Las grandes trampas de la mente
Por qué hay que presetarle atención y qué efectos puede causar.
Mentir es faltar a la verdad de manera consciente y convive con nosotros en la vida diaria: a nivel familiar, social, laboral, afectivo, político o económico. Por el contrario, el autoengaño hace referencia a los fenómenos relacionados con mentirse a uno mismo y resulta una de las grandes trampas de la mente.
La diferencia entre mentira y autoengaño se encuentra en que en la mentira la persona es consciente de que no está diciendo la verdad. En el autoengaño se acepta como verdad una realidad que es falsa o equivocada sin ser consciente de ello.
Quien se autoengaña no se da cuenta de que lo está haciendo, o no se da cuenta siempre, y ahí radica el poder enfermizo del autoengaño.
Resulta una de las mentiras más peligrosas que uno practica sobre sí mismo. Según Sigmund Freud, “sólo vemos lo que queremos ver” a fin de evitar el dolor, para lo cual se usan mecanismos de defensa inconscientes intentando ocultar ante uno mismo pensamientos o vivencias dolorosas.
Si la mentira es un proceso consciente, el autoengaño es inconsciente y tiene como fin evitar enfrentar una realidad a veces intolerable y que produce dolor psíquico.
Jean Paul Sartre decía que es “una mentira sin mentiroso” y agregaba que el hombre es libre y el único que está “condenado a elegir”. En otras palabras, el autoengaño es una huida frente a la responsabilidad de tener que jugarse por los valores según los cuales uno podría elegir para vivir
Qué oculta el autoengaño
En esencia, revela que está poco conforme en su yo interior y oculta debilidades, defectos, temores y prejuicios.
El pensamiento central gira en que la imagen que debe mostrar a los demás es lo que más importa y la debe cuidar de manera tal que se obliga ante sí mismo a disimular todo aquello de su ser que le parece que puede ser imposible de enfrentar.
Algunos ejemplos son evitar ir al médico, no preguntar algo a un ser querido por temor a la respuesta, eludir conflictos, no poner fin a una relación insatisfactoria, o dejar el cigarrillo.
Cuando el autoengaño es muy marcado se expresa con una intransigente incapacidad para reconocer errores, con arrogancia, pretensiones de poder, rechazo a las críticas, narcisismo, jactancia, descalificación del otro y una constante pretensión de parecer un ser perfecto.
Quien se autoengaña distorsiona la realidad para justificar siempre sus actitudes e interpretar a su antojo situaciones que para los demás serían muestras de debilidad.
Si la mentira es un proceso consciente, el autoengaño es inconsciente y tiene como fin evitar enfrentar una realidad a veces intolerable y que produce dolor psíquico.
Norberto Abdala, médico psiquiatra
Aunque el autoengaño puede ser una estrategia útil de supervivencia en ciertos momentos y puede ayudar a superar situaciones difíciles, si se emplea como norma en lugar de excepción puede volverse enfermizo y perjudicial para quien lo practica.
En tal caso obliga a vivir distorsionando la realidad, impide superar el miedo al fracaso, niega enfrentar las propias emociones, obstaculiza cambiar su vida y se vive en una permanente zozobra ante el juicio negativo de los demás.
Persistir en el autoengaño inexorablemente limita a la persona a vivir con ataduras mentales, de las cuales sólo podrá liberarse si se permite admitir aquello que considera sus defectos, paso imprescindible para enderezar el rumbo hacia una vida más sana y auténtica.
Fuente: https://www.clarin.com/viva/funciona-autoengano-grandes-trampas-mente_0_JeLELVhzB2.html