¿Se puede entrenar la empatía?

¿Cuántas veces hemos usado o escuchado la expresión ponerse en la piel del otro? En un momento en el que parece que cada vez se da más peso a los proyectos individualistas y se tiende a ser un poco egoístas (en el buen sentido de la palabra) parece que se está perdiendo la capacidad de ser empático con nuestro entorno, cuando quizá es la ocasión de darle más protagonismo a esta capacidad.

Si recurrimos a la Real Academia Española, en su primera acepción la definición de empatía viene a ser la siguiente: sentimiento de identificación con algo o alguien. Sin embargo, los expertos consultados van más allá.

“La empatía es la capacidad de captar, entender y comprender las emociones de otra persona, lo que piensa y cómo se cómo se comporta”. “Esta habilidad, es una pieza clave en las relaciones sociales, gracias a ella nos relacionarnos de forma eficaz y satisfactoria. La empatía nos garantiza desarrollar relaciones sanas”.

¿Por qué es tan importante la empatía en las relaciones sociales?

Erróneamente creemos que al preguntarnos ¿cómo me afectaría esto a mí?, estamos poniendo la primera piedra para ser empáticos. El primer paso para ser empático no consiste en proyectar nuestra imagen en la situación de otra persona. “La clave de la empatía está en la capacidad de escuchar realmente lo que el otro siente y plantea. Entenderlo es fundamental para saber convivir”.

La segunda razón que justificaría su importancia en las relaciones sociales es el respeto desde la aceptación. “Respetar al otro porque piensa lo mismo ni tiene valor ni nos ayuda a la convivencia porque crea bandos”, señala Catalán, quien indica que hay que respetar y aceptar que otro individuo tenga su propia propia forma de ver las cosas para cultivar relaciones sanas, punto clave para la convivencia.

Es imposible convivir si al final no estamos aceptando al otro. Eso no quiere decir que no pongamos unas normas de común acuerdo para convivir: si circulamos en sentido contrario y no nos ponemos de acuerdo de por qué lado vamos nos chocamos, tiene que haber una coordinación desde la tolerancia y la tolerancia significa que yo no tengo un derecho mayor que el tuyo a hacer prevalecer mi forma de ser o mi forma de pensar”, especifica el presidente del COPCV.

Si volvemos a la pregunta inicial, ¿por qué esta importante la empatía en las relaciones sociales?, la última respuesta sería para disfrutar de las relaciones sociales. Los seres humanos somos gregarios y sociales, la no convivencia no nos va bien. “Lo que te hace crecer, poder ser más inteligente o saber más lo propicia la relación con los otros. Aprendo con los otros y tengo que disfrutar de las relaciones sociales sean las que sean, con mayor afinidad o con menor”.

¿Por qué unas personas son más empáticas que otras?

Para empezar existen muchos factores que explican las diferencias. Soliveres indica que una parte es genética y viene determinado desde que nacemospero la gran parte está determinada por el ambiente.

“El grado de empatía varía mucho entre personas, aunque habitualmente es mayor entre gente del mismo sexo, edad, raza o grupo social. También se ha postulado que las mujeres son más empáticas porque evolutivamente necesitaron entender mejor qué significaban los gestos y lloros del bebé. Por eso sus habilidades sociales están mucho más desarrolladas”, apostilla.

Sobre los factores ambientales que intervienen en reforzar y desarrollar la empatía de las personas, se destaca la influencia de la educación en la personalidad. “Frases y advertencias comunes como que no te engañenno te fíesten cuidado, hace que desde pequeños nos creamos y perpetuemos la creencia de que las otras personas nos van a engañar y nos pongamos una coraza contra el otro. La consecuencia es que no vamos a intentar entenderle y en lugar de comunicarnos, nos defendemos”.

¿Cómo podemos mejorar la empatía?

La buena noticia es que podemos ser más empáticos: la empatía se puede entrenar. El primer paso para conseguirlo es tener voluntad de cambio y analizar e interpretar nuestras propias emociones; el segundo paso sería aprender a escuchar más a la otra persona. “Solo si analizamos e interpretamos nuestras propias emociones seremos capaces de hacerlo con los demás. Por eso no todos somos empáticos por igual, no todos tenemos esa capacidad, pero la podemos entrenar».

Indicadores como el tipo de relación que mantenemos con los demás, si estimula, es gratificante, nos refuerza, o, por el contrario, al analizarla nos lleva a la situación de que todas las personas son nuestros enemigos podrían ayudarnos a detectar si hay que empezar a realizar cambios.

Algunas técnicas que podrían ayudar a entrenar la empatía, son:

  • Atender a la conducta no verbal, tono, postura, expresión, mirada, silencios…
     
  • Para entender a alguien hemos de intentar imaginarnos qué le motiva a hacer lo que hace.
     
  • Tratar de no sermonear a la otra persona, ayudarle a que se exprese sin precipitarnos en un “tú lo que tienes que hacer es…”.
     
  • Preguntar ¿cómo estás?, dejando que la persona se exprese. En demasiadas ocasiones lo hacemos como mero trámite de cortesía.

Por último, la empatía se tiene que empezar a entrenar desde pequeños, aunque nunca es tarde para ponerse con ello.

Fuente: https://cuidateplus.marca.com/bienestar/2019/04/02/-entrenar-empatia-169978.html