Educación: los jóvenes y la virtualidad

Desde WhatsApp a Twitch, las nuevas generaciones están en las redes sociales por múltiples motivos: para socializar, para conversar, para consumir noticias, para jugar, para participar políticamente en aquellas cuestiones que los movilizan.

Durante los meses de aislamiento obligatorio, las tecnologías de comunicación cobraron a nivel mundial aún más protagonismo del que tenían. Algunos las usaron para trabajar, otros para estudiar y la mayoría para mantener una vida social y lúdica con sus afectos. Entre ellos, el segmento que mayor uso ha hecho de las redes sociales y las aplicaciones de comunicación ha sido el de los jóvenes.

Para hablar sobre ello, el Suplemento Educación conversó con Raquel Tarullo, doctora en Ciencias Sociales y Humanas (UNQui), magister en Comunicación, Cultura y Sociedad en Goldsmiths, Universidad de Londres, e investigadora del Centro de Investigaciones y Transferencia del Noroeste de la provincia de Buenos Aires (CITNoba – UNNOBA- UNSAdA), donde dirige el grupo de investigación «Repertorios de las comunidades juveniles en espacios digitales».

Una de las características de las cuarentenas han sido la sobreexposición de todos a las redes sociales. En particular, los jóvenes parecen ser el grupo etario que más horas, y con mayor facilidad, navega por ellas. ¿Por qué crees que ellos están en las redes sociales?

Los y las jóvenes están en las redes sociales por múltiples motivos: para socializar, para conversar, para consumir noticias, para jugar, para participar políticamente en aquellas cuestiones que los movilizan. Pero no están en todas las redes para las mismas cosas, ni protagonizando las mismas prácticas. Tampoco hay una cuestión lineal: a tal red, tal uso. Múltiples variables inciden en las distintas circulaciones e interacciones que llevan a cabo las comunidades más jóvenes en el espacio digital. El género es una. En general, en nuestros estudios hemos hallado que en Instagram socializan, ven vivos, suben historias sobre sus momentos felices que quieren compartir; pero también allí consumen noticias y participan políticamente. En Twitter, siguen a periodistas y medios de comunicación, leen los comentarios de quienes participan, y para las mujeres jóvenes es también un espacio de denuncia.

Hemos visto algunos cambios en el uso de WhatsApp durante la cuarentena: los y las jóvenes intensificaron el uso de este canal como espacio de reunión para estudiar, una especie de comedor o cocina digital, donde prima el intercambio a partir de audios, videollamadas, digitalización de textos. Si bien estas prácticas existían antes, con la cuarentena se incrementaron. Por otro lado, el uso de Twitch también se incrementó durante la pandemia. Ahí hay algo de una búsqueda de conversación, de encuentro sobre lo que es preciso seguir mirando atentamente.

¿Cuáles fueron los principales hallazgos de tu investigación?

Los últimos datos cuantitativos los recogimos en junio 2020. Los resultados nos hablan de nuevas y constantes mutaciones en usos y prácticas digitales: nos encontramos con que los y las jóvenes se informan fundamentalmente por Instagram y por WhatsApp, a partir de los núcleos cercanos de afectos: familias y amigues. Además, el acceso a la noticia se está dando a través de formatos novedosos, como el # y el meme; y la participación política en línea ya no es solo comentar y compartir noticias; sino también involucrarse en temas de interés público, resignificando las herramientas que dan las redes sociales: uso de hashtags (#abortolegalya), emojis (desde los corazones hasta el arco iris y las tonalidades de la piel), los filtros, los perfiles, entre otros.

Como toda investigación científica, además de generar aportes, seguramente surgieron nuevas preguntas ¿Cuáles son?

Las preguntas van cambiando todo el tiempo porque el objeto de nuestro estudio muta constantemente. El carácter provisorio del conocimiento se hace patente en nuestro caso. Estamos ahora indagando en profundidad sobre el rol de las emociones en la participación política en microesferas controladas (grupos de WhatsApp, mejores amigues en Instagram), y en relación con esto la búsqueda de refugios y estrategias digitales ante espacios donde las discusiones se vuelven cada vez más agresivas, en especial aquellas que están en relación con la violencia de género. También estamos explorando -desde la perspectiva de educación y comunicación de Paulo Freire, y focalizándonos en la agencia de los y las jóvenes – categorías en relación con prácticas cívicas, como la cuestión de las noticias falsas que circulan en espacios digitales, entre otras.

Por último, contamos en qué espacio académico realizaste la investigación y qué otros trabajos realizan.

El grupo de investigación que coordino está formado por estudiantes, becarios, profesores investigadores de la Universidad Nacional del Noroeste de la provincia de Buenos Aires (UNNOBA) y la Universidad Nacional de San Antonio de Areco (UNSAdA). Desde 2017 estamos estudiando las prácticas que los y las estudiantes universitarias del centro de la Argentina protagonizan en el entorno digital, y para eso hemos recolectado datos cuantitativos y cualitativos de manera periódica. Dentro del grupo tenemos distintas líneas: violencia de género digital, participación y comunicación política digital, prácticas académicas digitales, seguridad digital, entre otras.

Fuente: https://www.perfil.com/noticias/educacion/los-jovenes-y-la-virtualidad.phtml