Juan Riera: director provincial de Hospitales
El especialista analiza el rol de las maratones quirúrgicas, la política que realiza intervenciones los fines de semana para reducir la espera. Qué depara el futuro.
«Garantizar el derecho a la salud es garantizar una mejor calidad de vida, más prolongada y en mejores condiciones. Lo que plantea Javier Milei, de libre mercado e individualismo, a la larga cuesta vida. La expectativa de vida tiene que ver con garantizar la promoción y la prevención de la salud. Hay que conversar, charlar y profundizar en la conciencia colectiva del pueblo bonaerense, para entender que lo que está hoy no es para siempre, porque hay políticas que van en contra de eso, y por ende va en contra de nosotros mismos.»
Quien habla con BuenosAires/12 es Juan Riera, director provincial de Hospitales. El área que él conduce dentro de la cartera sanitaria bonaerense es la encargada de llevar adelante las «Maratones quirúrgicas», un dispositivo adoptado durante 2023 que realiza intervenciones quirúrgicas de baja complejidad durante los sábados y domingos, con el fin de achicar las listas de espera. «Esto impactó fuertemente en la reducción de la espera para las cirugías, está mejorando mucho la capacidad de respuesta, sobre todo en cirugías generales, el resultado es positivo y estamos muy contentos», explica el médico generalista.
Riera, que años atrás se desempeñó como médico rural, fue concejal y secretario de salud de San Antonio de Areco, le cuenta a este medio que las maratones, que son financiadas íntegramente por la provincia de Buenos Aires, demostraron que «mejoran el acceso y facilitan la posibilidad de que la gente se realice los estudios y las intervenciones».
En cuanto a las medidas que planteó el presidente electo, Riera asegura que su temor no tiene que ver «sólo con los recortes», sino en cómo se comporten los mercados de prótesis e insumos. Si bien valora la creación del banco de prótesis propio por parte del Estado bonaerense, el director señala que, al tratarse de órdenes de compras abiertas, «los proveedores deben proveer, ya que si no lo hacen con precios razonables, es muy difícil sostener algunos procedimientos». Y amplía: «Los bonaerenses convalidaron la gestión de Kicillof para seguir garantizando derechos, no para reducirlos. Haremos todo lo posible para que eso se cumpla, pero la provincia no es una isla, está enmarcada bajo condiciones macroeconómicas».
«Si el gobierno nacional instituye un modelo que permite seguir con los procedimientos continuaremos con estas políticas, si no tendremos que buscar estrategias alternativas que permitan cumplir con el electorado y garantizarle los derechos que quisieron los bonaerenses», explica.
«Esto es un dispositivo, se usa para una situación puntual y después se encausa en el proyecto de gestión», explica el director de Hospitales. Si bien señala que los números actuales de las listas de espera «están segmentados y dependen de cada hospital», asegura que «en términos generales se redujo bastante».
Como la política se lleva a cabo los fines de semana, por fuera del horario de trabajo, los profesionales reciben un pago aparte. «Es un estímulo al profesional el hecho de cobrar un dinero extra, la adhesión de los especialistas de cada equipo se debe a la idea de sumar un ingreso más, eso jugó a favor», dice Riera, que a su vez destaca que «las fuerzas laborales de salud y su escasez en determinadas especialidades está atravesado por varios factores», lo que genera que «tener la posibilidad de trabajar en tu propio hospital el día que no te toca sea un incentivo».
Las maratones
La pandemia del coronavirus, catalogada como «la calamidad sanitaria más grande de la historia» por el gobernador Axel Kicillof, generó un incremento masivo en la lista de espera de las cirugías prevalentes de baja complejidad, algo que ocurrió tanto en la provincia de Buenos Aires como en el resto del país. El entramado sanitario, azotado por la inundación de contagios, achicó su margen de respuesta y se centró únicamente en resolver las patologías urgentes y de gravedad.
La postergación de los miles de tratamientos de patologías menores generó, además de engrosar las listas de espera, que se agudizaran los cuadros y se complicara la recuperación de los pacientes. A raíz de ello, el Ministerio de Salud aumentó las intervenciones quirúrgicas de baja complejidad durante los sábados y domingos, lo que garantiza disponibilidad de camas, quirófanos y personal provincial por fuera del horario habitual de trabajo en los hospitales de la provincia.
Desde que la cartera sanitaria conducida por Nicolás Kreplak impulsó a mitad de año las «Matarones Quirúrgicas», ya fueron 507 los pacientes intervenidos bajo esta modalidad en más de 42 hospitales. Mediante esta política, articulada entre la Red de Cirugía y la Dirección Provincial de Hospitales, 334 bonaerenses recibieron cirugías generales, (vesículas o hernias), 28 fueron operados de endoscopias digestivas y 8 obtuvieron operaciones de índole traumatológica.
En cuanto a la anticoncepción quirúrgica, el Estado bonaerense realizó 70 vasectomías y 67 ligaduras tubarias. Además, durante la semana de concientización sobre el cáncer de mama, en octubre, 1.315 mujeres participaron de la maratón de mamografías.
En ese campo, uno de los efectores especializados en éste área es el Hospital de Maternidad provincial Estela de Carlotto, ubicado en el municipio de Moreno. Eduardo Fernández, su director ejecutivo, dialoga con BuenosAires/12 y afirma que «había mucha espera de anticoncepción quirúrgica, tanto en mujeres como en varones».
El hospital que él conduce pertenece a la región sanitaria VII, que está situada al noroeste y al oeste del conurbano bonaerense y conformada por diez partidos: General Las Heras, General Rodríguez, Hurlingham, Ituzaingó, Lujan, Marcos Paz, Merlo, Moreno, Morón y Tres de Febrero. La región ocupa 2.917 kilómetros cuadrados, un 0,9 por ciento del territorio provincial, y su alcance abarca a más de dos millones de personas.
La organización
Cuando la cartera sanitaria bonaerense le avisa a los hospitales que habrá una nueva maratón, éstos formulan un relevamiento con el fin de seleccionar las prioridades. Vía telefónica, las autoridades convocan a los pacientes a realizarse los estudios prequirúrgicos, y le indican la fecha en la que serán operados. Fernández le dice a este diario que «los pacientes demuestran una satisfacción muy grande», gracias a que «la respuesta es excelente, porque la persona siente que se le garantiza un derecho que es ley, como la anticoncepción quirúrgica, que fue muy postergada en algunas ocasiones». «La satisfacción es enorme, tiene un impacto muy grande para la población, y para eso trabajamos, para que las políticas públicas le lleguen a la gente», amplía el especialista.
Al contrario de lo que ocurre en las competencias deportivas, los artífices de esta política subrayan que el nombre «Maratones Quirúrgicas» no está vinculado a la «competencia», sino que la denominación está ligada al propósito de «desafío y resistencia», ya que las jornadas de intervención son intensivas y requieren de la disponibilidad de camas, insumos y recursos.
El director ejecutivo del Carlotto se suma a esa concepción, y asegura que en su hospital «el funcionamiento siempre fue perfecto». Tilda las maratones como «un dispositivo muy interesante», ya que además de necesitar de un equipo interdisciplinario compuesto por cirujanos, ayudantes, instrumentadores circulantes, anestesiólogos, camilleros, y médicos que visualizan la internación, «es un trabajo intensivo que encima facilita la cotidianidad de los pacientes, ya que al tratarse de fin de semana, no tienen que cortar sus trabajos».
Esta herramienta fue automáticamente aceptada por los hospitales bonaerenses, que desde el inicio mostraron total predisposición. Esto también tiene su lógica, y no se explica únicamente en el rédito económico: los trabajadores de la salud estaban cansados de no poder brindar respuestas ni soluciones a sus pacientes.
Explica Fernández: «Nosotros sentimos que somos el Estado cuando participamos de estas iniciativas del ministerio, y sobre todo en este momento, donde está tan discutida la participación estatal. Según la respuesta que uno da es la imagen que la población se lleva del Estado, y nosotros dimos una respuesta muy satisfactoria. Estamos conmovidos por lograr esta solución».
Dos realidades
Fernández es ginecólogo y se desempeña como director ejecutivo del Carlotto desde hace siete años. Luego del triunfo electoral de Milei, que estuvo acompañado por la promesa de reducir el Ministerio de Salud de Nación a una secretaría, el especialista le dice a este diario que atraviesa «una preocupación muy importante». «Cuando el ministerio se reduce a secretaria básicamente se achican los programas, los presupuestos y las políticas. No permite llegarle a la gente en tiempo y forma. Ya ha pasado, lo hemos vivido con Mauricio Macri», subraya.
Al hablar de los últimos cuatro años, Fernández asegura que, con pandemia y todo, han tenido «un alcance impresionante», que generó que «nadie que se quede sin atención en tiempo y forma, incluso del sector privado». Afirma que el desafío será «no renunciar a las políticas públicas y a la convicción que tomó el gobierno bonaerense y el ministro Kreplak desde el primer minuto», y finaliza destacando el rol de sus colegas: «Hubo compromiso de los trabajadores que pusieron el pecho, el cuerpo y el alma estos cuatro años, poniendo en riesgo su vida y la de sus familias. Hay satisfacción por lo hecho, pero un gran desafío de cara a lo que viene, que es garantizar derechos».
Siguiendo con la línea de Fernández, el director de Hospitales retoma el eje basado en los derechos y reflexiona: «Axel triunfó porque la gente le reconoció eso, la posibilidad de acceder a los derechos. A nivel nacional hubo malestar, pero no se resuelve rompiendo todo, sacando ministerios, ni achicando el Estado, en un país como este, de enorme riquezas, se resuelve distribuyéndola mejor«.
Riera le asegura a este diario que, como profesional, «es un placer llevar adelante políticas de salud que garantizan derechos», y se lamenta por los planteos libertarios: «No es bueno eso de pensar ‘si me va bien a mí, no me importa como le va al otro’. En las concepciones colectivas el impacto positivo es general, no individual. Nadie se salva solo, y el ejemplo fue la pandemia. Podías tener mucho dinero y comprar un respirador, pero si no había un sistema sanitario que te brindara un especialista, te morías«.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/690116-lo-que-plantea-milei-a-la-larga-cuesta-vida