Los chicos en la escuela después de la pandemia
Miedo, problemas de comunicación y falta de atención son algunos de los cambios que notaron los docentes. Las claves para acompañarlos.
El regreso a la presencialidad absoluta en las escuelas significó reencuentro y la vuelta a la vida como antes de la pandemia. Pero también expuso los efectos del cierre de las aulas como parte de las restricciones por el Covid. Cambios de conducta, problemas de comunicación y dificultades para asimilar ciertos contenidos son algunas de las falencias que notaron especialistas y docentes.
Según un informe de Unicef, publicado en febrero, la presencialidad tuvo efectos positivos en el estado de ánimo de los chicos. Según el relevamiento, en 9 de cada 10 hogares manifestaron que los alumnos «continúan sintiéndose contentos de ir a la escuela» y que esto generó «una mayor motivación con el estudio«.
Pero en otras observaciones se señaló la existencia de dificultades socioemocionales en la primera infancia. El 42 % de los hogares con población de hasta 6 años manifestaron la presencia de alteraciones en el sueño y el 24 % revelaron problemas de comunicación, pese a la mejora de indicadores epidemiológicos y la reapertura de actividades con respecto al 2020.
«Se siente mucha frustración y ese miedo a la exposición ante el docente. También pasó que hay chicos que se encontraron con que su amiguito cambió. En sus actitudes, en su físico. Y si, pasó mucho tiempo y en ese intervalo los niños cambiaron», cuenta Irene Kit, presidente de la Asociación Civil Educación para Todos.
“Todos nos dimos cuenta que es fundamental la presencialidad. El chico necesita el contacto con el docente y que la casa no es la escuela”, reflexiona Marcela De Brasi, maestra de primaria en el colegio Alessandro Manzoni – Centro Cultural Italiano (CCI).
Vuelta a clases Esc. Técnica Nº 12 Libertador General José de San Martín.
“En 2020 a mí me tocó primer grado. Fue difícil hacerlo porque hay un montón de cosas que trabajás y establecés con los chicos. Y al año siguiente se les notaba que les había faltado ese primer grado presencial”, agrega.
La educación en línea tuvo un gran impacto en los alumnos. La falta de espacios como el recreo y la interacción dentro del aula afectó el proceso de socialización y la capacidad de atención, desde el punto de vista de maestros.
“La atención puede fluctuar. Siempre hay que trabajar en mantenerlos atentos y convocarlos a la clase”, piensa Anabella, maestra de tercer grado de la Escuela Primaria Común N° 14 «Simón Bolívar», del distrito 17, en Villa Real.
Efectos en los chicos
Por su parte, De Brasi destaca que uno de los aspectos que más notaron en los chicos fue la falta de autonomía. “Al punto de cosas básicas. Estornudan, se les caen los mocos y les tenés que decir ’fulanito anda a soplarte’. Están muy poco resolutivos”. Y añade: “Lo que siento es que un nene de primer grado ahora te habla como uno de cuatro. Muchos problemas de dicción, pero no porque necesitan fonoaudiología”.
Otro de los nuevos desafíos para internalizar por parte de los chicos es el reglamento y los tiempos característicos de las escuelas, acostumbrados a la rutina que se manejaba en sus casas.
«Ellos estaban acostumbrados a estar en la casa y los papás tenían que trabajar. ’¿Querés esto? Te doy esto’. Entonces cuando volvieron a la escuela había normas por cumplir. Era muy difícil porque ellos estaban acostumbrados a hacer lo que querían. En estos dos años los padres hacían lo que podían”, señala Marcela.
Chicos ingresando a la Escuela Normal 1 de Avellaneda. Foto Luciano Thieberger.
Otra de las cosas que se notaron como consecuencia de la virtualidad fue el manejo de la frustración. “No hay mucha tolerancia. Cualquier cosa es ’me ofendí’ y salen del aula. No toleran equivocarse y el ’no’ ya sea de un par o de un adulto”, considera la docente de la Escuela N° 14 de Villa Real.
Los contenidos que no se vieron por la virtualidad
Durante la pandemia, el Ministerio de Educación puso a disposición un marco de referencia para orientar a las instituciones educativas sobre los contenidos priorizados. “Claramente no se podía hacer el programa como siempre porque en la escuela estás ocho horas y las clases virtuales eran de una con cada docente”, recuerda Marcela.
Este tema fue una preocupación para los padres en cuanto a cuándo iban a retomarse estos contenidos y si estas medidas iban a perjudicar la organización futura del aprendizaje total de los contenidos de la currícula.
Siguiendo el informe de Unicef sobre la percepción de los aprendizajes escolares, el 87 % de los hogares señaló que durante el ciclo lectivo 2021 los estudiantes «pudieron sostener rutinas vinculadas con los aprendizajes escolares». Este porcentaje significó una mejora en comparación con las percepciones del 2020, solo el 62 % se había manifestado de ese modo.
Asimismo, este último también mostró preocupación porque un 25 % de los hogares consideró que las niñas, niños y adolescentes «no lograron progresar en la adquisición de contenidos curriculares».
Solo en 1 de cada 5 hogares (19 %) las personas adultas afirmaron que alguno de los niños, niñas y adolescentes estuvo involucrado en actividades orientadas a fortalecer y recuperar los aprendizajes que no pudieron lograrse desde el inicio de la pandemia.
Vuelta a clases en la Escuela N° 14 «Simón Bolívar» de Villa Real. Foto Maxi Failla
“Este año no es que no están esos contenidos priorizados, sino que se vuelve a trabajar con el diseño curricular con todos los contenidos —explica Anabella—Tratando de abarcar lo que quedó y afianzar lo que debe estar en, por ejemplo, tercer grado”.
“Son cosas que se pueden subsanar. No es que al chico le va a quedar la huella. Son contenidos que vas afianzando todo el tiempo. Ese también era un miedo de las familias y también nuestro ante el desconocimiento. Lo que estamos viendo es que se pudieron amalgamar bien los programas”, destaca Marcela.
«Si le va a quedar una huella o no es depende lo que hagamos. La plasticidad del cerebro humano es una maravilla, pero para eso tenemos que desarrollar un plan intensivo y sistemático. Nos ocupamos mucho de los protocolos sanitarios, ahora el protocolo pedagógico para lograr recuperar no tiene lugar en la agenda. También es importante comunicarle a los padres como se va a llevar adelante la currícula», piensa Irene Kit.
Y agrega: «Me parece importante siempre tratar de trasmitir que no está todo perdido. Depende de lo que hagamos. Los chicos tienen capacidad y le ponen mucho esfuerzo. Hay que tratar de mantener un mensaje de que la esperanza está abierta y que necesita trabajo pedagógico. Y ese trabajo no es el maestro solo en su aula, es un sistema».
Cómo acompañar desde la familia
“Se nos presentaron grandes desafíos. Nadie se esperaba una pandemia así y encima duró más de lo que pensábamos”, opina Yamila Grosz (en Instagram @psicopedagogiayamila), psicopedagoga de niños/as y adolescentes.
Además, resalta que lo social fue uno de los aspectos más afectados por el confinamiento. “Si bien la virtualidad acompañó, faltaba lo que era el recreo, el compartir el aula y eso influye muchísimo en el desarrollo. No pudieron formar vínculos”.
Grosz también resalta lo importante que fue el sostén y el apoyo de las familias en el aprendizaje en las clases virtuales. Además, explica que desde el principio buscaron estrategias y recursos para acompañar a sus hijos, pero que estas acciones deben persistir aún con las escuelas abiertas.
“Lo más importante es que dialoguen con sus hijos. Que acompañen el proceso de hacer la tarea. Que soliciten reuniones en el colegio si ven que es necesario consultar algo”.
En cuanto al papel docente, agrega que “es muy importante que se hable de lo que es la inteligencia emocional, de los sentimientos, las emociones y la convivencia. A partir de un cuento se puede generar un diálogo de reflexión. Muchos trabajos en grupo y el compartir alguna actividad son parte de algunas estrategias que pueden desplegar los docentes”.
Asimismo, debe persistir el diálogo relacionado al contexto de la pandemia, una situación que aún puede generar estrés y ansiedad tanto en los más pequeños como en los mayores. “Los chicos comprenden pero es necesario que una persona adulta con la palabra explique lo que está ocurriendo y qué hacer para cuidarse”.
“Los chicos son muy conscientes de estas cuestiones de cuidado. La verdad que me sigo sorprendiendo por lo conscientes que son del uso del alcohol en gel, del barbijo. Son muy flexibles. Lo aprendieron y lo respetan”, finaliza Grosz.
Fuente: https://www.clarin.com/sociedad/clases-presenciales-volvieron-chicos-despues-anos-pandemia_0_nQJOKcIWeJ.html