Recuerdan el concierto en la terraza de los Beatles
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Alan Parsons recuerda el concierto en la terraza de The Beatles: las medias de mujer que tuvo que comprar y qué hacía en el lugar
El prestigioso músico e ingeniero de sonido trabajaba en los estudios Abbey Road en aquellos días y fue un testigo privilegiado del antes, el durante y el después de la histórica última actuación de John, Paul, George y Ringo
PARA LA NACIONMarcelo Gobello

Los Beatles se encontraban culminando el proyecto fílmico denominado Get Back, que finalmente se convertiría en la película y en el disco Let it Be, y querían cerrar esa especie de documental con una performance en directo. Durante meses fueron tejiendo las más disímiles alternativas para un recital (algo que habían dejado de realizar desde 1966) con el cual cerrarían la película que los mostraba componiendo, ensayando y discutiendo, en una suerte de intimidad que se alejaba mucho de sus anteriores películas y los mostraba en una actitud de “regreso a las fuentes” (de ahí el inicial título de “Get Back” (“Regresa”), que también era uno de los nuevos temas del proyecto).
La filmación del semidocumental, que inicialmente iba a ser para televisión, había comenzado el 2 de enero de 1969 en los estudios de Twickenham, Londres, pero después de dos semanas de ensayos, peleas y malas vibraciones decidieron olvidar el proyecto televisivo, mudarse a sus cuarteles de las oficinas de su compañía Apple (en el 3 de Savile Row, en pleno centro de Londres) y continuar las filmaciones con el propósito de hacer una película con la cual terminar un contrato previo.
El 20 de enero comienzan a trabajar en el sótano de Apple con la asistencia de su habitual ingeniero de EMI, Glyn Johns y la ayuda de un muy jovencito asistente del ingeniero llamado Alan Parsons, el mismo que unos años después produciría El lado oscuro de la Luna, de Pink Floyd y luego armara su propio proyecto.
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Mucho se ha escrito y hablado sobre las tormentosas sesiones: las peleas internas que hasta motivaron el alejamiento temporal de George Harrison, la ausencia de George Martin como productor oficial, la intromisión permanente de Yoko Ono y un largo etcétera. La cuestión es que más allá del voluntarismo de Paul McCartney (virtual líder de la banda en ese momento) los “cuatro de Liverpool” no se encontraban entusiasmados con el asunto. Las cosas parecieron comenzar a funcionar cuando se integró al proyecto el tecladista norteamericano Billy Preston (viejo conocido de la banda desde una temprana gira compartida junto a Little Richard, con quien tocaba Billy), mejorando el alicaído ánimo y levantando la performance musical.

Finalmente, el 29 de enero a Paul se le ocurrió que sería una buena idea tocar los temas nuevos en la terraza del edificio frente a un par de personas, filmarlo y ver qué pasaba con eso. El día 30 de enero, en pleno mediodía, los Beatles subieron a la azotea para tocar juntos en directo por última vez.
Así lo recuerda Alan Parsons, quien tuvo la suerte de ser el asistente técnico del evento (ya que el ingeniero Glyn Johns tuvo que manejar la cosa desde adentro del edificio): “Cundió el pánico. Había que armar todo en la terraza de un día para otro. Pero… nadie cuestionaba a los Beatles. Lo que ellos querían se hacía. Primero me encargué de subir todos los cables, nada muy técnico. El día 30 amaneció ventoso, así que Glyn me mandó a comprar medias de nylon de mujer para poner en los micrófonos, para evitar que el viento se colara por ellos. Me sentí un perfecto tonto yendo a una tienda y pidiendo medias de mujer. “¿De qué talla señor?”, me preguntó el empleado. “¡Oh! Cualquiera, no importa el tamaño”. La mirada que me brindó fue muy, muy extraña. Recuerda que eran otros tiempos”.
El particular concierto duró 42 minutos y contó con la participación de Billy Preston como invitado en teclados. Debido al frío, Ringo Starr, John Lennon y George Harrison se pusieron los abrigos de sus respectivas parejas (el piloto rojo de Maureen, el abrigo de pieles de Yoko y el tapado negro de Patti) y comenzaron con una versión de prueba de “Get Back”, la cual fue vuelta a tocar con un sonido más ajustado (en el film Let It Be se ve una versión editada de estas dos tomas). Les siguieron “Don´t Let Me Down” (la versión aparecida en el film), “I´ve Got A Feeling” (aparecida en Let It Be, película y disco), “The One After 909″ (también aparecida en el film y en el disco), “Dig A Pony” (aparecida en el film en su versión original y completa y editada por Phil Spector en el LP), una versión del himno inglés “God Save The Queen”, que improvisaron mientras Alan Parsons cambiaba las cintas (razón por la cual no quedó registrada magnetofónicamente) y otras versiones, las segundas, de “I’ve Got A Feeling” y “Don´t Let Me Down”, que no aparecieron ni en la película ni en el disco. El cierre fue con la tercera versión de “Get Back”, que permaneció inédita hasta Anthology 3.
Como es sabido, todo terminó con la policía subiendo a la terraza ante la denuncia de varios vecinos molestos con el ¿ruido? (hay gente para todo), el corte de tránsito en la calle de abajo por una multitud que escuchaba pero no veía y el privilegiado azoramiento de algunos que lograron colgarse a los balcones vecinos. “Fue uno de los días más excitantes de mi vida. Ver a los Beatles tocando juntos y logrando un gran feedback de la gente que los rodeaba, cinco cámaras en la terraza, otra en la de enfrente y una más en la calle con la gente, fue increíble, mágico. Hay una foto poco vista donde se me ve en la terraza mientras ellos tocaban. Estoy a la derecha del camarógrafo con una camisa naranja y un traje negro con corbata. Fue un honor ser parte de un día tan trascendental.”
Por Marcelo Gobello