Menos mujeres conviven con sus hijos en cárceles
La población de mujeres embarazadas y las que conviven con niños y niñas en cárceles federales descendió entre los años 2014 y 2023 desde el 5,8% hasta el 1,1%, según detalló un informe difundido hoy por la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin).
Se trata del informe ‘Mujeres embarazadas, madres y niños/as en cárceles del Servicio Penitenciario Federal’ (SPF), que analiza el período 2014-2023 y busca «contribuir a la discusión sobre la necesidad de morigerar las condiciones de detención y el impacto de la intervención penal sobre poblaciones particularmente vulnerables».
Los datos permiten comparar la evolución interanual de la población total de mujeres respecto de las embarazadas y madres conviviendo con sus hijos en prisión del total de mujeres presas en cárceles federales. En 2014, el 5,8% de ellas convivía con alguno de sus hijos, mientras en septiembre de 2023 esa proporción se redujo al 1,1%.
Si bien los grupos no se representan proporcionalmente, se observa respecto a la población total de mujeres picos en los años 2017, 2018 y 2019 con 955, 1135 y 1089, respectivamente. Mientras que las poblaciones bajo análisis en el reporte presentan picos en 2014 y 2017.
En septiembre de 2023, un total de 798 mujeres se encontraban detenidas en cárceles del SPF, de las cuales 8 estaban embarazadas, 9 vivían con algunos de sus hijos/as en la unidad de detención y 9 niños/as vivían en prisión con sus madres.
Asimismo, se registra un incremento del 33,3% respecto al registro de diciembre de 2022 en donde de una población total de 753 mujeres, 6 estaban embarazadas y 7 vivían con alguno de sus hijos/as en la unidad de detención y 7 niños/as vivían con sus madres.
El trabajo preparado por el área de Análisis e Investigaciones Interdisciplinarias de la Procuvin detalló que el año con menor porcentaje se dio en el 2020 por el contexto de pandemia por Covid-19, y se observa un aumento en los últimos años, aunque se mantienen en niveles bajos en comparación con otros años.
En diciembre de 2020 hubo un descenso con respecto al 2019 del 35% de la población de mujeres detenidas (de 1089 a 697), 1 mujer embarazada, 4 que vivían con alguno de sus hijos/as en la unidad de detención y 6 niños/as que vivían en prisión con sus madres, a diferencia del 2019 en donde 22 mujeres vivían con alguno de sus hijos/as y 25 niños/as vivían en prisión con sus madres.
El informe también detalla consideraciones, criterios y recomendaciones de organismos internacionales en relación con la temática como el Estudio Global sobre niños privados de libertad de Naciones Unidas (ONU).
En dicho estudio, se advierte que en las actuaciones procesales y penales que afecten a cuidadores principales de niños y niñas de corta edad, por lo general madres, es «esencial garantizar el reconocimiento de esos niños como titulares de derechos».
«Si el encarcelamiento es inevitable, deberán adoptarse medidas apropiadas para el cuidado de niños y niñas que ingresan en establecimientos penitenciarios junto a sus madres y brindar instalaciones y servicios adecuados a su edad con el fin de proteger y promover sus derechos», indica el informe.
Además, señala que los niños y niñas que vivan en una cárcel con sus madres deberán ser protegidos «en forma diligente contra la violencia, los traumas y las situaciones lesivas» y que la preparación para la posible separación de la madre y su hijo debe trabajarse «desde el inicio del encierro, recibiendo apoyo psicológico, emocional y práctico antes, durante y después de la separación».
Por su parte, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) manifestó la necesidad de adoptar medidas especiales para hacer efectivos los derechos de las mujeres embarazadas, en período de posparto y lactancia o cuidadoras principales privadas de la libertad.
«Encontrarse embarazada, en período de parto, posparto y lactancia, coloca a la mujer en una situación agravada de vulnerabilidad en el contexto carcelario, dado que su vida e integridad pueden correr un riesgo mayor», agregó.
La CIDH, además, consideró fundamental propiciar la presencia y el acompañamiento de una persona de confianza y elección durante todo el proceso de parto, como así también garantizar el contacto permanente de las mujeres con su hijo/a, fundamentalmente durante los primeros momentos luego del nacimiento.
Fuente: Télam