Nuevo programa nacional de trasplante de órganos
- El Incucai adquirirá y distribuirá en todo el país dispositivos especiales que optimizan el trasplante de riñón.
- Logran que el órgano comience a funcionar antes y que el paciente no se tenga que dializar tras el injerto.
En septiembre de 2023 se realizaron en Argentina los dos primeros trasplantes a través de una técnica revolucionaria que mejora tanto la logística para la implantación como la calidad de vida del paciente una vez hecha la operación. Se trató en este caso de riñones perfundidos con máquinas de perfusión hipotérmica, a través de una especie de prueba piloto con dos dispositivos instalados en el Hospital Argerich. Ahora, mediante una resolución publicada este martes en el Boletín Oficial, el Gobierno decidió crear el “Programa Nacional de Perfusión Renal” en todo el país.
La noticia genera una gran expectativa ya que 7 de cada diez trasplantes que se realizan en el país son de riñón. Los procedimientos de septiembre se habían concretado en dos hospitales públicos, el Hospital General de Agudos Cosme Argerich de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el CRAI Norte de la Provincia de Buenos Aires. Estas máquinas habían sido adquiridas por el Incucai para ser utilizadas en todo el territorio nacional. La técnica está redefiniendo los trasplantes de órganos en el mundo.
“Las máquinas de perfusión son dispositivos extracorpóreos diseñados para optimizar la evaluación, preservación y recuperación de riñones destinados a trasplante. La utilización de la tecnología es beneficiosa para la práctica del trasplante, ya que permite la evaluación de los riñones previo al implante”, explicó oportunamente el Incucai.
“Los riñones son ablacionados en la institución donde se encuentra el donante y son trasladados al Argerich para su perfusión. Cuando los mismos están adjudicados, la máquina es llevada con el riñón en su interior hasta la institución que realizará el trasplante”, agregó el organismo y aclaró: “La perfusión de los órganos optimiza la calidad para mejorar el post trasplante del injerto y del receptor”.
Entre otros beneficios explicados por los expertos, el uso de esta tecnología permite la disminución de la función retrasada del injerto y la necesidad de dializar por un tiempo después del trasplante, lo que aumenta la supervivencia así como la disminución de la falla primaria del órgano. También permite un ahorro de costos, ya que disminuye la estadía hospitalaria y la necesidad de terapia sustitutiva renal (diálisis). Asimismo, posibilita la evaluación de los riñones durante la perfusión, lo que conlleva una mayor efectividad en la selección de órganos para implante.Las máquinas de perfusión renal que están en el Hospital Argerich y se utilizaron como prueba. Foto: Incucai
Finalmente, las maquinas influyen sobre la logística del trasplante ya que permiten una extensión significativa del tiempo de isquemia (intervalo que transcurre entre la ablación y el implante de los órganos) y de esta manera se puede esperar a que lleguen pacientes que proceden de zonas lejanas con un método seguro de preservación de los órganos.
La máquina de perfusión hipotérmica es una tecnología utilizada y establecida hace años en países que están a la vanguardia de este tipo de procedimientos. Sus beneficios han sido demostrados por numerosos trabajos científicos de todo el mundo.
Cómo sigue ahora el programa nacional
“Facúltase a la Dirección Médica del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai) a adoptar las medidas necesarias para el desarrollo, gestión y monitoreo del programa aprobado”, dice la resolución publicada esta martes, en función de “los resultados y objetivos alcanzados” en las etapas anteriores del proyecto. Y concluye: “Resulta propicio distribuir nuevas máquinas de perfusión renal en diferentes regiones del país, esta vez en el marco de un programa de alcance nacional”.
Consultado el Incucai sobre los detalles del plan, fuentes del organismo explicaron a Clarín que «entre septiembre y octubre pasados se incorporaron cuatro dispositivos más: dos en el Centro Regional de Ablación de Implante Norte (CRAI), de la provincia de Buenos Aires, y dos en el Hospital Córdoba de la provincia de Córdoba». También adelantaron que se incorporarán otras dos máquinas en el Hospital Cullen de la ciudad de Santa Fe.La enfermedad renal puede derivar en diálisis y hasta necesitar un trasplante. Foto: Shutterstock.
En total serán 12 máquinas. «Las cuatro restantes ya fueron adquiridas por el Incucai y serán entregadas a otras jurisdicciones, las cuales se definirán oportunamente», agregó el organismo, que además aclaró que la utilización de estos dispositivos «requiere de recurso humano entrenado. El Incucai ha implementado cursos de capacitación y entrenamiento para necesidades específicas de los profesionales» que utilizarán estas máquinas.
Según datos del Incucai, cada año en el mundo se trasplanta en promedio al 10 por ciento de las personas que están en lista de espera renal. Y que en Argentina ese porcentaje llega a más del 25 por ciento. En 2023 se realizaron en todo el país 2.143 trasplantes de los cuales 1.534 fueron renales (71,5 por ciento). El resto fueron 425 hepáticos, 107 cardíacos, 27 pulmonares, 26 renopancreáticos, 16 hepatorrenales, 3 pancreáticos, 2 cardiorrenales, 1 cardiopulmonar, 1 hepatointestinal, 1 intestinal y 2.121 trasplantes de córneas.
En cuanto a la perfusión de los órganos, el Incucai informó a este medio que «desde septiembre de 2023 hasta el 30 de octubre de 2024 se realizó en 43 riñones, de los cuales 37 fueron implantados en receptores que se encontraban en Lista de Espera Renal. A la vista de los resultados y de la calidad de los órganos obtenidos con la utilización de las máquinas, se decide ampliar la distribución a más provincias, con el objetivo de beneficiar a pacientes de todo el país».
Clarín consultó también al Incucai si tiene previsto adquirir máquinas de perfusión para otros órganos, que en este caso -según se explicó- fueron adquiridas con recursos del organismo a través de licitación. «Hasta el momento, no», respondieron y agregaron que «siempre debe evaluarse la costo-efectividad de las mismas». Otras fuentes médicas que celebraron la medida aclararon ante la consulta que, por ejemplo, para poder aplicar la misma tecnología para hígado, los costos son mayores.