¿Por qué tenemos conductas autodestructivas?
En el reino animal sólo el humano tiene conductas autodestructivas, entendiendo como tales a todas las acciones que nos generen daño a nosotros mismos.
Son más frecuentes de lo que se cree y tienen distintas formas de expresarse: comer en exceso, fumar, beber mucho alcohol, consumir drogas, sostener relaciones de pareja perjudiciales, no prestar atención a síntomas corporales, mantener vínculos nocivos.
Tienen tres particularidades:
1) Las mismas se realizan a pesar de ser reconocidas como malsanas.
2) La mayoría están motivadas para encontrar placer o alivio en el corto plazo.
3) Reflejan conflictos internos quizás desconocidos para el sujeto, pero que en ese comportamiento encuentra un bálsamo transitorio.
Sin percibirlo, esa persona tiene un malestar emocional o psíquico y lo expresa de ese modo dañino en un ineficaz intento de controlarlo. Quien se daña no es consciente ni de la causa subyacente ni de los eventuales riesgos que implica, porque los considera comunes actos inofensivos, porque muchas personas actúan igual y por no darle demasiada jerarquía a sus posibles consecuencias.
¿Existe algo lo suficientemente gratificante detrás de esa conducta autodestructiva como para mantenerla a pesar de sus reconocidos efectos negativos?
Por lo menos, se debe presuponer que lo que daña conlleva algún beneficio o intento de alivio que hace que no se pueda dejar de hacerlo. Y así uno se puede convertir en su peor enemigo.
Una característica de las personas con conductas autodestructivas es que suelen menospreciarlas o tienden a no percibirlas como tales presuponiendo –en caso de registrarlas– que podrán revertirlas cuando se lo propongan. Sin embargo, pueden estar presentes durante años y con consecuencias que pasado un límite ya no tienen retorno.
Cuándo comienzan
Las conductas autodestructivas suelen comenzar en la pubertad o adolescencia con el consumo inicial de drogas (tabaco, alcohol), prácticas sexuales de riesgo, inadecuada alimentación con extremos de la anorexia a la obesidad, interrupción de tratamientos médicos, conducir en estado de ebriedad o usando el celular, participar en peleas.
En última instancia, se relacionan con la manera en que un individuo se trata a sí mismo y además del riesgo actual que pueden implicar es que se logren instalar conformando un estilo de vida permanente y poco saludable.
Como factores de importancia en su génesis, en la literatura médica se señalan factores psicológicos, de personalidad, familiares y sociológicos.
Distintos investigadores han reconocido dentro de las causas psicológicas frecuentes de esas conductas a los sentimientos de desesperanza, la baja autoestima, la frustración prolongada, la ansiedad y la depresión, muchas veces oculta.
Y aunque en ocasiones se formule la pregunta “¿por qué haré esto que es malo para mí?”, “¿no soy capaz de controlarme?”, “¿por qué mantengo conductas sabiendo que son dañinas?”, hasta que se encuentre la respuesta, no hay que menospreciar el peligro de acciones que, aunque hoy brinden placer o alivio, mañana puede ser que enfermen o maten.
Fuente: https://www.clarin.com/viva/-conductas-autodestructivas-_0_l84Swax9h6.html