Los íconos porteños protagonistas del cine argentino
Películas y series han sido impregnadas por la atmósfera y los sabores de estos sitios culinarios. Un repaso por los momentos emblemáticos de la pantalla grande que tuvieron a la gastronomía local como trasfondo
La escena culinaria argentina, con su riqueza de sabores y tradiciones arraigadas, no solo ha conquistado los paladares del mundo, sino que también ha dejado incursiones sorprendentes en el cine, dando lugar a una sinergia única entre la comida y la pantalla grande.
En el corazón de esta fusión se encuentran los legendarios bodegones y cafés porteños, que no solo sirven platos deliciosos, sino que también se erigen como telones de fondo para escenas emblemáticas que perduran en la memoria colectiva. Estos espacios icónicos nutrieron el alma de los directores y cineastas, quienes han encontrado en sus rincones una fuente inagotable de inspiración para sus obras.
Películas y series argentinas han sido impregnadas por la atmósfera y los aromas de estos establecimientos culinarios, utilizando sus interiores ricos en historia y sus platos tradicionales como elementos narrativos clave.
Aquí, un repaso por algunos casos de históricas escenas del cine argentino que se filmaron en cafés y restaurantes porteños.
Un claro ejemplo de este matrimonio entre la cocina y el cine se encuentra en el Café Paulín, un ícono notable del Microcentro porteño desde su apertura en 1988. Este establecimiento, que ha visto pasar generaciones enteras, se ha ganado un lugar en el corazón de los porteños y de los cinéfilos por igual. Sus míticos sándwiches, que parecen volar desde la barra hasta las manos de los comensales, son tan solo una parte de su encanto atemporal.
La Tasca de Fosforito, inmortalizada en «Nueve Reinas», proporcionó el telón de fondo perfecto para esta comedia de enredos dirigida por Fabián Bielinsky
No es de extrañar, entonces, que el director Santiago Mitre eligiera este escenario para filmar algunas escenas de su película “Argentina 1985″. En una de las secuencias más memorables, los talentosos Ricardo Darín y Peter Lanzani comparten espacio en la icónica barra en forma de “U”, mientras planean el histórico juicio a los comandantes de las juntas militares.
El Café Paulín, con sus más de tres décadas de historia, no solo ha sido testigo de los avatares de la sociedad argentina, sino que también ha dejado su huella en la pantalla grande, convirtiéndose en un verdadero patrimonio cultural de la Ciudad de Buenos Aires. De hecho, semanas atrás, en la legislatura porteña, hubo un emotivo homenaje a este lugar por su 35° aniversario.
Otro rincón porteño que ha conquistado tanto los paladares como las pantallas es el restaurante La Tasca de Fosforito, inmortalizado en la película “Nueve Reinas” del director Fabián Bielinsky. Esta cinta, que ha dejado su marca en el cine argentino, narra las peripecias de unos estafadores en la caótica Buenos Aires.
En una escena icónica, el personaje de Ricardo Darín despliega toda su astucia criolla al engañar a un mozo y al encargado de un café con un billete de cien pesos. Mientras tanto, Gastón Pauls conversa despreocupadamente desde la ventana del local.
La Tasca de Fosforito, con su atmósfera auténtica y sus platos abundantes, proporcionó el telón de fondo perfecto para esta comedia de enredos.
«El Hijo de la Novia», dirigida por Juan José Campanella, sumerge al espectador en las vicisitudes de Rafael Belvedere, quien encuentra refugio en el Centro Montañés, un emblemático restaurante de Colegiales (/Libio Pensavalle/Tornasol/Jempsa)¿
No solo la comedia se ha nutrido de los encantos de la gastronomía argentina. En un tono más reflexivo y emotivo, la película “El Hijo de la Novia”, dirigida por Juan José Campanella, nos sumerge en las vicisitudes de Rafael Belvedere, interpretado magistralmente por Ricardo Darín.
Este cuarentón, que se debate entre las exigencias de su trabajo en el restaurante familiar y los problemas personales, encuentra refugio en el Centro Montañés, un emblemático restaurante ubicado en el barrio de Colegiales.
Con su arquitectura imponente y su cocina tradicional española, este establecimiento no solo es un lugar de encuentro para la comunidad cántabra, sino también un símbolo de arraigo y tradición en la Ciudad de Buenos Aires.
El Progreso, un bar notable ubicado en Barracas desde 1911, ha sido escenario de innumerables películas y publicidades que capturan la esencia única de este lugar emblemático (Instagram barelprogreso)
Ubicado en la confluencia de las calles California y Montes de Oca, en Barracas, El Progreso, un bar notable, es un verdadero bastión de la historia y la cultura porteña.
Desde su construcción en 1911 por los arquitectos Vicente Colmegna y Emilio Hugue, este establecimiento ha sido testigo de los vaivenes de la sociedad argentina y ha dejado una marca indeleble en el paisaje urbano de la ciudad.
A lo largo de las décadas, El Progreso ha sido escenario de innumerables películas y publicidades, tanto nacionales como internacionales, que han capturado la esencia única de este lugar emblemático. Desde “Operación Final” de Chris Weitz hasta “Las Grietas de Jara” de Nicolás Gil Lavedra, pasando por El Rapto, que contó con un rol de Rodrigo de la Serna, series como “El Amor Después del Amor” y “Moscas”, este bar ha sido el telón de fondo de historias que han dejado una huella imborrable en la memoria colectiva.
El bar notable Mar Azul, en Tribunales, ofrece a sus visitantes un viaje temporal hacia una atmósfera de nostalgia bien guardada, siendo seleccionado como escenario para la serie televisiva «El amor después del amor»
Ubicado entre las calles Tucumán y Rodríguez Peña, en Tribunales, Mar Azul es otro tesoro gastronómico del pasado en medio del ajetreo urbano. Este icónico bar notable, cuya estampa meticulosamente preservada tanto en su interior como en su fachada evoca la esencia de décadas anteriores, ofrece a sus visitantes un viaje temporal hacia una atmósfera de nostalgia bien guardada.
Con su aura de autenticidad, no sorprende que Mar Azul haya sido seleccionado como escenario para la serie televisiva “El amor después del amor”, que traza la vida de Fito Páez durante los años 80, transitando entre las ciudades de Rosario y Buenos Aires.
Entre las escenas más memorables filmadas en este icónico rincón de la ciudad, destaca el dramático momento en que un joven Fito, embriagado, se desvanece y cae rendido en la acera, en una secuencia magistralmente orquestada que se inicia con él sentado junto a una ventana.
Fuente: https://www.infobae.com/tendencias/2024/04/09/las-historicas-escenas-del-cine-argentino-que-se-filmaron-en-cafes-y-restaurantes-portenos/