Nunca sin tu consentimiento: límites en la cama

Manipulaciones o forzamientos a prácticas sexuales siempre son una forma de violencia. Consentimiento informado, libre, consciente y claro.

En estos años escuché a muchísimas mujeres contarme que mantuvieron actos sexuales que no deseaban. Me contaban las cosas que los hombres les decían que tenían que hacer o «dejarse hacer» para ser verdaderamente “buenas en la cama”.

Algunas se han sometido a esto y otras, no. De las que no se sometieron, unas cuantas rompieron la relación porque se dieron cuenta que estos actos eran una forma de violencia; a otras la otra persona las dejó por no aceptar la negativa. Otras continuaron con la relación, ya que el otro aceptó el “no” como respuesta, y construyeron una relación con respeto mutuo.

De las que no se sometieron, varias rompieron la relación porque se dieron cuenta que estos actos eran una forma de violencia. Foto ilustración: Shutterstock.

De las que no se sometieron, varias rompieron la relación porque se dieron cuenta que estos actos eran una forma de violencia. Foto ilustración: Shutterstock.

Te cuento una de las definiciones de violencia de género: “Cualquier acción que implique la vulneración en todas sus formas, con o sin acceso genital, del derecho de la mujer de decidir voluntariamente acerca de su vida sexual o reproductiva a través de amenazas, coerción, uso de la fuerza o intimidación, incluyendo la violación dentro del matrimonio o de otras relaciones vinculares o de parentesco, exista o no convivencia, así como la prostitución forzada, explotación, esclavitud, acoso, abuso sexual y trata de mujeres, es violencia de género”.

También es violencia sexual decirnos, sugerirnos, insinuarnos, forzarnos, amenazarnos, abusarnos, obligarnos o cohesionarnos en “el hacer uno u otro acto sexual”. También lo es simplemente el acto de tocar nuestro cuerpo en condiciones de inconsciencia, bajo efecto de sustancias, drogas, alcohol o en cualquier circunstancia en el caso de ser menores de edad. La minoría de edad, más allá de la edad de lo que cada país especifique legalmente, tiene que ver con la madurez que tiene la persona, su capacidad de compresión de los actos y el poder de ser conscientes de lo que significan.

Existen leyes que indican quiénes pueden consentir y quiénes no.

Existen leyes que indican quiénes pueden consentir y quiénes no. Foto ilustración: Shutterstock.

Existen leyes que indican quiénes pueden consentir y quiénes no. Foto ilustración: Shutterstock.

Consentimiento: puntos básicos

Jamás dejes que te convenzan o te digan con qué prácticas sos “buena o no en la cama”.  Los «sí» y los «no» los pone cada persona, porque todo acto sexual entre dos o más requiere que cada participante exprese su consentimiento cada vez

El consentimiento sexual incluye algunos conceptos básicos:

El sí se da libremente

Consentir es una opción que elegís sin presión, sin manipulación, sin ninguna influencia emocional ni de sustancias de algún tipo. Fundamentalmente con el sentimiento de deseo, presente y libre.

El sí tiene que ser dado con convicción, sin “acceder por nadie” o “porque es mi marido y necesita”, o “porque me siento amenazada”, o por vergüenza, miedo a la represalia, etc.

Todo se puede volver atrás

Esto significa que cuando se dice que «sí quiero llevar a cabo una práctica sexual» en cualquier momento puedo decir «hasta acá, ¡paremos! No quiero más»; “Ahora NO, me arrepentí”; «Ya no quiero avanzar».

No existe ningún adjetivo ni sustento que haga que yo no pueda decir que NO a algo que dije que sí, anteriormente. Si no lo deseás, decís no. En cualquier momento. Incluso si ya lo hicieron antes y ambos están desnudos en la cama. Tenemos la última palabra sobre lo que pasa con nuestro cuerpo. Tenemos derecho a cada instante a decir “basta”, y se debe respetar. Si hoy quiero y mañana no, y si nunca quise y ahora sí… ¡está perfecto!

No asumimos nada

Esto significa que si digo que sí a tal cosa, no implica que acepte hacer otra cosa, o algo parecido, o que sean acciones que se consideran correlacionadas o encadenadas porque «es así».

Si digo que sí a tal cosa, no implica que acepte hacer otra cosa, o algo parecido. Foto ilustración: Shutterstock.

Si digo que sí a tal cosa, no implica que acepte hacer otra cosa, o algo parecido. Foto ilustración: Shutterstock.

El consentimiento no es dubitativo

Cuando se trata de sexo, debés hacer las cosas que deseás hacer, no lo que se espera que hagas. El sexo debe ser placentero en todas sus formas mientras que los que participan estén de acuerdo. Respetemos a la otra, al otro.

Debemos ser conscientes

Las personas que están ebrias, drogadas, inconscientes, dormidas no pueden consentir el tener relaciones sexuales. Además, solo se puede consentir algo si se tiene toda la información al respecto. Ejemplo: “Vamos a hacerlo por atrás”, y se práctica sexo anal sin entender del todo esa práctica y sin tomar los recaudos que implica el acto para evitar dolor, infecciones, etc. Otro ejemplo: ponerse el preservativo, y sacarlo sin consultar en el medio del acto. ¡Directamente eso es violación!

Comunicar con claridad

El consentimiento siempre se debe comunicar con claridad, no debe haber margen de duda ni cosas raras. Nunca debe darse por sentado por tu comportamiento anterior, o por la forma de vestir, por actitudes, o por dónde aceptes ir. Claro significa que se expresa con la voz clara, que ¡sí quiero!, hagámoslo, o se demuestra corporalmente y con sonidos que sí lo deseo. El silencio no es consentimiento. Tantos actos como defendernos, correr la cara, sacar la mano, demostrar rigidez, sentir asco, y hacerlo por insistencia implican decir que no.

El consentimiento siempre se debe comunicar con claridad, no debe haber margen de duda.  Foto ilustración: Shutterstock.

El consentimiento siempre se debe comunicar con claridad, no debe haber margen de duda. Foto ilustración: Shutterstock.

Los límites

Nada ni nadie puede decirnos ni afirmarnos qué es bueno o malo hacer mientras tenemos sexo. No hay libro en el mundo que diga que una “buena amante” es la persona que practica sexo oral, se pone en tal posición, practica sexo anal, traga el semen, etcétera. Cada una elige lo que le gusta. Con ese sí, con ella no. Con el otro por ahí, o con nadie jamás. Y todo está bien y es normal.

Así que hay que aprender a decir que no. Sin miedos, sin prejuicios, sin tabúes, sin coartarse. También es importante escuchar al otro, qué le gusta y el por qué le gusta así. Hay maneras de llegar a un consenso de lo que les gusta a ambos miembros de la pareja. 

El consentimiento se da cada vez. Incluso las parejas estables de larga data o las parejas que ya tuvieron relaciones sexuales alguna vez o varias veces deben dar su consentimiento antes de iniciar una relación sexual.

Somos personas diferentes cada día, y más aún con diferentes vínculos, ¡y está bien! O sea, “con aquel me fascinó que me bese las mamas y con los otros no”.  Y si una no quiere una vez, dos, alguna vez o nunca hacer tal o cual cosa, también es normal. Incluso podemos probar algo con una persona y otro día no querer lo mismo, y está todo bien. 

El placer lo sentimos como más nos gusta, no hay reglas, no hay formas, ni frecuencia sexuales óptimas ni ideales.

No dejes que te juzguen, que te señalen, que te cataloguen: cada persona elige sus puntos eróticos, sus prácticas, sus hábitos, sus fetiches. ¡No hay recetas ni manuales! No hace falta tener un orgasmo siempre o la mayoría de las veces en una relación, ni que exista el coito, ni la penetración, o que siempre estén desnudos.

No hay posturas sexuales recomendadas para “ser mejor o buena en la cama” ni tampoco hábitos. No hay en el sexo ninguna “muestra de amor”, ni de confianza, ni de nada. Me refiero por ejemplo, a algunos hombres que no quieren usar preservativo y aluden a “la confianza “ cuando la mujer sí quiere usarlo. ¡No hay excusa! No importa si se cuida con otro método, si confía, si son pareja estable, si está en la menopausia… ¡Ella quiere cuidarse con preservativo y punto!

El sexo lo construye cada persona con una misma y con otro, otra u otrxs, según las ganas, los gustos, el día y siempre desde el ejercicio de la libertad, la comunicación y el respeto mutuo.

Fuente: https://www.clarin.com/relaciones/consentimiento-limites-cama_0_Bp9_Kd0xY.html