Qué edad tenemos: la tensión entre la real y la biológica
Se usa un «reloj» basado en la información del epigenoma del cuerpo.Qué dicen los expertos y qué recomiendan.
La edad que tenemos no está marcada solo por el día del cumpleaños. También existe la llamada edad biológica, que puede conocerse con un sofisticado análisis que revela cómo está la salud de nuestro organismo. La diferencia entre la edad cronológica, es decir, aquella que se mide en años desde que nacemos, y la edad biológica, puede tener variaciones entre diferentes personas. No todos envejecemos al mismo ritmo, algunos tenemos una edad biológica mayor que la cronológica y viceversa. Y los test que prometen determinarla están ahora bajo la lupa de expertos.
Los especialistas definen la edad biológica como «la acumulación de daños que podemos medir en nuestro cuerpo». Ese daño procede del envejecimiento natural, así como de nuestro entorno y comportamientos.
Siempre existió el problema técnico de medir la edad biológica. Los métodos habituales suelen ser poco efectivos y caros. Y muchos expertos no los recomiendan.
En 2013 se produjo un gran avance cuando Steve Horvath, profesor de genética humana y bioestadística de la Universidad de California, en Los Ángeles, propuso utilizar un «reloj» basado en el campo emergente de la epigenética. A lo largo de nuestra vida, el ADN acumula cambios moleculares que activan y desactivan diversos genes. Horvath analizó esos cambios en miles de personas y desarrolló un algoritmo para determinar su correlación con la edad.
El reloj epigenético está basado en la información del epigenoma del cuerpo. A lo largo de la vida y a través de modificaciones químicas, el epigenoma cambia: esos cambios van determinando la edad biológica de una persona, que puede ser mayor o menor a su edad cronológica.Surgieron cuestionamientos sobre el reloj epigenético, que permite medir la edad biológica. Foto: Shutterstock
«Esos cambios se producen de forma natural a medida que envejecemos», explicó Jesse Poganik, profesor de la Facultad de Medicina de Harvard, que investiga el envejecimiento biológico; también pueden acelerarse por comportamientos que afecten la salud, como el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol. En consecuencia, se ha demostrado que las estimaciones de la edad biológica están relacionadas con aspectos como la esperanza de vida y la salud, señaló.
El negocio de los test viene en alza en el mercado y algunos de ellos llegan a valer unos 300 dólares. Usan muestras de sangre o saliva y las compara con cambios en el epigenoma con el promedio de la población. Sin embargo, los expertos advierten que los relojes epigenéticos no pueden decirnos mucho sobre nuestra salud. Y esto se debe a que se diseñaron para evaluar a grandes grupos de personas, no a individuos. En consecuencia, sus resultados pueden ser poco confiables.
Parte del paquete también es vender métodos para revertir la edad biológica. No obstante, los especialistas aseguran que no existe aún ningún método científicamente válido para lograr esta proeza, hasta sospechan si realmente es posible.
Además de esos test, hay médicos que ofrecen un conjunto de análisis de sangre convencionales que se hacen en el consultorio, como el del colesterol o la hemoglobina A1C, un marcador de la diabetes. Esto lo usarían después para indicar la edad biológica de una persona.
En conclusión, los especialistas alertan que todos esos indicadores hablan del estado de salud de una persona y no serían efectivos para indicar la edad biológica. Para muchos expertos la edad epigenética sigue siendo una caja negra.
«Ampliar el acceso y utilizar análisis más frecuentes para optimizar la salud me parece bastante razonable», dijo Poganik. Pero añadió: «Cualquier afirmación sobre la determinación precisa e individual de la edad biológica debe abordarse con cautela».
Fuente: https://www.clarin.com/sociedad/envejecimiento-salud_0_uqP8RSLQLG.html