Vida motorhome: los que eligen un destino aventurero
Experiencias, consejos y costos de una movida ideal en tiempos de pandemia.
Dejarlo todo y salir a recorrer el mundo. Decir adiós a la rutina y hola a una nueva vida: más nómade, con menos ataduras y con cierto gusto por lo improvisado y el azar. Renunciar, finalmente, al trabajo y a la monótona estabilidad de la vida de ciudad, con sus trampas y comodidades. La idea puede llegar a colarse en el fantaseo cotidiano, entre las horas muertas y cuando el tedio de lo conocido se vuelve insoportable. Esas ganas de empacar y no volver.
Para la mayoría, nunca pasará a mayores: el salir a los caminos surgirá como un divertimento fugaz de la imaginación; una buena idea para una película, pero nunca un plan a seguir.
Y si bien asumir el reto de vivir como viajante sigue siendo una alternativa marginal –la vida en ciudad como la conocemos no corre peligro de desaparecer–, sí existe un creciente número de argentinos que hoy se suben a la movida del motorhome, cambiando departamentos por casas rodantes y el sueño aspiracional del trabajo fijo por la oportunidad de amanecer cada día frente a un paisaje nuevo.
Pablo Alzamendi (39) y Micaela Orlando (32) se dedicaron a la venta de casas rodantes artesanales.
“Hay cada vez más interés en acceder a esta forma de viajar”, explican Pablo Alzamendi (39) y Micaela Orlando (32), fundadores de Experiencia Motorhome, un emprendimiento de venta de casas rodantes artesanales que llevan a cabo en Escobar, provincia de Buenos Aires.
“Desde la llegada de la pandemia hay una demanda cada vez mayor. Un motorhome te permite moverte aislado, como en tu propia burbuja, aunque también es una manera de hacer vida al aire libre,” agregan.
Hay motorhomes, casas rodantes y campers para todos los gustos. Desde vehículos funcionales para parejas hasta verdaderos colosos tamaño familiar, pasando por las 4×4 que sacrifican cierto espacio, pero ganan movilidad en terrenos complejos. El viaje en época de barbijos y recaudos se reinventa: alejado del turismo de masas, el vehículo recreacional borra las líneas entre el ocio y lo cotidiano, en el proceso redescubriendo ambos.
Vivir viajando, y viajar para vivir. Parejas que aprenden a convivir en la ruta, familias que cambian la permanencia en una ciudad por la posibilidad de recorrerlas todas, y los más intrépidos, que se lanzan solos. Los que hacen home office con 4G y los que trabajan por temporadas en cada destino. Los que salen para redescubrir el país y los que sueñan con romper las fronteras. Estas son las claves del modo motorhome, la nueva pasión de los argentinos más inquietos.
Lucas Delvacchio (44), Romina Medina (39) y Julieta (4). Además, tienen dos perros: Fermín y Coca.
Animándose a la ruta
“No fue fácil dar el paso, porque uno siempre fue criado para llevar un estilo de vida convencional”, explica Carolina Fenoy (28). Junto a su pareja, Santiago Bertaina (32), son Hakuna Matata x el Mundo en redes sociales: se autodescriben como dos personas que dejaron todo para viajar por el mundo, comenzando con el proyecto de ir desde Ushuaia hasta Alaska en motorhome.
Hoy van por su segundo país (Brasil), pero ya dieron uno de los pasos más importantes que todo viajero debe tomar: pasar de la fantasía a la acción.
Tanto Carolina como Santiago trabajaban para una multinacional antes del gran salto, el cual dieron en 2019. “Nos gustaban nuestros laburos y estábamos acostumbrados a esa seguridad de que el primero del mes tenés tu sueldo”, admite ella. Pero las ganas de algo más no se iban: “Sentíamos que los 15 días de vacaciones ya no eran suficientes: decidimos vender nuestras cosas, renunciar al trabajo y buscar cómo financiar el viaje”.
A causa de la pandemia hay una demanda cada vez mayor: un motorhome te permite moverte aislado, como en tu propia burbuja.
Pablo Alzamendi, de Experiencia Motorhome
Como Santiago ya tenía una camioneta, optaron por incorporarle un camper: una especie de casilla rodante que va montada sobre el vehículo; no un extra que se lleva de tiro. Si bien en un principio pensaban parar en lugares para hacer trabajos de temporada, hoy, pandemia mediante, se reinventaron a través de las redes. Tienen canal de YouTube, venden productos, crean contenidos y colaboran con empresas desde la ruta.
“Es un cambio de vida bastante radical; siempre hay que probarlo antes de tomar una decisión”, concuerda Pablo Alzamendi. “Tiene sus ventajas, pero no todo es color de rosa.”
Carolina Fenoy (28) y Santiago Bertaina (32) dejaron la vida urbana para viajar. Hoy están en Brasil.
Una constante entre los viajantes: todo comienza con el deseo de una vida alternativa. Si bien Pablo, en un principio, había pensado en vivir en un velero, cuando puso en venta su departamento, alguien le ofreció un motorhome como parte de una permuta. Aceptó y al poco tiempo empezaron a rodar junto a Micaela. Hoy ambos no solo viajan con frecuencia sino que viven de reparar, armar y vender vehículos como aquel que les cambió la vida.
“La idea nació en un momento económico complicado, en el cual alquilaba una casa y notaba que el valor del metro cuadrado del motorhome era el 10% del que uno paga en ciudad”, agrega Pablo. “Entonces fue una solución tanto para viajar como para vivir.” ¿Cuándo nació el negocio de adaptar y vender vehículos? Apenas se declaró la pandemia. Con Micaela tenían un local de ropa y, cuando el primer confinamiento comenzó a ir para largo, decidieron cerrarlo.
Hicieron bien: en tan solo 15 días ya habían vendido el primer vehículo a otro viajante. La gente incluso consultaba por el anuncio finalizado meses después. Fue un éxito rotundo.
Pero, ¿por qué algunos sí se animan y otros no? ¿Qué lleva a una persona a abandonar los mandatos sociales para vivir de forma no convencional? Si bien cada cual tiene sus razones, la mayoría de los viajantes concuerda: salir a la ruta, en un punto, dejó de ser una fantasía para convertirse en necesidad. Y esto no le ocurre a todas las personas.
“Hay gente que se te acerca porque tiene el sueño de hacerlo, pero no lo harán nunca”, opina Lucas Del Vacchio (44). Junto a su pareja, Romina Medina (39), forman parte de la comunidad del motorhome desde fines de 2019. La pregunta es obvia: ellos, ¿por qué sí lo hicieron?
Lucas Delvacchio cumpió su sueño de vivir viajando.
“A nosotros nos cambió en cierto sentido la muerte”, confiesa él. Tras una tragedia familiar y ver a su padre casi morir de un infarto, comenzó a cuestionar su propia vida. “Empecé a reflexionar en que en algún momento me iba a morir, y me pregunté qué estaba haciendo con mi tiempo”, dice.
“A mí las ganas de viajar me surgieron con la pérdida de mi papá”, acota Romina. “Veía la rutina muy monótona: nacer, crecer, estudiar, trabajar, reproducirse y morir. Quería vivir de otra forma, que fuera más intensa.” La vida rutera resultó ser la respuesta. No por nada, hoy su canal de YouTube lleva por nombre Viviré Viajando, lema al que honran en cada travesía.
Consideraciones básicas
“Sólo vendemos lo que nosotros mismos usaríamos: no escatimamos en nada; no sirve abaratar costos”, explican desde Experiencia Motorhome. Ya sea al adaptar un minibús de transporte de pasajeros, o modernizar una casa rodante con sus años encima, Pablo Alzamendi y Micaela Orlando opinan que lo importante a la hora de elegir vehículo es no perder de mente ciertas consideraciones básicas que pueden hacer la diferencia en la ruta.
Las cañerías y tanques tienen que ser siempre internas, porque en climas adversos el agua puede congelarse por no tener en cuenta la temperatura. Tampoco vale la pena ahorrar en aislamiento, lo que puede tornar nuestros vehículo/casa en un verdadero horno o heladera, dependiendo el terreno. “Es una caja de chapa al sol: si no tomás medidas, es imposible estar dentro”, define Pablo.
Sea cual sea el propósito, el vehículo debe estar en las mejores condiciones mecánicas posibles para ahorrar dolores de cabeza y gastos futuros: lo barato sale caro. No escatimar en baterías y energía es también ideal para poder tener nuestra heladera en funcionamiento las 24 horas y demás usos cotidianos.
Carolina Fenoy y Santiago Bertaina en el Lago Argentino.
En ese sentido, los paneles solares hoy son casi un obligado para los viajeros, aunque también el motor del vehículo o la posibilidad de conectarlo a corriente también nos pueden dar esa posibilidad de cargar la batería.
Las aplicaciones no solo sirven para compartir nuestro viaje sino también para planearlo. Overlander, el TripAdvisor de los ruteros, contiene reseñas, experiencias y consejos de otros viajeros que quizás hayan ido a nuestro próximo destino. Podemos encontrar tips, referencias de los servicios de cada zona y sugerencias de dónde dormir, esto último algo clave.
¿Es seguro el motorhome? Los viajeros concuerdan en que sí. “Es una de las preguntas que más me hacen, sobre todo mujeres que quieren viajar solas”, dice Ignacio Ruffa (26), Ruteando América en redes sociales.
La idea es que nosotros mismos, durante el viaje, eduquemos a nuestra hija Juli con programas acordes a su edad.
Romina Medina, Viviré Viajando
“Nunca viví una experiencia de inseguridad, aunque sí es recomendable informarse por Internet sobre los lugares a recorrer y anticiparse a donde se puede dormir”, agrega.
Ignacio recomienda tener cierta cautela y estar alerta, tomando los recaudos que cada uno vea necesario y seguir el instinto: si un lugar nos da mala espina, mejor pasar de largo.
El verdadero problema del rutero argentino parece ser otro: la falta de adaptación del país para esta forma de recreación, la cual pasó de ser un disfrute de pocos a toda una verdadera tendencia, fogueada por las redes.
Carolina Fenoy y Santiago Bertaina en pleno «motorhome office».
“Argentina no está del todo preparada para este tipo de turismo’’, asegura a Viva más de un viajante. “Los lugares donde sí se permite y donde no estacionar no suelen estar especificados con claridad, y en ocasiones una queja puede derivar en la policía golpeando la puerta de nuestra casa rodante en mitad de la noche.”
“Los servicios a veces no existen, y tenés que cargar agua muy seguido, cada dos o tres días”, explica Pablo Alzamendi. “En ocasiones dependés de la buena voluntad de un playero de estación de servicio”, apunta. En términos de dónde parar, a diferencia de países que delimitan espacios, a veces lo más cercano puede ser un tradicional camping para carpas.
El precio del vivir viajando
Quienes aún consideran la vida en motorhome, tras sopesar sus pros y contras, eventualmente se topan con la misma pregunta: ¿cuánto me va a costar? La respuesta dependerá de muchos factores: cantidad de viajantes, destinos a visitar, kilómetros por día y un inagotable etcétera de elementos que pueden hacer una diferencia de, literalmente, miles de dólares.
En Experiencia Motorhome calculan un estimado de entre 35 mil a 45 mil dólares por un vehículo de buena calidad, funcional y listo para la ruta. Toda una inversión, claro, que dependerá del uso que se le dé. Si uno planea manejarlo solo un verano, perderá por goleada en costo con un hotel: 35 mil dólares no es el precio de unas vacaciones promedio.
Nos gustaban nuestros laburos y el sueldo seguro, pero sentíamos que los quince días de vacaciones no eran suficientes.
Carolina Fenoy, Hakuna Matata
Pero el uso constante puede amortizar la adquisición, además de presentar una oportunidad de negocio. Es como comprar una casa, afirman, lo que en cierta forma es parte de la ecuación al adquirir un motorhome: a menos que realicemos demasiados kilómetros o el vehículo comience a presentar fallas graves, puede mantener su valor –o incluso valorizarse– de cara a la reventa.
Una oportunidad de compra más accesible puede darse en el caso de quienes optan por refaccionar motorhomes ya gastados, o “camperizar” vehículos que no estaban inicialmente pensados para ese uso. A veces, el esfuerzo propio puede ahorrarnos dinero, aunque al costo de tiempo y recursos. Sin contar que para ello, claro, es necesario poseer ciertos conocimientos de mecánica para no fallar en el intento.
La fábrica de Pablo y Micaela se llama Experiencia Motorhome.
“Era lo mejor en relación costo y comodidades que buscábamos”, cuentan los chicos de Hakuna Matata sobre su camioneta, una Volkswagen Amarok 2016, devenida vehículo recreacional. Tuvieron que comprar aparte el “camper”, la estructura que ahora va montada al vehículo. Otros buscan ser partícipes en todo el proceso: comprar un colectivo urbano y adaptarlo poniendo uno mismo el trabajo es siempre una opción viable.
Alquilar se presenta como la opción ideal para quienes no planean vivir a tiempo completo o quieren un primer acercamiento previo a la compra. A partir de septiembre y con la llegada de las vacaciones de verano, las consultas estallaron, cuentan desde empresas dedicadas al alquiler. Los precios varían, pero el promedio diario puede girar en torno a los 100 dólares.
Al precio de la compra o alquiler del vehículo debe sumarse el gasto diario en ruta. Los viajantes concuerdan: es menor al de la vida en ciudad, en algunos casos por un amplio margen. “Gastás cerca de un 30% que en tu casa fija”, arriesga uno de los entrevistados.
Entre los principales costos que se neutralizan están los del alquiler y los servicios, dos grandes enemigos del sueldo promedio.
La principal inversión de la economía rodantera es el combustible.
“Va atado a lo que te muevas mes a mes”, explica Ignacio Ruffa. “Si sos de hacer base en un lugar por meses, vas a gastar menos que avanzando rápido.” El resto dependerá del estilo de vida que uno lleve: más austero, o “a lo turista”. Comer afuera en cada destino puede ser tentador, pero si no se logra un equilibrio, al poco tiempo deberemos hacer ajustes.
Los cuidados técnicos del vehículo son fundamentales para los que se largan a las rutas.
Día a día, sol a sol
En la ruta, los días y sus devenires cambian. “Nunca hay dos iguales”, sintetiza Carolina Fenoy, de Hakuna Matata. Si bien rutinas y rituales cotidianos se mantienen (el orden y el armar la cama, por ejemplo, son obligaciones cuando se vive en un espacio reducido) ,los tiempos se moldean en función del entorno, el clima y la necesidad de viajar.
Los “sin horario”, como los freelancers o quienes generan contenido en redes, suelen aprovechar las lluvias para quedarse adentro, cumpliendo con esa cuota de trabajo siempre ineludible. Pero cuando el día acompaña y las circunstancias lo permiten, las oportunidades son únicas: salir, conocer y descubrir todos esos lugares que siempre postergamos.
“Me gusta la independencia y la libertad de decidir día a día; de no estar a las corridas como en las vacaciones tradicionales”, dice Ignacio Riffa, de Ruteando América. A diferencia de una gran parte de los viajeros, este joven ingeniero industrial que también sueña con realizar el mítico viaje de Ushuaia a Alaska, decidió mandarse solo. “Al principio a mis viejos les hizo mucho ruido, lo que es normal”, admite. “Pero cuando se dieron cuenta que realmente lo iba a hacer y que tenía un plan, me empezaron a apoyar.”
Ignacio hoy no cumple horarios en una oficina. Trabaja en conjunto con marcas, logró monetizar su canal de YouTube y saca fotos dignas de galerías, seguramente la razón por la que pronto empezará a venderlas en cuadros. Pero si bien desde enero lleva recorridos varios de los paisajes más imponentes del país (Bariloche, El Chaltén y Ushuaia son por ahora algunos de sus destinos favoritos), asegura que lo verdaderamente transformador es la gente.
“Conocí muchas personas en los lugares a los que fui y me quedo con eso; conectás de otra manera. Quizás compartís sólo dos semanas, pero te relacionás con más intensidad y quizás te llevás un amigo para toda la vida”, dice. Cliché, pero cierto: el viaje no es el destino, sino lo que ocurre en el camino.
Los chicos de Viviré Viajando concuerdan. “Lo más hermoso es conocer personas”, define Romina Medina. “Pensamos que iba a ser la puesta del sol y el mar, pero en realidad viajar se trata del otro.” Sin embargo, advierten que no todo es como en un anuncio turístico, en los cuales cada minuto nos invita a romantizar el viajar. En la ruta, el estrés puede llegar a ser intenso, el motorhome quizás nos quede chico y la zona de confort se desafía constantemente.
Por eso, a través de su canal de YouTube, Lucas Delvacchio trata de mostrar también el “lado B” del viajar en casa rodante, sin quedarse sólo con la postal de ensueño.
“No siempre es color de rosa”, asegura. “Muchos YouTubers te venden un cuento: suben al Aconcagua y aparecen en videos con el pelo planchado”, ironiza. En el viaje, las cosas son impredecibles. El vehículo se avería (con el condimento extra de que, por consiguiente, también tenés problemas con tu casa) o quizás estacionaste donde no sabías que no se permitía, y alguien vendrá a golpearte la puerta, con mayor o menor amabilidad, dependiendo el caso. Aún así, ¿vale la pena?
“Cuando te pica el bichito de viajar, esas ganas no se van jamás”, reflexiona Ignacio Ruffa. “Por más que lo aplaces, el deseo va a estar. Lo que debés hacer es encontrar la forma de hacerlo que te resulte más cómoda.” Salir a la ruta, sin rendirse en el intento, parece no ser solo posible sino todo un estilo de vida nuevo, con puntos de contacto con lo “tradicional” y otros de quiebre.
“A nuestra hija, Juli (4), le dijimos que queremos viajar por mucho tiempo, y la vamos a educar durante el viaje”, dice Romina Medina. “Me estoy interiorizando en cómo es el homeschooling y el rendir libre, con la idea de que la eduquemos nosotros en el viaje junto a programas acordes a su edad.” La familia se completa con dos perros: Fermín y Coca. Todos viajan juntos. En un mismo vehículo, en una misma casa.
“La cuenta es sencilla: hay algo que no podés comprar en la vida y es el tiempo. Se pasa y no vuelve”, reflexiona Lucas Delvacchio. “El día que nos vayamos no nos vamos a llevar ninguna de esas cosas por las que trabajamos cumpliendo horarios y haciendo mala sangre, pero sí nos vamos a llevar lo que fuimos como gente, los besos y los abrazos.” Nadie les quita lo viajado.
Dónde alquilar
Andean Roads (www.andeanroads.com).J. Romero 3249, Tigre. 011-5767-6499. 15-5422-7623
Adventure Home (www.adventurehome.com.ar). Montevideo 413, Pacheco. 011-6862-3993.
Mis Angelitos (www.mhomemisangelitos.com.ar). Soler 1502, Ituzaingó. 011-4623-8935 / 15-5179-5284.
Motorhome Time (www.motorhometime.com).Autovía 2 (colectora Km. 41), El Pato, Buenos Aires. 011-4257-7709 / 02229-491811.
Ruta Sur (www.rutasur.eu). San Isidro. 15-5604-3434.
Fuente: https://www.clarin.com/viva/vida-motorhome-secretos-eligen-destino-aventurero_0_mzsbTeH1V.html