Tucumanos bajo el cielo boquense
- En el Museo Marco de La Boca, obras de artistas contemporáneos de Tucumán se conectan con el acervo de la Fundación Tres Pinos.
- Herencias, rupturas y revisiones de la mano de Berni, Sandro Pereira y el primer Gabriel Chaile.
En Tucumán, el horizonte es azul. Una presencia tan mágica como insoslayable para la visión. Una línea que recibe la silueta de los cerros y les aporta su tonalidad. No es casual, entonces, que al recorrer la muestra La función de la utopía se vaya sedimentando en la percepción este color como leimotiv, hilo conductor, concepto, símbolo, vida.
La exposición, en el Museo de Arte Contemporáneo de La Boca (MARCO), presenta 62 obras —en su gran mayoría pinturas— de diez artistas contemporáneos de Tucumán: Eugenia Correa, Sandro Pereira, Carlos Alcalde, Alfredo Frías, Valeria Maggi, Nelson Velardez Lai, RUIDO, Lautaro Sotelo, María Rosa Mamana y Emiliano D ́Amato Mateo, junto a otros de la destacada colección de la Fundación Tres Pinos, algunos de la cuales también representan a aquella provincia.Y en la versión de Sandro Pereira, autor del Monumento al sándwich de milanesa. Foto: Fundación Tres Pinos
La selección, a cargo de Cecilia Quinteros Macció, conecta pasado y presente a manera de red de vínculos plásticos, conceptuales y de maestro-discípulo con eje en Tucumán. Abren la exposición las figuras fundamentales de Lino Enea Spilimbergo y Carlos Alonso. El primero fue maestro del segundo y una figura central en la constitución del campo artístico tucumano al situarse, a fines de la década del 40, al frente de la cátedra de pintura del Instituto Superior de Artes de la Universidad Nacional de Tucumán. Sobre una pared azul, conviven un retrato de Spilimbergo realizado por Alonso, en 1990, quien lo representa en una habitación sentado sobre un banco, sosteniendo una paleta de pintura, con una cama y un perro. Es uno de los tantos retratos que Alonso le dedicó. El del maestro se trata de un óleo, de 1960, con el rostro taciturno de un niño con ojos almendrados.
Otra habitación, la de los últimos años del general San Martín, es escenificada por Alfredo Frías con preeminencia de grises azulados, de 2022. Hay más interiores, como el de Sonia Ruiz, la cual retoma, en clave contemporánea, la célebre pintura “Sin pan y sin trabajo” de Ernesto de la Cárcova. Y aquellos existenciales/dramáticos de Nelson Velardez Lai (“Ocassus solis”, de 2022, tiene un aire de naturalismo decimonónico).La pintura con matiz contemporáneo, en la obra de Valeria Maggi. Foto: Fundación Tres Pinos
La figura de Carlos Alcalde gravita en la muestra a manera de centro de una galaxia con varias obras presentes entre los años 80 y la actualidad. “Tiene 71 años y es un artista que sigue produciendo al día de hoy y muchos jóvenes estudiantes quieren visitar su taller porque sigue compartiendo su producción. Es un mito de la escena porque fue reconocido por distintos artistas relevantes como Ezequiel Linares y Enrique Guiot”, contó Quinteros Macció a Ñ sobre este nombre destacado de Tucumán. La mayor parte de los artistas contemporáneos presentes en la exposición fueron sus alumnos. Alcalde no suele vender sus trabajos ni exponer (esta muestra es una excepción). Sus obras son poderosas desde lo conceptual y lo matérico con un estilo que podría considerarse neobarroco, donde prevalecen variados elementos (pintura, maderas, fotografías) sumado a una imaginaría religiosa (como se puede ver en “Recueros barrocos”, “Mamá ganza y el niño malcriado”, “Corazón con Baobabs”). Homenaje a Octavio en “Psicodelia” (2022) se refiere a un amigo desaparecido en Tucumán por la última dictadura militar.En detalle, pintura de Antonio Berni, de la Colección Tres Pinos.
La utopía y su horizonte
Los trabajos se exponen siguiendo núcleos, los cuales funcionan de guías con la amplitud necesaria para hacer conexiones dentro de cada sala o entre la de la planta baja y el primer piso. En una pared se destaca uno de los tantos hallazgos de la curadora en la colección de la Fundación: pinturas de pequeño formato, de 2016 y 2017, de una naturaleza sintetizada y geométrica de Gabriel Chaile (artista reconocido a nivel internacional por sus esculturas monumentales en barro relacionadas con las culturas precolombinas) en las tonalidades azules y violetas del horizonte tucumano. Alrededor de aquellas, tres fantásticas pinturas en témpera de Antonio Berni, de la década del 50, de un paisaje santiagueño con cactus. Se suman los cuadros de María Rosa Mamana, de 2019, también con vegetación azul.
“La utopía está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se desplaza diez pasos más allá. Por mucho que camine, nunca la alcanzaré. Entonces, ¿para qué sirve la utopía? Para eso: sirve para caminar”. Esta reflexión del escritor Eduardo Galeano se inscribe en el piso en cuanto ingresamos a la exposición. La hipótesis de la curadora es que lo fundamental de la utopía es aquello que habilita: el sentido crítico, el análisis de las memorias, la mirada de los territorios y la creación de nuevos rumbos a recorrer.Sonia Ruiz retoma “Sin pan y sin trabajo”. Foto: Fundación Tres Pinos
El motivo del cactus, el horizonte, la inmensidad del cielo reaparecen en la pintura de Sandro Pereira, “Maravillas en el valle”, de 2023, con la presencia de un niño y un zorro en ese paisaje norteño. Los animales son protagonistas en las singulares pinturas de colores pasteles de Emiliano D ́Amato Mateo, una de ellas acompañada por piezas en porcelana. En ese andar de la utopía se interceptan y bifurcan los caminos de miradas que constituyen la historia del arte. Las sierras representadas por el histórico Antonio Osorio Luque; el “Ombú” (1982) de estridentes verdes y anaranjados de Nicolás García Uriburu; los dos grandes oleos recientes “El Atardecer (entre rosas, anaranjados, celestes)” y “Mar” de Valeria Maggi con una figuración en diálogo con la abstracción.
La pintura siempre
“Es un pequeño recorte con foco en la pintura como una disciplina que por momentos está en lucha con el arte contemporáneo y por momentos es parte de él. Pensar también en esta pintura contemporánea, cuáles son sus nuevas formas, estructuras”, explicó Quinteros Macció a Ñ.Spilinbergo por Carlos Alonso. Foto: Fundación Tres Pinos
El azul reaparece en una escena mágica de Juan Doffo, de 2010, y en la vegetación con focos de luces blancas de Josefina Robirosa, de 1992. En el manto con sangre de la impactante imagen “Santa Agatha”, que pretende usted de mí (parafraseando aquella célebre frase de Isabel Sarli), de Eugenia Correa, quien mixtura barroco y feminismo. Del grupo RUIDO, integrado por Verónica Corrales y Fernando Gallucci, se exhiben varias pinturas que recrean, a manera de escenas costumbristas del presente, situaciones del territorio en el que van dejando sus murales en los barrios de Tucumán (desde 2020), a las que sumaron sonidos logrando una sugerente instalación. Mientras que los acrílicos de Lautaro Sotelo remiten a la historia, la cultura y la idiosincrasia local como en La polenta y Puchero, laureles y los pájaros.
La Colección de la Fundación Tres Pinos se inició hace 40 años en el seno de la familia Cadenas y reúne más de 800 piezas modernas y contemporáneas en pintura, escultura, grabado, objetos, instalaciones, fotografía y video-performance. En esta exposición se suman, además de las mencionadas, obras de Eduardo Audivert, Marcia Schvartz, Luis Felipe Noé, Demetrio Iramain, Alfredo Gramajo Gutiérrez y otros.
El horizonte tucumano y de la utopía nos queda resonando. Leemos bordadas en el collage textil de Mamana, el cual emula esa línea entre el cielo y la tierra, las palabras: “descubrir nuevos horizontes…mirar…más allá”. De eso se trata.
- La función de la utopía – VVAA
- Lugar: Museo de Arte Contemporáneo de La Boca (MARCO). Av. Alte. Brown 1031.
- Horario: mié a dom 11 a 19
- Fecha: hasta el 4 de agosto
- Entrada: general $600
Fuente: https://www.clarin.com/revista-n/tucumanos-cielo-boquense_0_qP13yU7vNn.html