir al cole.”
Fuente: https://www.clarin.com/viva/cremas-antiage-16-anos-chicas-riesgos-nueva-adiccion-cosmeticos_0_h192FLg9iY.html